Bukele’s “New El Salvador”: Militarizing Education, Minors Tried as Adults, and Extended Prison Terms — El “nuevo El Salvador” de Bukele: militarizar la educación, menores juzgados como adultos y más años de prisión

Aug 18, 2025

Minister of Education appointed: Army captain Karla Trigueros, who "has demonstrated the capacity, leadership, and commitment to drive a transformation in our educational system" — Elige ministra de Educación a la capitana Karla Trigueros, que "ha demostrado la capacidad, el liderazgo y el compromiso para impulsar una transformación en nuestro sistema educativo"

El Salvador’s education system will be led by Army Captain Karla Trigueros, appointed Minister of Education just days before the Legislative Assembly approved amendments to the law against organized crime. The amendments will allow those under 18 to be tried as adults if they are involved with gangs.

Furthermore, pretrial detention can now be extended for an additional two years. This means the Prosecutor’s Office will have until August 2027—extendable by up to 12 more months—to file charges against those detained under the state of exception, which has been renewed monthly on 41 occasions since it took effect in March 2022 as part of Nayib Bukele’s distinctive war on gangs.

These are the latest measures in the “new El Salvador” that the president claims to be building, for which he emphasizes that “we must break paradigms,” such as appointing a military officer and doctor as minister who “has demonstrated the capacity, leadership, and commitment necessary to drive a profound transformation in our educational system.”

Since his reelection to a second term in February of last year, Bukele has advanced legislative initiatives that entrench not only his repressive measures against gangs but also his drive to remain in power. A few weeks ago, the Legislative Assembly cleared the way for his indefinite reelection by approving reforms to five articles of the Constitution, some of which had previously barred presidential reelection.

Last Friday, the Legislative Assembly once again steamrolled through with 57 of its 60 lawmakers approving an expansion of the timeframe during which a person can remain detained without trial under the state of exception, given the unprecedented volume of arrests, which total 88,750—of whom 8,000 innocent individuals have already been released. Precisely this August marked the end of the prior 24-month deadline for processing cases from the time of arrest, under the law amended in July 2023.

Before this reform, Article 5 of the Criminal Procedure Code stipulated that pretrial detention lasted a maximum of 12 months for minor offenses and 24 months for serious ones.

One of the principal legislative reforms provides that minors under 18 detained under the state of exception and who, according to the Prosecutor’s Office, are tied to gang structures will be tried in adult courts, a proposal by the Minister of Security and Justice, Gustavo Villatoro.

It is not yet known how many minors detained under the state of exception will be affected by this measure, though as of July 2024, there were 645 adolescents in various juvenile rehabilitation centers nationwide, according to the Consejo Nacional de la Primera Infancia, Niñez y Adolescencia (National Council for Early Childhood, Childhood, and Adolescence). In February of this year, the Assembly also approved a reform to the Juvenile Criminal Law allowing their transfer to adult prisons.

A cornerstone of Bukele’s repressive policy has been Attorney General Rodolfo Delgado, who has already filed 230 group indictments against the Mara Salvatrucha (MS-13) and 295 against Barrio 18, enabling the collective prosecution of criminal cell members arrested in the same operations. Delgado acknowledges that the sheer number of detentions during the state of exception makes individual trials unfeasible.

BUKELE DISREGARDS CRITICISM

Bukele’s iron-fist policy has not translated into expedited judicial processes to resolve the legal status of thousands of detainees, who will now face an even more distant prospect of trial and release if proven innocent.

Bukele has turned a deaf ear to all international calls to end the state of exception. On Thursday, the Inter-American Commission on Human Rights (IACHR) urged the Salvadoran state to “adopt appropriate measures” to terminate the regime due to its “improper application” in cases unrelated to organized crime.

Although the IACHR acknowledges reports that El Salvador has achieved an unprecedented reduction in crime, logging 188 homicide-free days in the past 12 months, it warns that the state of exception—which suspends the population’s rights and guarantees—is an “inadequate mechanism for addressing ordinary crime.”

This rebuke joins those from humanitarian organizations, which have received over 6,400 complaints of human rights violations, primarily arbitrary detentions and torture. They have also documented more than 400 deaths of detainees in state custody, most bearing signs of violence. Bukele ignores these appeals, bolstered by broad public support for his war on gangs—a backing that paves the way for a potential third term.

El Mundo: https://www.elmundo.es/internacional/2025/08/18/68a0d1f9fc6c83aa608b4575.html

El “nuevo El Salvador” de Bukele: militarizar la educación, menores juzgados como adultos y más años de prisión

La educación de El Salvador estará dirigida por la capitana del ejército Karla Trigueros, quien ha sido nombrada nueva ministra de esta cartera días antes de que la Asamblea Legislativa aprobara modificar la ley contra el crimen organizado. Ésta va a permitir que los menores de 18 años puedan ser juzgados como adultos en caso de que estén involucrados en las pandillas.

Además, a partir de ahora, se podrá mantener la prisión provisional por dos años adicionales, es decir, la Fiscalía tendrá de plazo hasta agosto de 2027, prorrogables hasta 12 meses más para presentar sus acusaciones contra quienes hayan sido detenidos bajo el régimen de excepción que se ha prorrogado mensualmente en 41 ocasiones desde que entró en vigor en marzo de 2022 en el marco de la particular guerra contra las pandillas de Nayib Bukele.

Éstas son las últimas medidas del “nuevo El Salvador’ que el presidente asegura estar construyendo, para lo cual remarca que “debemos romper paradigmas” como nombrar como ministra a una militar y doctora que “ha demostrado la capacidad, el liderazgo y el compromiso necesarios para impulsar una transformación profunda en nuestro sistema educativo”.

Desde que salió reelegido para un segundo mandato en febrero del pasado año, Bukele ha impulsado iniciativas legislativas que perpetúan no solo sus medidas represivas contra las pandillas, sino también su afán de continuar en el poder. Hace unas semanas, la Asamblea Legislativa daba luz verde para que pueda ser reelegido indefinidamente tras aprobar la reforma de cinco artículos de la Constitución, algunos de los cuales impedían la reelección presidencial.

El pasado viernes, la Asamblea Legislativa volvía a pasar el rodillo y aprobaba con 57 de los 60 diputados expandir el plazo para que una persona pueda estar detenida sin ser juzgada bajo el régimen de excepción, teniendo en cuenta el volumen sin precedentes de arrestos, que alcanzan los 88.750, de los cuales 8.000 han sido de personas inocentes que ya han sido liberadas. Precisamente, este mes de agosto concluía el plazo de 24 meses en el que podían ser procesados desde su detención, de acuerdo a la ley anterior modificada en julio de 2023.

Antes de la reforma de esa normativa, el artículo 5 del Código Procesal Penal establecía que la prisión provisional duraba un máximo de 12 meses para delitos menores y 24 para graves.

Una de las principales reformas legislativas contempla que los menores de 18 años que hayan sido capturados bajo el régimen de excepción y que, según la Fiscalía, estén ligados a estructuras de pandillas, serán juzgados por jueces de adultos, a propuesta del ministro de Seguridad y Justicia, Gustavo Villatoro.

Actualmente, se desconoce a cuántos menores capturados bajo el régimen de excepción afectará esta medida, si bien hasta julio de 2024, había 645 adolescentes en los distintos centros de adaptación a nivel nacional, según el Consejo Nacional de la Primera Infancia, Niñez y Adolescencia. En febrero de este año, la Asamblea también aprobó una reforma a la Ley Penal Juvenil para que puedan ser trasladados a centros penales para adultos.

Uno de los principales baluartes de la política represiva de Bukele ha sido el fiscal general, Rodolfo Delgado, quien ya ha presentado 230 acusaciones grupales contra la Mara Salvatrucha y 295 contra el Barrio 18, lo que permite juzgar en conjunto a miembros de células criminales detenidos en los mismos operativos. Delgado reconoce que ha sido tal la cantidad de personas detenidas durante el régimen de excepción, que serían incapaces de juzgarlas de manera individual.

BUKELE IGNORA LAS CRÍTICAS

La política de mano dura de Bukele no se ha traducido en una agilización de los procesos judiciales para solventar la situación legal de miles de personas detenidas que, a partir de ahora, verán aún más lejos la posibilidad de ser juzgadas y liberadas en caso de demostrarse que son inocentes.

Bukele ha hecho oídos sordos a todo llamamiento internacional para poner fin al régimen de excepción. El jueves, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) instó al Estado de El Salvador a “adoptar las medidas pertinentes” para la terminación del régimen por su “indebida aplicación” en casos no relacionados con el crimen organizado.

Pese a que la CIDH reconoce que se tiene información de que El Salvador ha reducido la criminalidad sin precedentes, contabilizando 188 días sin homicidios en los últimos 12 meses, alerta que el régimen de excepción, que suspende derechos y garantías de la población, constituye un “mecanismo inadecuado para enfrentar el crimen común”.

Esta denuncia se suma a la de organizaciones humanitarias que han recibido más de 6.400 denuncias de violaciones a derechos humanos, principalmente por detenciones arbitrarias y torturas. Además, han contabilizado más de 400 muertes de detenidos bajo custodia estatal, la mayoría con signos de violencia. Estos llamamientos son ignorados por Bukele, quien sigue contando con un amplio respaldo de la población que avala su guerra contra las pandillas y que abre la posibilidad de un futuro tercer mandato.

El Mundo: https://www.elmundo.es/internacional/2025/08/18/68a0d1f9fc6c83aa608b4575.html