Democracy watchdogs reject the U.S. claim that El Salvador’s Bukele is not a dictator — Observatorios de la democracia rechazan la afirmación de EE. UU. de que el presidente salvadoreño Nayib Bukele no es un dictador

Aug 9, 2025

After El Salvador’s congress changed the Constitution last week to eliminate presidential term limits, the Trump administration this week is insisting that authoritarian President Nayib Bukele is not a dictator. “We reject the comparison of El Salvador’s democratically based and constitutionally sound legislative process with illegitimate dictatorial regimes elsewhere in our region,” the State Department […]

After El Salvador’s congress changed the Constitution last week to eliminate presidential term limits, the Trump administration this week is insisting that authoritarian President Nayib Bukele is not a dictator.

“We reject the comparison of El Salvador’s democratically based and constitutionally sound legislative process with illegitimate dictatorial regimes elsewhere in our region,” the State Department said in a statement to the Associated Press.

But a host of democracy watchdogs are answering back that the comparison is especially apt.

“The U.S. statement is absolute nonsense,” Douglas Farah, president of IBI Consultants, a Latin America security consulting firm in Washington D.C., told WLRN.

“Bukele has dismantled the Supreme Court, he’s virtually done away with any chance for the opposition to win seats in the Legislative Assembly. So now, doing away with term limits and lengthening the terms themselves — this is classic example of what other dictators in Latin America have done.”

Aside from handing Bukele a pathway to indefinite re-election, El Salvador’s congress also extended presidential terms from five to six years.

Legal experts say El Salvador’s Supreme Court let Bukele win a second consecutive term last year in violation of the Constitution.

Latin America experts say all that closely follows a pattern set by several of the region’s autocrats, such as the late Hugo Chávez in Venezuela and Daniel Ortega in Nicaragua.

“You can map out Bukele’s movements” since he first won election to the president in 2019, Farah said, “and you’ll see that he’s checked every one of the [dictator] boxes.”

Juan Papper, Americas deputy director for Human Rights Watch, echoed Farah in an interview with the AP:

“It’s unfortunate to see the US government is defending efforts to establish an autocracy in El Salvador. This undermines the credibility of the State Department’s criticism to other authoritarian governments and dictatorships in the region,” including Ortega and Venezuela’s current dictator, President Nicolás Maduro.

Bukele has won hemispheric applause for neutralizing El Salvador’s powerful gangs — but critics argue the Trump administration ignores the way Bukele has trampled on democracy and civil rights in the process.

As much as 2% of El Salvador’s population has been behind bars at any given time in recent years, they point out, as Bukele has done away with constitutional standards such as due process and habeas corpus, as part of a gang crackdown that also snares anti-Bukele dissidents in its dragnet.

A big reason Trump looks the other way, those critics say, is that Bukele has agreed to take migrants deported by the U.S. into his high-security prison.

“And the message that sends,” said Farah, “is that the United States no longer cares about the democratic norms if you’re nice to us.”

Farah adds that, these days, that mindset has less to do with ideology than it did in the past. While Latin American caudillos like Ortega and Maduro are leftists, Bukele — who has sardonically called himself “the world’s coolest dictator” — is “ideologically agnostic,” Farah says, though he acknowledges Bukele’s critics consider him a right-winger today.

WLRN: https://www.wlrn.org/americas/2025-08-07/bukele-dictator-trump-term-limits

Observatorios de la democracia rechazan la afirmación de EE. UU. de que el presidente salvadoreño Nayib Bukele no es un dictador

Luego de que la Asamblea Legislativa de El Salvador reformara la Constitución la semana pasada para eliminar los límites al mandato presidencial, el Gobierno de Trump insiste esta semana en que el presidente autoritario Nayib Bukele no es un dictador.

“Rechazamos la comparación del proceso legislativo de El Salvador —de base democrática y sólidamente constitucional— con regímenes dictatoriales ilegítimos en otras partes de nuestra región”, dijo el Departamento de Estado en un comunicado a la agencia Associated Press.

Pero una pléyade de observatorios de la democracia replica que la comparación es particularmente atinada.

“La declaración de Estados Unidos es un disparate absoluto”, dijo a WLRN Douglas Farah, presidente de IBI Consultants, una firma consultora en seguridad para América Latina con sede en Washington D. C.

“Bukele ha desmantelado la Corte Suprema de Justicia; prácticamente ha eliminado toda posibilidad de que la oposición obtenga escaños en la Asamblea Legislativa. Por lo tanto, eliminar los límites y alargar la duración de los mandatos es el ejemplo clásico de lo que han hecho otros dictadores en América Latina.”

Además de allanar el camino para que Bukele se reelija indefinidamente, el congreso de El Salvador también extendió los mandatos presidenciales de cinco a seis años.

Juristas afirman que la Corte Suprema de Justicia de El Salvador permitió que Bukele obtuviera un segundo mandato consecutivo el año pasado, en violación de la Constitución.

Expertos en América Latina señalan que todo ello sigue de cerca un patrón fijado por varios autócratas de la región, como el fallecido Hugo Chávez en Venezuela y Daniel Ortega en Nicaragua.

“Es posible trazar los movimientos de Bukele” desde que ganó la presidencia por primera vez en 2019, señaló Farah, “y se verá que ha marcado todas las casillas de un dictador”.

Juan Papper, subdirector para las Américas de Human Rights Watch, se hizo eco de Farah en una entrevista con la AP:

“Es lamentable ver que el gobierno de Estados Unidos defiende esfuerzos para instaurar una autocracia en El Salvador. Esto socava la credibilidad de las críticas del Departamento de Estado a otros gobiernos autoritarios y dictaduras en la región”, incluyendo a Ortega y al actual dictador de Venezuela, el presidente Nicolás Maduro.

Bukele ha recibido elogios a nivel hemisférico por neutralizar a las poderosas pandillas de El Salvador; sin embargo, sus detractores argumentan que el Gobierno de Trump ignora cómo, en el proceso, Bukele ha pisoteado la democracia y los derechos civiles.

Señalan que, en los últimos años, hasta un 2% de la población de El Salvador ha estado tras las rejas en un momento dado, ya que Bukele ha eliminado estándares constitucionales como el debido proceso y el hábeas corpus, como parte de una ofensiva contra las pandillas que también arrastra en su red a disidentes contrarios a Bukele.

Una razón de peso por la que Trump mira para otro lado, afirman los detractores, es que Bukele ha accedido a recibir en su prisión de máxima seguridad a migrantes deportados por Estados Unidos.

“Y el mensaje que eso envía”, dijo Farah, “es que a Estados Unidos ya no le importan las normas democráticas si usted se porta bien con nosotros.”

Farah añade que, hoy en día, esa mentalidad tiene menos que ver con la ideología que en el pasado. Mientras que caudillos latinoamericanos como Ortega y Maduro son de izquierda, Bukele —quien con sorna se ha autodenominado “el dictador más cool del mundo”— es “ideológicamente agnóstico”, afirma Farah, aunque reconoce que sus detractores lo consideran actualmente un político de derechas.

WLRN: https://www.wlrn.org/americas/2025-08-07/bukele-dictator-trump-term-limits