Samuel (a pseudonym), an educator with 25 years of service, asserts that he fled El Salvador in haste after receiving a warning from authorities at the departmental directorate of the Ministerio de Educación (Ministry of Education, MINED) in the area where he worked.
According to his testimony, he was told that if he persisted in demanding the outstanding payments stemming from a ruling by the Tribunal de la Carrera Docente (Teaching Career Tribunal), “I would be subjected to the state of exception.”
The teacher explained that in 2020 he was suspended without “due process being followed,” leading him to appeal to the Tribunal de la Carrera Docente. According to his account, the ruling that had disqualified him was found to have “violated his rights to a hearing, defense, and due process,” prompting an order for his reinstatement and the payment of three years of wages, equivalent to $35,000. However, he maintained that the debt remains unpaid.
Following his reinstatement, he recounted that in February 2025 he was removed from his school and “underutilized” at one of the departmental directorates. He stated that during this period he also faced discrimination due to his disability and was not assigned to any school because, as a human resources chief mentioned to him, “I had a disability and my performance would not be optimal.”
In August 2025, Samuel was summoned to the departmental directorate, where he was informed that his position would be eliminated as part of a restructuring and that he would receive a severance of $10,890. At that moment, he reminded the authorities of the prior wage debt, and they responded that “settling that was no longer in their hands”; moreover, they did not provide him with written confirmation of the position’s elimination.
Samuel stated that, before entering the meeting where he was notified of the elimination of his position, he was approached privately and warned that if he continued demanding the payment ordered by the tribunal, he would be subjected to the state of exception. He noted that this threat precipitated his immediate departure from the country with the support of human rights organizations. “I had to flee, essentially abandon my country, my family, and go into exile.”
According to the educator, after his departure he learned that a complaint had been filed with the Fiscalía General de la República (Office of the Attorney General, FGR) regarding his work in previous years. He asserted this confirms that “the threat was indeed carried out,” noting that former students and teaching staff from the educational center where he worked have been summoned to testify. He also indicated that some individuals have informed him they are being pressured to provide information against him.
Samuel underscored that his case is being supported by national and international organizations and that assistance will be sought from other entities.
RELATO: “Me amenazaron con el régimen de excepción”, afirma docente a quien se le suprimió la plaza
Samuel (nombre ficticio), docente con 25 años de servicio, afirma que salió de El Salvador de “forma urgente” tras recibir una advertencia por parte de autoridades de la dirección departamental del Ministerio de Educación (MINED) de la zona en la que laboraba.
Según su testimonio, se le dijo que si continuaba reclamando los pagos pendientes derivados de una resolución del Tribunal de la Carrera Docente, “me iban a aplicar el régimen de excepción” .
El profesor explicó que en 2020 fue suspendido sin que se “siguiera el debido proceso”, y apeló ante el Tribunal de la Carrera Docente. De acuerdo con su relato, se determinó que en la resolución que lo había inhabilitado “se había violentado el derecho de audiencia y defensa y el debido proceso”, por lo que se ordenó su reinstalo y el pago de los salarios correspondientes a tres años, equivalentes a $35,000. Sin embargo, aseguró que la deuda no ha sido cancelada.
Tras su reinstalo, relató que en febrero de 2025 fue retirado de su centro escolar y “subutilizado” en una de las direcciones departamentales. Dijo que en ese periodo también enfrentó discriminación por su discapacidad y que no fue asignado a ninguna escuela porque, según le mencionó un jefe de recursos humanos, “yo tenía una discapacidad y que mi rendimiento no iba a ser óptimo”.
En agosto de 2025 citaron a Samuel a la dirección departamental donde se le informó que su plaza sería suprimida como parte de una reestructuración y que recibiría una indemnización de $10,890. En ese momento le recordó a las autoridades la deuda salarial previa y estas le respondieron que “eso ya no estaba en sus manos cancelarla”; además, no le entregaron constancia escrita de la supresión de la plaza.
Samuel dijo que, antes de ingresar a la reunión en la que se le notificó la supresión de su plaza, fue abordado a solas y se le advirtió que, si continuaba reclamando el pago ordenado por el tribunal se le iba a aplicar el régimen de excepción. Señaló que esa amenaza detonó su salida inmediata del país con apoyo de organizaciones de derechos humanos. “Tuve que huir, prácticamente abandonar mi país, a mi familia y estar en el exilio”.
Según el docente, después de su salida tuvo conocimiento de que se presentó una denuncia en la Fiscalía General de la República (FGR) relacionada con su labor en años anteriores, lo que confirma, aseguró, que “sí se cumplió la amenaza”, pues mencionó que exalumnos y personal docente del centro educativo donde trabajó han sido citados para declarar. También indicó que algunas personas le han comunicado que están siendo presionadas para brindar información en su contra.
Samuel subrayó que su caso está siendo acompañado por organizaciones nacionales e internacionales y que se buscará apoyo en otras instancias.