The upward trajectory of public debt continues unabated. According to the latest data from the BCR, total public debt—which encompasses the non-financial public sector, the financial public sector, and pensions—reached $33,805 million in October. This figure marks an increase of $2,586.5 million over October 2024, equivalent to an 8.2 percent rise, and reflects $226 million more than in September.
Public debt itself amounted to $22,689.4 million, while pension-related debt totaled $11,115.9 million as of October. The former saw an 8.8 percent increase, and the latter a 7.25 percent rise.
The debt of the non-financial public sector alone, which includes the central government and non-financial public enterprises, reached 89.2 percent of GDP in October—nearly 2 percentage points higher than at the close of 2024, as detailed by the Ministerio de Hacienda.
This escalation unfolds amidst an Extended Fund Facility agreement and fiscal consolidation efforts with the International Monetary Fund (IMF).
According to economist Rafael Lemus, “what is concerning is that we started from a debt level of 87 percent of GDP in 2024, and it is highly likely that we will close near 90 percent in 2025.”
He further explains that this has been an adjustment program “where the first year of implementation accelerated the debt dynamics. It constitutes a deviation from the quantitative fiscal targets. And the 2026 budget signals more continuity in these deviations.”
The debt category that has risen the most, as reported by the BCR, is external debt, which surged from $12,797.7 million to $15,074.9 million—an increase of $2,397 million, or 18.7 percent.
Consequently, government debt expanded from $19,098 million to $20,798.5 million, marking an 8.9 percent rise over the year. Meanwhile, the debt of the financial public sector has remained largely unchanged. Domestic debt, conversely, declined from $8,056.1 million to $7,494.1 million, a decrease of nearly 7 percent over the year.
For Lemus, the agreement with the IMF includes targets for the primary balance (deficit excluding interest) and debt-to-GDP ratios that align with the adjustment and its gradual nature.
“The deviations from the quantitative targets stem from issues in government management and IMF oversight. Quarterly monitoring was planned for the first year, but all indications suggest that the second evaluation report was not conducted,” he states.
The economist characterizes this as a “de facto arrangement,” a change made on the fly that neither the government nor the IMF has made public. “They have no interest in informing the population; in this regard, the IMF has acquiesced to the government’s pattern of opacity.”
In its latest evaluation of the country, the IMF notes that the authorities agreed to “continue exercising strict control over public spending to meet the primary balance targets for the remainder of the year, thereby safeguarding credibility, rebuilding fiscal and external buffers, and placing public debt on a firmly downward trajectory.”
Yet the specter of debt remains. Indeed, last week the credit rating agency Fitch Ratings indicated that it could upgrade the country’s sovereign rating if fiscal consolidation supports a sustained reduction in public debt relative to GDP. El Salvador holds a B- rating from this agency, one of the lowest in the region.
Lemus emphasizes that the program did not anticipate debt growth of this magnitude; instead, the target was 87.6 percent of GDP.
In the first evaluation conducted by the institution, it highlighted “deviations in the criteria due to higher net borrowing.”
Moreover, under the program, the goal is for debt to reach 80 percent of GDP by 2030, 75 percent by 2035, and below 70 percent by 2045.
To Whom Does the State Owe?
The Ministerio de Hacienda indicates in its debt profile that, as of October, 56 percent of the debt of the Non-Financial Public Sector (SPNF) is held by investors (both local and international); 36.3 percent consists of debt to multilateral entities, 5.4 percent to the BCR, 1.7 percent to bilateral organizations, and 0.4 percent to other creditors.
Over the year, the creditor composition has not varied significantly, as in October 2024, 58 percent of the debt was held by investors and 33.5 percent was multilateral.
Furthermore, 43 percent of this debt carries interest rates above 8 percent. Only 24 percent bears rates above 9 percent, and a mere 9 percent has rates below 3 percent. Nineteen percent of this debt is at rates above 20 percent, and 34 percent falls between 11 and 20 years, as detailed by the treasury.
Deuda pública de El Salvador crece $2,586 millones en un año
La tendencia alcista de la deuda pública no para. Según los últimos datos del Banco Central de Reserva (BCR), la suma de la deuda pública -que incluye deuda del sector público no financiero, sector público financiero y pensiones- llegó a octubre a los $33,805 millones, es decir, $2,586.5 millones más que en octubre de 2024 o un 8.2 % adicional, e implica $226 millones más que septiembre pasado.
La deuda pública llegó a los $22,689.4 millones y la previsional sumó a octubre $11,115.9 millones. La primera con un alza de 8.8 % y la segunda de 7.25 %.
Solo la deuda del sector público no financiero, que incluye al Gobierno Central y empresas públicas no financieras, alcanzó en octubre el 89.2 % del PIB, casi 2 puntos del PIB más que al cierre de 2024, detalla el Ministerio de Hacienda.
Esta alza se da en medio de un acuerdo de Servicio Ampliado y de consolidación fiscal con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Según el economista Rafael Lemus, “lo preocupante es que se partió de un nivel de (deuda) del 87 % del PIB en el 2024 y lo más probable es que se cierre cercano al 90 % en el 2025”.
Asimismo, detalla que ha sido un programa de ajuste “que el primer año de implementación aceleró la dinámica de la deuda. Es una desviación de las metas cuantitativas fiscales. Y el presupuesto de 2026 es más continuidad de desviaciones”.
La deuda que más ha subido, según reporta el BCR, es la deuda externa, que pasó de $12,797.7 a $15,074.9 millones, un alza de $2,397 millones o un 18.7 %.
Así, la deuda del gobierno pasó de $19,098 millones a $20,798.5 millones o un 8.9 % en un año. Mientras que la deuda del sector público financiero se ha mantenido muy similar. Por su parte, la deuda interna ha pasado de $8,056.1 a $7,494.1 millones, casi un 7 % menos en el año.
Para Lemus, el acuerdo con el FMI contiene metas de balance primario (déficit sin intereses) y deuda sobre PIB consistentes con el ajuste y su gradualidad.
“Las desviaciones de las metas cuantitativas es un problema de la gestión del Gobierno y la supervisión del FMI. Se contempló seguimiento trimestral para el primer año, pero todo apunta que el segundo informe de evaluación no se realizó”, dice.
El economista señala que es “un ‘arreglo de hecho’, un cambio sobre la marcha que ambos Gobierno y FMI no han hecho público. No les interesa informar a la población, en este aspecto el FMI se ha plegado al esquema de opacidad del Gobierno”.
El FMI detalla en la última evaluación hecha al país que las autoridades acordaron “continuar ejerciendo un estricto control del gasto público para cumplir con las metas de saldo primario en lo que resta del año para salvaguardar la credibilidad, reconstruir los márgenes fiscales y externos, y situar la deuda pública en una senda firmemente decreciente”.
Pero la sombra de la deuda permanece. Incluso, la calificadora de riesgo Fitch Ratings señaló la semana pasada que se podría subir la calificación soberana del país si se da una consolidación fiscal que respalde una reducción sostenida de la deuda pública en relación con el PIB. El Salvador tiene una nota de B- de parte de esta agencia, una de las más bajas de la región.
Lemus recalca que el programa no contempló un crecimiento de la deuda de esta magnitud, sino que la meta era de 87.6 % del PIB.
En la primera evaluación que hizo el organismo puntualizó que habían “desviaciones en los criterios por un mayor endeudaniento neto”.
Además, según el programa la meta es que la deuda sea de un 80 % del PIB para 2030, de 75 % para 2035 y debajo del 70 % para 2045.
¿A quiénes le debe el estado?
Hacienda señala, en el perfil de la deuda, que a octubre el 56% de la deuda del sector público no financiero (SPNF) está en manos de inversionistas (locales e internacionales); un 36.3 % es deuda con entidades multilaterales, un 5.4 % con el BCR, un 1.7 % con organismos bilaterales y un 0.4 % con otros acreedores.
En un año, los acreedores no han variado mucho, ya que, en octubre de 2024, el 58 % de la deuda estaba en manos de inversionistas y un 33.5 % multilateral.
Además, un 43 % de esta deuda paga tatas arriba de un 8 %. Solo un 24 % paga arriba del 9 % y tan solo un 9 % paga tasas abajo del 3 %. Un 19 % de esta deuda es a tasas arriba del 20 % y un 34 % está entre 11 y 20 años, detalla el fisco.
