Singer Arturo Suarez was greeted with hugs and tears in working-class El Valle, south of capital Caracas, by his sister, aunt and cousins. He later wiped away tears as he spoke to his wife and daughter, who live in Chile, via video call.
“I’m free now, thank God, at last,” said Suarez, who was arrested in February in North Carolina while filming a music video. He serenaded a crowd gathered in his family’s living room. “I still can’t believe it.”
The Venezuelans were sent to El Salvador from the United States in March, after US President Donald Trump invoked the 1798 Alien Enemies Act to deport alleged members of the Tren de Aragua gang without normal immigration procedures.
The deportations drew fierce criticism from human rights groups and a legal battle with the Trump administration. Families and lawyers of many of the men have denied they have gang ties.
His wife has said Suarez had gone to the US to boost his emerging music career and that he denied being a member of Tren de Aragua.
“I thought of my daughter, I thought of my wife, of my siblings, of my family, I asked for strength to not give up, to not allow myself to die,” Suarez told journalists about his detention. “I didn’t – because I’m tough, I’m a Venezuelan.”
Suarez and the other detainees deported to El Salvador from the US were returned to Venezuela on Friday in a prisoner exchange. Since arriving, they have been undergoing medical checks and interviews with officials.
Two brothers – Darwin Hernandez, a 30-year-old barber, and 23-year-old house painter Yeison Hernandez – were arrested alongside Suarez in February. They arrived home to their parents and other family members in central Valencia on Tuesday.
“I asked God only for freedom, but more than anything that my family also be alive, to be able to leave and be with them like we are now,” said Darwin Hernandez, a husband and a father to a six-year-old daughter.
Abuse allegations
Suarez and Hernandez both said guards at the CECOT prison told detainees they would only leave dead, and Suarez said some detainees considered suicide.
Former detainee Alirio Belloso, 30, told Reuters he was beaten in prison.
“They beat us with their hands, shields and clubs, everywhere on our bodies,” Belloso said after arriving in his home city of Maracaibo, in western Venezuela, where his family was waiting for him.
“I thought if we’re already dead then why die in fear, it is better to die fighting.”
The former detainees’ comments tallied with other allegations of abuse made by former prisoners in videos broadcast on state television, including during a program with Venezuelan President Nicolas Maduro on Monday night.
Venezuela’s attorney general said on Monday his office will investigate El Salvador President Nayib Bukele and other top officials over the alleged abuse.
Bukele’s office did not respond to requests for comment on the alleged torture, but he said on social media late on Monday that the Maduro government was “indignant” because they realized they no longer held “hostages from the most powerful country in the world,” – a reference to ten Americans formerly held in Venezuela who were freed under the deal.
White House spokeswoman Abigail Jackson referred any allegation of mistreatment in CECOT to El Salvador’s government.
US Department of Homeland Security spokesperson Tricia McLaughlin dismissed the former detainees’ allegations of abuse.
“Once again the media is falling all over themselves to defend criminal illegal gang members,” she said in a statement.
“We hear far too much about gang members and criminals’ false sob stories and not enough about their victims.”
The US Immigration and Customs Enforcement and State Department did not immediately respond to comment requests.
Reuters was not able to immediately confirm the abuse allegations.
Eighty Venezuelan prisoners – including opposition politicians – held within Venezuela are also supposed to be released in the swap. Judicial NGO Foro Penal said on Monday it had verified 48 releases.
The Venezuelan opposition has regularly critiqued the Maduro government for holding activists and others in abusive conditions within Venezuela.
Andry Hernandez, a gay make-up artist who was detained at the US-Mexico border during the Biden administration, had an active asylum case when he was deported to CECOT. The US alleged gang membership based on his tattoos.
His parents were anxiously awaiting him in Capacho, near the Colombian border, on Tuesday.
“All this time I’ve slept badly. My wife would serve me a plate of food and I would wonder ‘is he eating?’” said Hernandez’s father Felipe.
Hernandez, who said he suffered sexual abuse at CECOT in a video broadcast on state television on Monday, was able to call his parents to say he was on his way.
His mother, Alexi Romero, says she told him she is waiting with open arms.
Sight Magazine: https://sightmagazine.com.au/news/im-free-now-venezuelans-held-in-el-salvador-reunite-with-families/
«Ahora soy libre»: Venezolanos detenidos en El Salvador se reencuentran con sus familias
El cantante Arturo Suárez fue recibido entre abrazos y lágrimas en El Valle, un barrio obrero al sur de Caracas, por su hermana, su tía y sus primos. Más tarde, se enjugó las lágrimas mientras hablaba por videollamada con su esposa y su hija, que residen en Chile.
«Ahora soy libre, gracias a Dios, por fin», declaró Suárez, quien fue detenido en febrero en Carolina del Norte mientras grababa un video musical. Ante la multitud que abarrotaba la sala de su casa, les regaló una serenata. «Todavía no lo puedo creer».
Los venezolanos fueron enviados a El Salvador desde Estados Unidos en marzo, después de que el presidente estadounidense Donald Trump invocara la Ley de Extranjeros Enemigos de 1798 para expulsar —sin el trámite migratorio habitual— a presuntos integrantes de la banda Tren de Aragua.
Las deportaciones desencadenaron duras críticas de organizaciones de derechos humanos e iniciaron un litigio contra la administración Trump. Las familias y los abogados de muchos de los hombres niegan cualquier vínculo con la pandilla.
Su esposa ha explicado que Suárez viajó a Estados Unidos para impulsar su incipiente carrera musical y que niega pertenecer al Tren de Aragua.
«Pensaba en mi hija, en mi esposa, en mis hermanos, en mi familia; pedía fuerzas para no rendirme, para no dejarme morir», relató Suárez a los periodistas sobre su encarcelamiento. «No lo hice, porque soy fuerte, soy venezolano».
Suárez y los demás detenidos deportados desde Estados Unidos a El Salvador fueron devueltos a Venezuela el viernes pasado como parte de un canje de prisioneros. Desde su llegada se han sometido a exámenes médicos y entrevistas con funcionarios.
Dos hermanos —Darwin Hernández, barbero de 30 años, y Yeison Hernández, pintor de casas de 23— fueron arrestados junto con Suárez en febrero. El martes llegaron a la casa de sus padres y otros parientes en Valencia, en el centro del país.
«Le pedí a Dios únicamente la libertad, y sobre todo que mi familia siguiera con vida, para poder salir y estar con ellos como lo estoy ahora», dijo Darwin Hernández, esposo y padre de una niña de seis años.
Denuncias de abusos
Suárez y Hernández coincidieron en que los custodios de la cárcel CECOT les decían que solo saldrían “muertos”, y el cantante agregó que algunos reclusos llegaron a contemplar el suicidio.
El exrecluso Alirio Belloso, de 30 años, declaró a Reuters que fue golpeado en prisión.
«Nos golpeaban con las manos, los escudos y las macanas, por todo el cuerpo», relató Belloso tras llegar a Maracaibo, en el occidente de Venezuela, donde lo aguardaba su familia.
«Pensaba: si ya estamos muertos, ¿para qué morir con miedo? Es mejor morir peleando».
Los testimonios de los exdetenidos coinciden con otras denuncias de malos tratos divulgadas por antiguos presos en videos transmitidos por la televisión estatal, incluso durante un programa con el presidente Nicolás Maduro el lunes por la noche.
El fiscal general de Venezuela anunció el lunes que su despacho investigará al presidente salvadoreño Nayib Bukele y a otros altos funcionarios por los presuntos abusos.
La oficina de Bukele no respondió a las solicitudes de comentario sobre las acusaciones de tortura, pero el mandatario salvadoreño escribió el lunes por la noche en redes sociales que el Gobierno de Maduro estaba «indignado» porque se había dado cuenta de que ya no tenía «rehenes del país más poderoso del mundo», en alusión a los diez ciudadanos estadounidenses liberados en el marco del acuerdo.
La portavoz de la Casa Blanca, Abigail Jackson, remitió cualquier denuncia de maltrato en la CECOT al Gobierno salvadoreño.
Tricia McLaughlin, vocera del Departamento de Seguridad Nacional de EE. UU. (DHS), descartó las denuncias de abuso formuladas por los exreclusos.
«Una vez más, los medios se desviven por defender a criminales pandilleros ilegales», afirmó en un comunicado.
«Escuchamos demasiadas historias lacrimógenas falsas de pandilleros y delincuentes, y muy poco sobre sus víctimas».
La Oficina de Inmigración y Aduanas de EE. UU. (ICE) y el Departamento de Estado no respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios.
Reuters no pudo confirmar de manera independiente las denuncias de abuso.
Como parte del canje, también está prevista la excarcelación de 80 presos venezolanos —entre ellos dirigentes opositores— recluidos dentro del país. La ONG judicial Foro Penal informó el lunes que había verificado 48 liberaciones.
La oposición venezolana denuncia de forma recurrente que el Gobierno de Maduro mantiene a activistas y otros presos en condiciones abusivas dentro de Venezuela.
Andry Hernández, maquillador gay detenido en la frontera entre Estados Unidos y México durante el Gobierno de Biden, tenía un caso de asilo en curso cuando fue deportado a la CECOT. Las autoridades estadounidenses le atribuyeron pertenencia a una pandilla basándose en sus tatuajes.
Sus padres lo esperaban con ansiedad este martes en Capacho, cerca de la frontera con Colombia.
«Todo este tiempo he dormido mal. Mi esposa me servía un plato de comida y yo me preguntaba: “¿estará comiendo él?”», contó Felipe, padre de Hernández.
Hernández, quien denunció en un video transmitido por la televisión estatal el lunes haber sufrido abuso sexual en la CECOT, logró llamar a sus padres para avisarles que ya venía en camino.
Su madre, Alexi Romero, le dijo que lo espera con los brazos abiertos.
Sight Magazine: https://sightmagazine.com.au/news/im-free-now-venezuelans-held-in-el-salvador-reunite-with-families/