El Salvador’s military-controlled education ministry is enforcing strict discipline for school children, from army haircuts to national prayer recitations, in what rights groups say is the latest sign of the country’s slide into authoritarianism.
Air force Captain Karla Trigueros was appointed education minister earlier this month and quickly decreed austere haircut and etiquette codes for the country’s schools. Local television showed children in polo shirts lined up at the gates for inspection by Trigueros, who donned full military fatigues.
Barbers reported greater demand from students trying to comply with the new rules, which also penalise not saying “thank you” or using a “disrespectful” tone. Trigueros has ordered a weekly assembly in which children must sing the national anthem and recite a prayer to the country’s flag.
Since taking power in 2019, President Nayib Bukele has radically reshaped the tiny Central American country, slashing the country’s soaring homicide rate by locking up more than 2 per cent of the adult population. Dozens of journalists have fled El Salvador this year, as the government cracks down on dissent.
Lawmakers passed legislation this month that would allow the 44-year-old social media whizz, who has jokingly described himself as “the world’s coolest dictator”, to remain president indefinitely.
Bukele has framed the education changes as the next step in his push against gangs, which sometimes recruit from schools.
“Today, many mothers weep for their children in prison; others, for those in the cemetery or still missing,” Bukele wrote on X this week. “Disciplinary measures in schools are meant to prevent this tragedy from happening again.”
Bukele has relied heavily on the military, once storming congress with armed soldiers to push lawmakers to pass a security bill. He significantly increased the defence budget and deployed soldiers under a “state of emergency” used for the gang crackdown.
Trigueros’s appointment signals a further blurring of the lines between civilian and military roles in public life.
“It’s worrying, especially in education where the new minister is focused on order and discipline without dealing with other issues,” said Óscar Picardo, editor of Salvadoran newspaper El Diario de Hoy. “Bukele has a great devotion for all things military; you can see it on his X profile and in his public messages where he speaks flanked by soldiers on the stage.”
His party also passed a law reminiscent of one in Russia requiring non-profits taking funding to register as “foreign agents”.
“The trend so far is more and more repression, more and more concentration of power and a country heading towards becoming a dictatorship,” said Juan Pappier of Human Rights Watch. “It’s not surprising that he’s starting to rely on the military for other areas.”
There is strong support among the Salvadoran public for Bukele, who enjoys approval ratings above 80 per cent. Voters have broadly been happy to hand him greater power, even if it means sacrificing civil liberties or freedom of the press.
“Obviously, the president controls the entire state apparatus, but it’s a control based in my view on popular will. If you held a referendum, I think the people would validate it,” said Carlos Acevedo, an economist and former central bank governor.
Bukele, who won a second term last year after a court he installed reinterpreted a constitutional ban on re-election, has been emboldened by the election of ally US President Donald Trump.
Last year, the state department’s annual human rights report listed “credible reports” of abuses including torture, forced disappearance and arbitrary arrest. This year’s report said there was none.
Closer US ties and scaling back its use of bitcoin helped secure a loan facility from the IMF last year. But despite strong growth in tourism, the UN expects El Salvador to have the lowest economic growth in Central America this year, at 2.5 per cent.
In speeches and social media posts this week, Bukele has stuck to talking about how the new rules for children will have an impact on society.
“If you really love them, you have to apply discipline, because if you don’t, they are the ones that will suffer the most, then you,” he said. “But the order in schools, order in the streets, order in the markets is the new country that we have to have, the country that we deserve.”
Financial Times: https://www.ft.com/content/56900935-6d1b-44ed-963c-c5a2aaaf73d5
El Salvador impone cortes de pelo militares a escolares en su deriva autoritaria
El Ministerio de Educación de El Salvador, bajo control militar, está imponiendo una disciplina estricta a los escolares, desde cortes de pelo militares hasta la recitación de una oración a la bandera, en lo que organizaciones de derechos humanos consideran la señal más reciente de la deriva del país hacia el autoritarismo.
La capitana de la Fuerza Aérea Karla Trigueros fue nombrada ministra de Educación a principios de este mes y de inmediato decretó códigos austeros de corte de cabello y etiqueta para las escuelas del país. La televisión local mostró a niños con camisetas tipo polo formados en las entradas para ser inspeccionados por Trigueros, quien vestía un uniforme militar de fatiga completo.
Los barberos reportaron un aumento de la demanda de estudiantes que intentan cumplir con las nuevas reglas, que también sancionan no decir “gracias” o usar un tono “irrespetuoso”. Trigueros ha ordenado un acto cívico semanal en el que los niños deben entonar el himno nacional y recitar una oración a la bandera del país.
Desde que asumió el poder en 2019, el presidente Nayib Bukele ha transformado radicalmente este pequeño país centroamericano, reduciendo drásticamente la elevadísima tasa de homicidios al encarcelar a más del 2 % de la población adulta. Decenas de periodistas han huido de El Salvador este año, a medida que el gobierno reprime la disidencia.
Los legisladores aprobaron este mes una ley que permitiría al gurú de las redes sociales de 44 años, quien en broma se ha descrito a sí mismo como “el dictador más cool del mundo”, permanecer en la presidencia indefinidamente.
Bukele ha presentado los cambios en la educación como el siguiente paso en su ofensiva contra las pandillas, que a veces reclutan en las escuelas.
“Hoy, muchas madres lloran por sus hijos en la cárcel; otras, por los que están en el cementerio o siguen desaparecidos”, escribió Bukele en X esta semana. “Las medidas disciplinarias en las escuelas tienen como objetivo evitar que esta tragedia vuelva a ocurrir”.
Bukele se ha apoyado fuertemente en el ejército; en una ocasión irrumpió en el Congreso con soldados armados para presionar a los diputados a que aprobaran un proyecto de ley de seguridad. Aumentó significativamente el presupuesto de defensa y desplegó soldados bajo un “régimen de excepción” utilizado para la ofensiva contra las pandillas.
El nombramiento de Trigueros señala un mayor desdibujamiento de las fronteras entre los roles civiles y militares en la vida pública.
“Es preocupante, sobre todo en educación, donde la nueva ministra se centra en el orden y la disciplina sin atender otras cuestiones”, dijo Óscar Picardo, editor del periódico salvadoreño El Diario de Hoy. “Bukele tiene una gran devoción por todo lo militar; se ve en su perfil de X y en sus mensajes públicos, donde habla flanqueado por soldados en el escenario”.
Su partido también aprobó una ley que recuerda a una de Rusia que exige a las organizaciones sin fines de lucro que reciben financiamiento registrarse como “agentes extranjeros”.
“La tendencia hasta ahora es más y más represión, más y más concentración de poder y un país encaminado a convertirse en una dictadura”, dijo Juan Pappier de Human Rights Watch. “No es de extrañar que esté empezando a apoyarse en los militares para otras áreas”.
Existe un fuerte apoyo a Bukele entre la población salvadoreña, que goza de índices de aprobación superiores al 80 %. En general, los votantes se han mostrado conformes con otorgarle cada vez más poder, incluso si ello implica sacrificar las libertades civiles o la libertad de prensa.
“Obviamente, el presidente controla todo el aparato estatal, pero es un control basado, en mi opinión, en la voluntad popular. Si se celebrara un referéndum, creo que el pueblo lo validaría”, dijo Carlos Acevedo, economista y exgobernador del banco central.
Bukele, quien ganó un segundo mandato el año pasado después de que un tribunal que él instaló reinterpretara una prohibición constitucional a la reelección, se ha envalentonado con la elección de su aliado, el presidente estadounidense Donald Trump.
El año pasado, el informe anual sobre derechos humanos del Departamento de Estado de Estados Unidos consignó “informes creíbles” de abusos, entre ellos tortura, desaparición forzada y detención arbitraria. Este año, el informe no señaló ninguno.
El estrechamiento de los lazos con Estados Unidos y la reducción del uso de bitcóin ayudaron a asegurar una línea de crédito del FMI el año pasado. Pero, pese al fuerte crecimiento del turismo, la ONU prevé que El Salvador tenga este año el menor crecimiento económico de Centroamérica, de 2,5 %.
En discursos y publicaciones en redes sociales esta semana, Bukele ha insistido en cómo las nuevas normas para los niños impactarán en la sociedad.
“Si de verdad los aman, tienen que aplicar disciplina, porque si no lo hacen, ellos son los que más sufrirán, y después ustedes”, dijo. “Pero el orden en las escuelas, el orden en las calles, el orden en los mercados es el nuevo país que debemos tener, el país que merecemos”.
Financial Times: https://www.ft.com/content/56900935-6d1b-44ed-963c-c5a2aaaf73d5