Bukele Reforms Constitution to Allow Indefinite Presidential Reelection — Bukele reforma la Constitución para permitir la reelección presidencial indefinida

Aug 1, 2025

The constitutional change, pushed through by the president’s loyal Legislative Assembly, rewrites the bedrock rules of the Salvadoran electoral system. — El cambio constitucional, aprobado por la Asamblea leal al presidente, modifica los cimientos de las reglas del juego electoral

On the night of July 31, as El Salvador marked Journalist Day amid a climate of systematic harassment and exile for reporters critical of Nayib Bukele, his loyal Legislative Assembly approved a constitutional amendment granting the popular leader his ultimate political aspiration: indefinite reelection—a long-anticipated yet momentous turn that entrenches a model of power that grows ever more autocratic.

The amendment passed with the 57 affirmative votes of every Nuevas Ideas lawmaker and three dissenting votes from the chamber’s only opposition members. It changes Articles 75, 80, 133, 152, and 154 of the Salvadoran Constitution, extending the presidential term from five to six years and eliminating the runoff ballot; the presidency will now go to the candidate who secures a simple plurality rather than the current requirement of fifty percent plus one. The present Constitution has been in force since 1983.

“Historically, reelection has been permitted in El Salvador for almost every elected office, without prohibitions or special conditions, and the sole exception until now has been the presidency,” argued ruling-party lawmaker Ana Figueroa in remarks prior to the vote. “Salvadorans will have the power to decide how long they wish to support the work of any public official, including their president,” she added.

The reforms also stipulate that the presidential term will be six years instead of five, taking effect from the next presidential term. Figueroa contended that the fast-track amendment sought greater stability in the electoral cycle. “In this way we also afford the country greater legal certainty at this juncture,” she asserted.

The approved reform stipulates that the current presidential term—which began on June 1, 2024—will conclude prematurely on June 1, 2027, with the aim of synchronizing presidential, legislative, and municipal elections that year.

In El Salvador, elections are held roughly every two years under a staggered calendar that schedules different ballots at different moments. Not all public offices are chosen simultaneously—a design meant to foster democratic alternation and institutional oversight. Yet it produces an almost perpetual electoral cycle. Bukele has criticized this scheme and proposed a mid-term model that would cluster elections every three and six years. His lawmakers are now executing that plan while leaving the door open to unlimited reelection, a penchant shared by Latin America’s autocrats.

The initiative was slipped onto Thursday’s plenary agenda with a waiver of procedural steps and without floor debate—an option available to a constitution-amending Assembly controlled by 57 of the chamber’s 60 votes. Bukele began his second term on June 1, a tenure his critics denounce as illegal because several constitutional articles forbade it; he nevertheless secured it after the Sala de lo Constitucional (Constitutional Chamber) of the Supreme Court, whose justices were installed through an irregular process by the first Nuevas Ideas-dominated legislature in 2021, overturned its long-standing jurisprudence.

Opposition lawmaker Marcela Villatoro said the current ruling-party lawmakers “have taken off their masks.” “They have made a public confession of killing democracy under the veneer of legality. This is the chronicle of a death foretold that has been years in the making in this Legislative Assembly,” she charged.

A Long-Held Temptation for Bukele

During his first term, Bukele repeatedly denied that he would seek immediate reelection, citing the constitutional prohibition. “No, there is no reelection,” he said in 2021. But his stance shifted after September 3 of that year, when the Constitutional Chamber—stocked with magistrates imposed by his party—overturned longstanding precedent and cleared his path to a consecutive second term.

Bolstered by the Chamber’s ruling, Bukele announced on September 15, 2022, that he would pursue reelection in 2024. “I have decided to run as a candidate for the presidency,” the leader declared.

On October 26, 2023, Bukele formally registered his candidacy with the Supreme Electoral Tribunal, which approved it on November 3 despite challenges from the opposition and constitutional lawyers. Then, on November 30, the Legislative Assembly granted him leave to step aside for the final six months of his term, as required by the constitutional article reinterpreted in 2021.

With the lightning-fast constitutional reform, a long-foreshadowed process draws to a close, marked by the legalization of indefinite reelection—a goal Bukele chased from the outset of his mandate. Though he tasked his vice president, Félix Ulloa, with drafting a constitutional overhaul to that end, he never needed to invoke it, as institutions bent to his will.

El País: https://elpais.com/america/2025-08-01/el-salvador-de-bukele-ultima-una-reforma-expres-de-la-constitucion-que-permitira-la-reeleccion-presidencial-indefinida.html

Bukele reforma la Constitución para permitir la reelección presidencial indefinida

La noche de este 31 de julio, mientras El Salvador conmemoraba el Día del Periodista en un clima de acoso sistemático y exilio para los reporteros críticos de Nayib Bukele, su leal Asamblea Legislativa aprobó una reforma de la Constitución para conceder al popular mandatario su mayor ambición política: la reelección indefinida, en un giro –ya esperado, pero trascendental– que consolida un modelo de poder cada vez más autocrático.

La reforma fue aprobada con los 57 votos a favor de todos los diputados del oficialista Nuevas Ideas y los tres votos en contra de los únicos opositores y contempla, además, las reformas de los artículos 75, 80, 133, 152 y 154 de la Carta Magna salvadoreña, que establecen ampliar el período presidencial a seis años (actualmente es de cinco), y anulan la segunda vuelta en las elecciones, por lo que la Presidencia se ganará por mayoría y no será necesario el 50% más uno, como se contempla actualmente en la Constitución salvadoreña, vigente desde 1983.

“Históricamente, la reelección ha estado permitida en El Salvador para casi todos los cargos de elección popular, sin prohibiciones, sin condiciones en particular, y la única excepción hasta el momento ha sido la Presidencia”, argumentó la diputada oficialista Ana Figueroa en las argumentaciones previas a la votación. “Los salvadoreños van a tener el poder de decidir hasta cuándo desean apoyar el trabajo de cualquier funcionario público e incluyendo su presidente”, agregó.

Además, las reformas establecen que el mandato presidencial será de seis años en lugar de cinco, con entrada en vigor a partir del próximo período presidencial. Figueroa defendió que la reforma exprés buscaba una mayor estabilidad en los ciclos electorales. “De esta forma le estamos permitiendo también al país alcanzar una mayor seguridad jurídica en este momento”, aseguró.

La reforma aprobada dispone que el actual periodo presidencial —que inició el 1 de junio de 2024 pasado— finalizará de forma anticipada el 1 de junio de 2027, con el objetivo de unificar en ese año las elecciones presidenciales, legislativas y municipales.

En El Salvador, se celebran elecciones en promedio cada dos años debido a un calendario electoral escalonado que contempla distintos tipos de comicios en momentos diferentes. No todos los cargos públicos se eligen al mismo tiempo, lo que responde a una lógica de alternancia democrática y control institucional. Sin embargo, este diseño genera un ciclo electoral casi constante. Bukele ha sido crítico de ese esquema y ha propuesto reformarlo hacia un modelo de elecciones de medio término, que concentraría los comicios cada tres y seis años. Algo que sus legisladores están haciendo, pero dejando abierta la puerta para la reelección indefinida, un vicio compartido por los autócratas latinoamericanos.

La iniciativa fue incluida en la agenda de este jueves de la sesión plenaria, con dispensa de trámite y sin debate legislativo, algo que permite una reforma constitucional avalada por la actual formación del Parlamento, que tiene 57 de los 60 votos. Bukele inició el pasado primero de junio su segundo mandato que sus críticos tildaron de ilegal, ya que varios artículos de la Constitución lo prohibían, tras un cambio de criterio de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema, que la primera Legislatura dominada por Nuevas Ideas en 2021 nombró en un proceso irregular.

La diputada de oposición Marcela Villatoro dijo que los actuales diputados oficialistas “se quitaron las máscaras”. “Han hecho una confesión pública de matar la democracia disfrazada de legalidad. Esta es la crónica de una muerte anunciada que lleva varios años fabricándose en esta Asamblea Legislativa”, criticó.

Una vieja tentación de Bukele

Durante su primer mandato, Bukele negó en varias ocasiones que buscaría la reelección inmediata, apelando a la prohibición constitucional. “No, no hay reelección”, dijo en 2021. Pero su postura cambió tras el 3 de septiembre de ese año, cuando la Sala de lo Constitucional, integrada por magistrados impuestos por su partido, revirtió el criterio histórico y habilitó su postulación a un segundo mandato consecutivo.

Apoyado en la resolución de la Sala, Bukele anunció el 15 de septiembre de 2022 que buscaría la reelección en 2024. “He decidido correr como candidato a la Presidencia”, declaró el mandatario.

El 26 de octubre de 2023, Bukele inscribió oficialmente su candidatura ante el Tribunal Supremo Electoral, que la aprobó el 3 de noviembre pese a impugnaciones de la oposición y abogados constitucionalistas. Luego, el 30 de noviembre, la Asamblea Legislativa le otorgó una licencia para ausentarse del cargo durante los últimos seis meses del mandato, como exige el artículo constitucional reinterpretado en 2021.

Con la reforma constitucional exprés, se cierra un proceso largamente anticipado, marcado por la legalización de la reelección indefinida, una meta que Bukele persiguió desde el inicio de su mandato. Aunque encomendó a su vicepresidente Félix Ulloa la elaboración de un proyecto para reformar la Constitución con ese fin, nunca necesitó recurrir a él, porque las instituciones se plegaron a su voluntad.

El País: https://elpais.com/america/2025-08-01/el-salvador-de-bukele-ultima-una-reforma-expres-de-la-constitucion-que-permitira-la-reeleccion-presidencial-indefinida.html