Bukele, or All Schools Must Be Barracks — Bukele o todas las escuelas deben ser cuarteles

Aug 26, 2025

Carlos Efrén Rangel explains how Nayib Bukele has set his sights on the schools, now under the banner of discipline: “militarizing processes, curtailing freedoms, and opening the door to serious abuses,” our columnist notes. — Carlos Efrén Rangel nos cuenta cómo Nayib Bukele va por las escuelas, ahora con la bandera de la disciplina: "militarizar procesos, cancelar libertades y abrir la puerta a los abusos graves", menciona nuestro columnista.

It is no surprise that Nayib Bukele, the president of El Salvador, wants to export the procedures that made him a leading figure among governments that embrace authoritarianism. Bukele is now targeting schools just as he did with prisons, under the banner of discipline: to militarize processes, cancel freedoms, and open the door to serious abuses. What never ceases to amaze me is the support his policies garner.

Nor do I wish to judge anyone; in fact, the question I have asked myself these past days, since I learned of the Salvadoran school measure, is: what has rotted to the point that these gestures of totalitarianism are viewed with sympathy?

Brief Context

After appointing Salvadoran Army captain Karla Trigueros to head the Ministry of Education, Science, and Technology, a memorandum was issued instructing administrators to monitor entrances and verify that every student enters with a “proper haircut,” offers a “respectful greeting,” and wears a clean uniform, with a warning of administrative sanctions for noncompliance, for both teachers and students.

The vagueness of these terms is alarming: what counts as an “appropriate” haircut? Salvadoran online newspapers flagged the “Mohawk” as prohibited; a Google Images search turns up the footballer Neymar as an example. What might be construed as a “respectful greeting” is far more ambiguous; it will depend on each school’s interpretation.

Thunderous applause. So, what have we done wrong? Some will say everything: that schools worked better in the past; that ever since curricula placed the student at the center of the process, it has given rise to policies that strip them of responsibility, lighten their workload, and render them immune to the consequences of their actions. These days, no one fails; no one is expelled.

Justice

I will not deny that, as a professor, these situations can be frustrating. There are many times I wish that the rigor and effort I put into designing and implementing learning experiences were reciprocated by certain students and their families, and that this same academic rigor would be the key to justice.

The American political philosopher John Rawls, in his book A Theory of Justice, identifies the school as part of the basic structure that must guarantee fair equality of opportunity; therefore, rules would be acceptable only if they were neutral, minimally restrictive, non-arbitrary, and demonstrably beneficial especially to the least advantaged. For discipline to educate, it must be jointly deliberated and proportionate, whereas discipline grounded in aesthetics and punitive in nature turns appearance into a moral criterion and, in Rawls’s terms, subverts the very justice it claims to pursue.

But between that and looking with sympathy upon measures that combine authoritarianism and extreme nationalism and are applied to children, it seems to me worth pausing to reflect. To that end, I close with the definition of a concept whose name I will leave unsaid so that algorithms do not punish Letra Fría, though the reader will surely supply it: “an ultranationalist totalitarian political movement that prioritizes the nation over individual rights and is characterized by an authoritarian government, a charismatic leader, militarism, and exclusionary rhetoric.”

Letra Fría: https://letrafria.com/bukele-o-todas-las-escuelas-deben-ser-cuarteles/

Bukele o todas las escuelas deben ser cuarteles

No resulta extraño que Nayib Bukele, presidente de El Salvador, quiera exportar a diversos escenarios los procedimientos que lo volvieron protagonista en el grupo de los gobiernos que apuestan por el autoritarismo. Ahora Bukele va por las escuelas como lo hizo en las prisiones y, con la bandera de la disciplina: militarizar procesos, cancelar libertades y abrir la puerta a los abusos graves. Lo que no deja de sorprenderme es el apoyo que cosechan sus políticas.

Tampoco quiero juzgar a nadie; en realidad, la pregunta que me he hecho los últimos días, desde que conocí la medida escolar salvadoreña, es: ¿qué cosas están podridas para que estos gestos de totalitarismo se vean con simpatía?

Breve contexto

Luego de nombrar a la capitana del Ejército salvadoreño, Karla Trigueros, como titular del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, se emitió un memorándum dirigido a todas las escuelas, en el que se transmitió la orden a los directivos de vigilar la entrada a los planteles y verificar que todos los estudiantes ingresen con un “corte adecuado”, realicen un “saludo respetuoso” y presenten un uniforme limpio, con la advertencia de sanciones administrativas para quien incumpla, tanto a profesores como a estudiantes.

La ambigüedad de los conceptos es alarmante: ¿cómo es un corte de cabello “adecuado”? En diarios en línea de El Salvador se nombró como prohibido el corte “Mohawk” que, al buscar en Imágenes de Google, aparece el futbolista Neymar como ejemplo. Lo que pueda interpretarse por “saludo respetuoso” es mucho más ambiguo; dependerá de la interpretación de cada escuela.

Muchísimos aplausos. Entonces, ¿qué hemos hecho mal? Habrá quien diga que todo: que en el pasado las escuelas funcionaban mejor, que desde que los programas de estudio pusieron al alumno al centro del proceso se han materializado medidas que les restan responsabilidad, les aligeran las tareas y los hacen inmunes a las consecuencias negativas de sus actos; en esta época nadie reprueba; en esta época a nadie expulsan.

Justicia

No voy a negar que, como profesor, esas situaciones pueden ser frustrantes; no son pocas las veces que quisiera que el rigor y el empeño que pongo en diseñar y aplicar experiencias de aprendizaje fueran correspondidos por algunos estudiantes y sus familias, y que fuera el mismo rigor académico quien abriera la puerta de la justicia.

El filósofo y político estadounidense John Rawls, en su libro “Teoría de la justicia”, identifica que la escuela forma parte de la estructura básica que debe garantizar igualdad justa de oportunidades; por eso, las normas solo serían aceptables si fueran neutrales, mínimamente restrictivas, no arbitrarias, y si demostraran beneficiar en especial a los menos aventajados. Para que la disciplina eduque, tendría que ser codeliberada y proporcional, mientras que una disciplina basada en la estética y de carácter punitivo convierte la apariencia en criterio moral y, en términos de Rawls, desordena la justicia que dice perseguir.

Pero, entre eso y ver con simpatía medidas que combinan el autoritarismo y el nacionalismo extremo aplicadas en niñas y niños, me parece que merece la pena detenerse un poco y reflexionar. Para ello, cierro con la definición de un concepto que voy a obviar para que los algoritmos no castiguen a Letra Fría, pero, seguro, el lector podrá asignarle el nombre: “movimiento político totalitario ultranacionalista que prioriza la nación sobre los derechos individuales y se caracteriza por un gobierno autoritario, un líder carismático, el militarismo y una retórica excluyente”.

Letra Fría: https://letrafria.com/bukele-o-todas-las-escuelas-deben-ser-cuarteles/