Political Parasites — Parásitos políticos

Oct 20, 2025

Little by little, citizens are identifying this type of public official who collects a paycheck yet lives as a parasite, contributing nothing to the common good of society. — Poco a poco los ciudadanos van identificando este tipo de funcionario público que van cobrando un sueldo, pero vive como un parásito sin aportar nada al bien común de la sociedad.

The Tribunal Supremo Electoral (Supreme Electoral Tribunal, TSE) and the Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (Office of the Human Rights Ombudsman, PDDH): two examples of political parasites in El Salvador.

1. The Tribunal Supremo Electoral of El Salvador should change its name

First, because there is nothing “tribunal” about it, given that it adjudicates nothing. The current executive branch moved the presidential election projected for 2029 up to 2027, for obvious political convenience. Not only did they say nothing; they also rubber-stamped the change.

Second, because there is nothing “supreme” about it, insofar as it bows obsequiously to the decisions made by the current regime and fails to assert its authority to protect the diverse political actors entitled to their rights, as in any democratic regime.

Third, because there is nothing “electoral” about it, insofar as it fails to serve as an arbiter safeguarding the rights of all who take part in scheduled elections; on the contrary, it paves the way for the incumbent regime to impose its autocracy, despotism, and tyranny.

Therefore, call them the “Comisión Electoral de la Presidencia” (Presidential Electoral Commission), for that is what they are and nothing else.

2. The human rights ombudsman advocates for nothing

She advocates for nothing on behalf of victims; rather, her office is entirely oriented toward protecting the executive’s interests.

She claims to have received no complaints of torture in Salvadoran prisons. Nor does she act on her own initiative.

3. They are political parasites

Both the TSE magistrates and El Salvador’s Human Rights Ombudswoman can be considered “political parasites,” insofar as they exercise their sociopolitical function in disregard of the mandates of their office and, moreover, draw a salary for doing so. For that salary is not paid by those who benefit from their perversion of duty, but by all citizens—whether they support the executive or not—who pay taxes.

Little by little, citizens are identifying this type of public official who collects a paycheck yet lives as a parasite, contributing nothing to the common good of society.

Diario Co Latino: https://www.diariocolatino.com/parasitos-politicos/

Parásitos políticos

El Tribunal Supremo Electoral y la Procuraduría de los Derechos Humanos: dos ejemplos de parásitos políticos en El Salvador.

1. El Tribunal Supremo Electoral de El Salvador debería cambiar de nombre

Primero, porque de “tribunal” no tiene nada, en cuanto que no dirime nada. El ejecutivo actual cambió la fecha de votación presidencial proyectada para el año 2029 al año 2027, por evidente conveniencia política. Ellos, no solo no dijeron nada, sino que además avalaron el cambio.

En segundo lugar, porque de “supremo” no tiene nada, en la medida que es genuflexo a las decisiones tomadas por el régimen actual y no anteponer su autoridad para proteger a los diversos actores políticos que tienen derecho como en cualquier régimen democrático.

En tercer lugar, porque de electoral no tienen nada, en la medida que no fungen como árbitros, asegurando los derechos de todos los que participan en las votaciones programadas y muy por el contrario le allanan el camino al régimen vigente para que imponga su autocracia, despotismo y tiranía.

Por tanto, llámeseles «Comisión Electoral de la Presidencia», porque eso son y no otra cosa.

2. La procuradora de derechos humanos no procura nada

No procura nada en favor de las víctimas, sino que su procuraduría está toda orientada a proteger los intereses del ejecutivo.

Afirma no haber recibido denuncias de tortura en las cárceles salvadoreñas. Y tampoco actúa de oficio.

3. Son parásitos políticos

Tanto los magistrados del TSE como la procuradora de derechos humanos de El Salvador, pueden ser considerados «parásitos políticos», en la medida que ejercen su función sociopolítica no apegados a los cometidos de su oficio y en la medida que cobran un sueldo por hacer eso. Porque dicho sueldo no lo paga quien se beneficia de su perversión, sino los ciudadanos todos —simpatizantes o no del ejecutivo— que pagamos los impuestos.

Poco a poco los ciudadanos van identificando este tipo de funcionario público que van cobrando un sueldo, pero vive como un parásito sin aportar nada al bien común de la sociedad.