Students at the Western Multidisciplinary Faculty of the University of El Salvador (UES) in Santa Ana, particularly those in the medical program, have voiced frustration and concern over cramped classrooms. With enrollments exceeding room capacities, many are forced to sit on the floor or split into groups in different rooms during the same class, compromising the quality of instruction.
The problem, according to students, is most acute in health-related programs. “We always have to arrive early; otherwise, we end up without desks,” one student remarked. Another added that in classes with more than 280 students, such as Morphological Sciences I, dividing into groups becomes a necessity, but a shortage of classrooms makes it difficult to alleviate the overcrowding.
Mariana Escobar, a medical student, explains that she must arrive early to secure a desk and position herself at the front of the class, since those seated in the back struggle to hear the professors clearly. Another student, María José, notes that one of the solutions they have been offered is to separate the groups. “Since we cannot all fit, they divide us; some attend in the morning and others in the afternoon,” she adds.
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Professor Luz Marina Martínez, who teaches Morphological Sciences I, confirmed that the sheer volume of students poses a persistent challenge. “I have 280 students, and we must request that authorities divide us into groups, but classroom allocation remains inadequate,” she asserts. Martínez explains that she has had to split her class into two groups of more than 160 students each to deliver the lectures and labs, even though this requires her to teach the same class twice.
She further noted that the situation has worsened because many students from prior cohorts—even as far back as 2019—have fallen behind in this course, joining those in the new 2025 curriculum. This has created an excessive backlog of students, which faculty are attempting to manage with support from students fulfilling their social service requirement.
Virtual Reality Labs Left Idle
A major point of discontent among the student body is the state of the facilities. According to Professor Luz Marina Martínez, a virtual reality lab built two years ago—formerly an auditorium that could seat many medical students—has gone unused for lack of equipment. “It serves no purpose because we lack the necessary gear; only the infrastructure exists,” she declares. The space could significantly ease overcrowding if it were used as a regular classroom.
Response from the Dean’s Office
Vice Dean José Guillermo García acknowledged that the problem stems from a curriculum change that has absorbed a larger number of students, causing groups to swell. “Initially, they were indeed in smaller classrooms, but that has already been addressed in the technical committee with department heads and the academic administrator,” García states.
The vice dean indicates that larger classrooms have now been assigned for high-enrollment courses and that the issue is being tackled in coordination with area coordinators. He also mentioned that the virtual reality laboratory will soon be operational. “Early next month, we will begin the training sessions… we are already working on that,” he affirms, implying that instructors will receive the necessary preparation to utilize the technology.
The vice dean assures that, although challenges remain, concerted efforts are underway to ensure that students in the medical program and other fields have adequate conditions to attend their classes.
Estudiantes de la UES en Santa Ana denuncian falta de aulas adecuadas
Estudiantes de la Facultad Multidisciplinaria de Occidente de la Universidad de El Salvador (UES), en Santa Ana, especialmente de la carrera de Medicina, han expresado su frustración y preocupación por la falta de espacio en las aulas. Con matrículas que superan la capacidad de los salones, muchos se ven obligados a sentarse en el suelo o dividirse en grupos en diferentes aulas durante la misma clase, afectando así la calidad de la enseñanza.
El problema, según los alumnos, es más crítico en las carreras del área de salud. «Siempre tenemos que llegar temprano, si no, nos quedamos sin pupitres», comentó un estudiante. Otro añadió que en clases con más de 280 alumnos, como la de Ciencias Morfológicas I, la división en grupos se vuelve una necesidad, pero la escasez de aulas dificulta encontrar una solución al hacinamiento.
Mariana Escobar, estudiante de Medicina, explica que tiene que llegar temprano para poder lograr un pupitre y quedar enfrente de la clase, ya que al quedar atrás, no escuchan bien la voz de los profesores.Otra universitaria, María José, comenta que una de las soluciones que han brindado es separar los grupos. «Como cabemos, nos dividen; unos van en la mañana y otros años en la tarde», añade.
Búsqueda de soluciones
La docente Luz Marina Martínez , de la materia de Ciencias Morfológicas I, confirmó que la gran cantidad de estudiantes es un problema constante. «Tengo 280 estudiantes, y nos toca pedir a las autoridades que nos dividan en grupos, pero la distribución de aulas es mala», afirma. Martínez explica que ha tenido que dividir su clase en dos grupos, de más de 160 estudiantes cada uno, para poder impartir la lección y los laboratorios, aunque tenga que repetir dos veces la misma clase.
Además, señaló que la situación se ha agravado debido a que muchos alumnos de promociones anteriores (incluso desde 2019) se han quedado rezagados en esta materia, sumándose a los del nuevo plan de estudios de 2025. Esto ha generado una acumulación excesiva de estudiantes, que los docentes intentan manejar con el apoyo de estudiantes de servicio social.
Laboratorios de realidad virtual abandonados
Un punto de gran descontento entre el estudiantado es el estado de las instalaciones. Según la profesora Luz Marina Martínez, un laboratorio de realidad virtual que fue construido hace dos años y que antes era un aula magna donde cabrían varios estudiantes de Medicina, no se usa por falta de equipo. «No sirve para nada porque no se cuenta con el equipo, solo está la instalación», declara. Este espacio podría ser de gran ayuda para aliviar el problema de hacinamiento si se utilizara como un aula regular.
La respuesta del decanato
El vicedecano José Guillermo García reconoció que el problema se debe a un cambio en el plan de estudios que ha absorbido a un mayor número de estudiantes, provocando que los grupos se hagan más grandes. «En un principio sí estaban en aulas más pequeñas, pero eso ya se resolvió en el comité técnico con los jefes de departamento y el administrador académico», declara García.
El decano indica que ya se han asignado aulas más grandes para las materias con mayor matrícula y que el problema se está abordando con los coordinadores de área. Además, mencionó que el laboratorio de realidad virtual pronto será utilizado. «A principios del próximo mes vamos a empezar con las capacitaciones… ya estamos trabajando en eso», afirma, dando a entender que los docentes recibirán la formación necesaria para usar la tecnología.
El vicedecano asegura que, aunque aún se presentan inconvenientes, se están haciendo los esfuerzos para que los estudiantes de Medicina y otras carreras cuenten con las condiciones adecuadas para recibir sus clases.