The 2026 General National Budget draft, currently under discussion in the Legislative Assembly’s Finance Committee, lacks a breakdown of positions and salaries for personnel at 32 Central Government institutions comprised exclusively of contract workers.
Of those 32 institutions, 20 disclose said data on their transparency portals. However, for 12 of them, it is impossible to locate any record of this information because they do not publish it, despite the Law on Access to Public Information (LAIP) mandating compliance.
These 12 institutions account for 8,084 employee positions, with $116.5 million allocated for salaries in 2026. Most of these entities were created in the last six years, during the administration of Nayib Bukele.
The Ministry of Finance submits two documents to the Legislative Assembly for budget approval: the Budget Law and the Salary Law. The latter provides a breakdown of all positions, job titles, and salaries assigned to every State institution.
The Salary Law reveals, for instance, that the President of the Legislative Assembly earns $5,781.72, or that deans at the University of El Salvador earn $3,133.71.
Furthermore, the Salary Law identifies that within Presidential House, there are at least nine individuals hired under the title of office orderly, with salaries ranging from $960 to $1,363. This level of detail applies to the remaining institutions.
No Information
As the name implies, Salary Laws cover only personnel employed under that specific statutory framework. Because 32 Central Government institutions report no employees under that classification, they do not appear in the draft budget.
Nevertheless, Article 10, Section 7 of the LAIP mandates that government institutions must publish the monthly remuneration per budgetary position, including salary categories under the Salary Law and Contract-based hires, as well as approved amounts for allowances and representation expenses.
Of the 32 institutions that employ staff exclusively on a contract basis and do not disclose position and salary data in the budget, 20 comply with this provision on their transparency portals. However, 12 do not.
These include the Dirección de Obras Municipales (Municipal Works Directorate, DOM), the Instituto Nacional de Capacitación y Formación (National Institute for Training and Education, INCAF), and the Autoridad de Planificación del Centro Histórico (Historic Center Planning Authority, APLAN), among others.
In their draft budgets, these institutions list their operational headcount, categorizing staff as executive, technical, administrative, field labor, or other; yet the lack of specific job data precludes identifying the exact positions and assigned salaries.
This situation creates a risk, for example, of hiring personnel for tasks unrelated to the institution’s mandate.
For instance, last November, medical personnel hired for the new Hospital Rosales, who have worked this year as support physicians, confirmed to this outlet under condition of anonymity that they received their salaries through the DOM, showing pay stubs reflecting this.
ARENA lawmaker Francisco Lira did not rule out the possibility that these positions are being exploited for political ends: With this model, they assume no institutional accountability. Their goal is for people to last only a short time, so they can be replaced if they fail to follow the ruling party’s instructions.
This outlet requested an interview regarding the matter with communications staff at the Ministry of Finance. Although the staff stated they would process the request, no response was received by press time.
Héctor Rodríguez, of the Movimiento de Trabajadores Despedidos (Movement of Dismissed Workers, MTD), analyzed the number of government institutions relying solely on contract staff, indicating that this represents a setback for public employee labor rights.
With hiring in new institutions, the first thing lost is the collective bargaining agreement because there is no union. These new entities do not have unions. One of their characteristics is that they are dismantling organized labor in El Salvador, he warned.
Rodríguez added that this leaves workers with no guarantee of job security, as their services are contracted for arbitrary durations.
With luck, some people are employed under contracts renewed every three or six months. There is such instability and discretion that contracts often expire in November to avoid paying severance or Christmas bonuses, he said.
Meanwhile, Vamos lawmaker Claudia Ortiz pointed out the institutions’ opacity and the passivity of the Institute for Access to Public Information (IAIP) regarding law enforcement.
If they are not published, regardless of the hiring model, it is a violation of the law. These are the aspects of the budget where information is unclear, creating room for maneuver that the Ministry of Finance leaves open because it is uncertain what will happen, Ortiz analyzed.
To date, the Finance Committee has not discussed the issue of positions in the 2026 draft budget.
Gobierno sin transparentar 8 mil plazas del presupuesto 2026
El proyecto de Presupuesto General de la Nación para el año 2026, en discusión actualmente en la Comisión de Hacienda de la Asamblea, no contiene la información desglosada de los cargos y salarios que tendrá el personal de 32 instituciones del Gobierno Central, las cuales están conformadas únicamente por trabajadores que laboran bajo modalidad de contrato.
De esas 32 instituciones, hay 20 que comparten dichos datos en su portal de transparencia. Pero hay 12 de las que no es posible encontrar ningún registro de la información mencionada, debido a que no la comparten en sus respectivos portales, pese a que la Ley de Acceso a la Información Pública (LAIP) ordena hacerlo.
Entre las 12 instituciones suman 8,084 plazas de empleados, para los que en 2026 se asignarán $116.5 millones en pago de sus salarios. La mayoría de estas instituciones han sido creadas en los últimos 6 años, durante la administración de Nayib Bukele.
Los documentos que el Ministerio de Hacienda entrega a la Asamblea para la aprobación del presupuesto son dos: la ley del presupuesto y la ley de salarios. Esta última es un desglose de todas las plazas, los cargos y los salarios asignados a cada institución del Estado.
La ley de salarios permite, por ejemplo, conocer que el salario del presidente de la Asamblea es de $5,781.72; o que los decanos de las facultades de la Universidad de El Salvador tienen un salario de $3,133.71.
La ley de salarios permite, además, identificar que en Presidencia hay, al menos, nueve personas contratadas con el cargo de “ordenanza del despacho”, cuyos salarios oscilan entre $960 y $1,363. Y así con el resto de instituciones.
Sin información
Las leyes de salarios contienen, como su nombre lo indica, únicamente al personal contratado bajo dicha modalidad (ley de salario). Debido a que hay 32 instituciones en el Gobierno Central que no registran tener empleados bajo esa figura, estas no aparecen en el proyecto de presupuesto.
Aún así, el artículo 10, literal 7, de la LAIP establece que las instituciones de gobierno deben publicar obligatoriamente “la remuneración mensual por cargo presupuestario, incluyendo las categorías salariales de la Ley de Salarios y por Contrataciones, y los montos aprobados para dietas y gastos de representación”.
De las 32 instituciones que solo tienen personal bajo contrato y que no comparten información de cargos y salarios en el presupuesto, hay 20 que sí cumplen la disposición mencionada en sus portales de transparencia. Pero hay 12 que no.
Entre estas se encuentran: la Dirección de Obras Municipales (DOM), el Instituto Nacional de Capacitación y Formación (INCAF), la Autoridad de Planificación del Centro Histórico (APLAN), entre otras.
Estas instituciones presentan en sus proyectos de presupuesto la cantidad de plazas con que funcionan, y las califican como personal ejecutivo, técnico, administrativo, de obra, u otra; pero la falta de información sobre cargos impide conocer los puestos exactos y salarios asignados.
Lo anterior ocasiona, por ejemplo, riesgo de que haya contrataciones para tareas que no tienen que ver con la institución.
Por ejemplo, en noviembre pasado, personal médico contratado para trabajar en el nuevo Hospital Rosales y que ha laborado este año como médicos de apoyo reconocieron a este medio, bajo condición de anonimato, que han recibido su salario a través de la DOM, y mostraron boletas de pago con dicha información.
El diputado Francisco Lira, de ARENA, no descartó la posibilidad de que se usen estas plazas para fines políticos: “Con esta modalidad, no asumen responsabilidad como institución. Lo que buscan es que la gente solo dure un tiempo y luego puedan ser cambiados si no cumplen instrucciones que el oficialismo les esté dando”.
Este medio gestionó con personal de comunicaciones del Ministerio de Hacienda un espacio de consulta para abordar el tema. Si bien el personal aseguró que realizarían la gestión, hasta el cierre de esta nota no había ninguna respuesta.
Héctor Rodríguez, del Movimiento de Trabajadores Despedidos (MTD), analizó la cantidad de instituciones en el gobierno que solo recurren a personal bajo contrato e indicó que es un retroceso para los derechos laborales de empleados públicos.
“Con las contrataciones en instituciones nuevas se pierde, primero, el contrato colectivo de trabajo porque no hay sindicato. Las nuevas instancias no cuentan con sindicatos. Una de sus características es que están desmantelando el sindicalismo en El Salvador”, advirtió.
Lo anterior, agregó Rodríguez, permite que los trabajadores no tengan garantía de estabilidad laboral, ya que sus servicios se contratan por tiempos arbitrarios.
“Con suerte algunas personas son empleadas bajo contratos que se renuevan, en algunos casos, cada tres meses, seis meses; hay una eventualidad y discrecionalidad tal que muchas veces se vencen en noviembre para no cancelar indemnizaciones ni los aguinaldos al personal”, dijo.
Mientras tanto, la diputada Claudia Ortiz, de Vamos, señaló la falta de opacidad de las instituciones y la pasividad del Instituto de Acceso a la Información Pública (IAIP) por hacer cumplir la ley.
“Si no están publicadas, independientemente de la modalidad, sería una violación a la ley. Son de estas cosas del presupuesto donde no queda toda la información clara y eso abre el espacio a márgenes de maniobra que deja Hacienda porque no tiene claro qué va a pasar”, analizó Ortiz.
De momento, la Comisión de Hacienda no ha discutido el tema de plazas en el proyecto de presupuesto para 2026.

