In 2024, 51.4% of Salvadorans obtained water through pipes installed inside their homes, while the rest, 48.6%, had to resort to public fountains, communal taps, or other sources, according to the statistical bulletin published by ANDA.
According to the state-owned utility’s estimates, 62.7% of the country’s inhabitants had a potable water supply, either from ANDA or through decentralized operators. But a closer look at the sources reveals that only 51.4% had access via a household connection, meaning nearly half the country obtained potable water through other means.
The agency does not detail the methods used by the 48.6% of the country lacking a household connection to obtain water, referring only to what it calls “easily accessible” sources, such as public fountains and communal taps. According to the official report, these provided potable water coverage to 11.3% of the population in 2024.
In total, the agency states that 3,102,069 people have access to household connections, either with ANDA or with decentralized operators, while 679,049 obtain water through these “easily accessible” sources.
“There is a very significant gap and a formidable challenge in supplying people with in-home piped water. Of course, other forms of supply exist, but they are not ideal,” Meraris López, a researcher from the Economics Department at the José Simeón Cañas Central American University (UCA), told LA PRENSA GRÁFICA.
The academic explained that entities like the World Bank estimate that 95% of the population in El Salvador has access to water, “but when we delve into how people actually source their water, we realize it is not necessarily because they have an in-home pipe, but rather through a neighbor’s pipe, from public fountains, or by purchasing from water trucks. This disparity is even more profound in rural areas, where people go directly to the sources.”
Any supply that does not come from a household connection constitutes a precarious water source, López added: “What are precarious sources? All those that are not a household connection, because that means spending more time to collect water, or paying more to collect it and to secure access.”
The Urban-Rural Divide
The UCA researcher highlighted that there are also disparities between urban and rural areas, with the former enjoying better household connection coverage. ANDA’s own data confirms this.
According to the agency, water coverage in urban areas reached 69.9% of the population residing in this geographic area in 2024, with 66.3% obtaining the resource through a pipe installed in their home. But in rural areas, these figures are lower: water coverage was 44.8%, and barely 14.3% had a household connection, with the remaining 85.7% relying on other sources. Public fountains and communal taps covered only 30.5% of the rural population, according to ANDA.
Citing the Survey on Access to Quality Water, conducted in 2023 as part of a UCA investigation, López noted that in rural areas, 67% of respondents reported relying on precarious sources.
The academic also pointed out that the survey highlights the role played by community water boards in rural areas, as these self-managed systems are often the ones that guarantee access to the resource.
“The survey tells us that 50% of people who have water in rural areas get it from a community water board. This is important, because these self-managed processes, which have neither technical support nor a steady income, are fulfilling a crucial role in supplying rural areas,” she indicated.
Census Adjustments
The agency’s estimates on water coverage are based on the results of the 7th Population and 5th Housing Census, conducted last year by the Central Reserve Bank (BCR). This population data update revealed that El Salvador has fewer inhabitants than initially calculated.
The census counted 6,029,976 inhabitants for 2024, a figure 320,993 people lower than the 2021 projection for last year. This adjustment likely influenced ANDA’s data, as overall water coverage decreased compared to that reported in 2014 and 2019.
According to statistics compiled by LPG Datos, overall water coverage was estimated at 66% in 2014 and increased to 75.8% by 2019. For 2023, ANDA reported 76.7%, which then fell to the aforementioned 62.7% the following year. There is likewise a decline in the share of the population with a household connection: in 2014 it stood at 59.1%, in 2019 it rose to 62.2%, and in 2023 it was 62.4%, compared with 51.4% in 2024.
Casi la mitad de El Salvador no tiene conexión de agua en su vivienda, según ANDA
En 2024, el 51.4 % de la población salvadoreña se abasteció de agua a través de una cañería instalada dentro de su domicilio, mientras que el resto, es decir, el 48.6 %, tuvo que recurrir a cantareras, pilas públicas u otras fuentes, afirma el boletín estadístico publicado por la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados (ANDA).
Según las estimaciones de la empresa estatal, el 62.7 % de habitantes del país tenía suministro de agua potable ya sea con ANDA o a través de operadores descentralizados. Pero al revisar las fuentes de las cuales se abastecieron estas personas, resulta que solo el 51.4 % tenía acceso a conexión domiciliar, por lo que casi la mitad del país obtuvo agua potable por otras vías.
La autónoma no detalla a profundidad qué métodos utilizó el 48.6 % del país que no tenía conexión domiciliar para obtener agua, únicamente se refiere a las que llama fuentes “de fácil acceso”, que son cantareras y pilas públicas. Estas brindaron cobertura de agua potable al 11.3 % de la población en 2024, según el informe oficial.
En total, la autónoma afirma que 3,102,069 personas tienen acceso a conexiones domiciliares ya sea con ANDA o con operadores descentralizados, mientras que 679,049 obtienen agua a través de estas fuentes “de fácil acceso”.
“Hay una brecha bastante importante y un reto significativo en torno a abastecer a las personas con cañería domiciliar, porque, por supuesto, hay otras formas de abastecimiento, pero (…) no son las mejores”, dijo a LA PRENSA GRÁFICA la investigadora Meraris López, del Departamento de Economía de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA).
La académica explicó que entidades como el Banco Mundial estiman que en El Salvador el 95 % de la población tiene acceso al agua, “pero cuando ya nos vamos a las entrañas de cómo las personas se abastecen de agua, nos damos cuenta que no necesariamente es porque tienen cañería domiciliar, sino que lo hacen a través de la cañería del vecino, a través de cantareras, comprando a pipas; incluso en las zonas rurales, que es más profunda la desigualdad, yendo directamente a las fuentes”.
Todo abastecimiento que no provenga de una conexión domiciliar constituye una fuente precaria de agua, agregó López: “¿Cuáles son las fuentes precarias? Todas aquellas que no sean cañería domiciliar, porque esto implica disponer de más tiempo para recolectar el agua o pagar más para recolectar el agua y tener acceso”.
La brecha entre la ciudad y el campo
La investigadora de la UCA destacó que también hay desigualdades entre la zona urbana y la rural, donde la primera goza de una mejor cobertura de conexión domiciliar. Esto lo confirman los mismos datos de la ANDA.
Según la autónoma, la cobertura de agua en la zona urbana alcanzó en 2024 al 69.9 % de la población que reside en esta área geográfica, donde el 66.3 % obtenía el recurso a través de una cañería instalada en su casa. Pero en la zona rural, estas cifras son menores: la cobertura de agua fue del 44.8 % y apenas el 14.3 % tenía conexión domiciliar, el restante 85.7 % se abastecía de otras fuentes. Las cantereras y las pilas públicas apenas cubrieron al 30.5 % de la población rural, según ANDA.
Citando la Encuesta sobre el Acceso al Agua de Calidad, elaborada en 2023 como parte de una investigación de la UCA, López señaló que en la zona rural, el 67 % aseguró que se abastecía de fuentes precarias.
La académica también señaló que la encuesta evidencia la labor que desempeñan las juntas de agua en las zonas rurales, puesto que estos sistemas autogestionados son los que garantizan, en muchas ocasiones, el acceso al recurso.
“La encuesta nos dice que el 50 % de las personas que tienen agua en las zonas rurales es por una junta de agua. Eso es importante, porque estos procesos autogestionados, estos procesos que no tienen acompañamiento técnico ni tampoco tienen ingresos constantes, están cumpliendo un rol bien importante para abastecer las zonas rurales”, indicó.
Ajustes por el censo
Las estimaciones de la autónoma sobre la cobertura de agua se basan en los resultados del VII Censo de Población y V de Vivienda, realizado el año pasado por el Banco Central de Reserva (BCR). Esta actualización de los datos de población reveló que El Salvador tiene menos habitantes de lo que se había calculado inicialmente.
El censo contabilizó 6,029,976 habitantes para 2024, pero esta cifra fue inferior en 320,993 personas respecto a lo que se había estimado en 2021 para el año pasado. Este ajuste habría influido en los datos de ANDA, puesto que la cobertura global de agua se redujo respecto a la reportada en 2014 y 2019.
Según las estadísticas recogidas por LPG Datos, en 2014 se estimó una cobertura global de agua del 66 % y para 2019 aumentó a 75.8 %. Para 2023, ANDA reportó 76.7 % y al año siguiente bajó al ya mencionado 62.7 %. De igual forma hay una reducción en el porcentaje de población con conexión domiciliar: en 2014 se ubicó en 59.1 %, en 2019 subió a 62.2 % y en 2023 fue de 62.4 %, en contraste con el 51.4 % que se registró en 2024.