Civil society organizations sounded the alarm on Friday, July 11, over human rights defenders and journalists who have been compelled to leave El Salvador after enduring harassment by the Policía Nacional Civil (Police, PNC) and learning of operations to capture them.
According to Marisela Ramírez of the Bloque de Resistencia y Rebeldía Popular (Popular Resistance and Rebellion Bloc, BRP), reports of persecution against defenders and journalists are part of “a policy to intimidate voices.” She calls for guarantees for critical thinkers, as well as for media professionals carrying out their work.
“It stands as a glaring sign of the entire policy that the government has rolled out, one that manifests not only in cases like that of the Santa Marta community, Ruth López, Enrique Anaya, the La Floresta case… but in a broader scheme deployed as a strategy to muzzle the voices pointing out the dire situation our country faces on political and social fronts,” Ramírez stated.
The organizations insist that freedom of thought must be respected and demand an end to the “persecution” of those who voice their ideas or publish investigations exposing corruption and other wrongdoing.
Vicente Cuchillas, a professor at the Universidad de El Salvador (University of El Salvador, UES) and a member of the Movimiento del Pensamiento Crítico Universitario (University Critical Thought Movement), described these events as cases of “persecution” against outspoken critics, even labeling as “political prisoners” those now facing criminal proceedings, such as attorneys Ruth López, Alejandro Henríquez, and Enrique Anaya, among others.
“There are numerous cases of persecution, political prisoners detained arbitrarily, including community leaders, journalists, and human rights defenders. I would also highlight the criminalization of the legal profession, with attorneys behind bars. We want to underscore that this kind of action is a hallmark of a repressive regime that, rather than providing proper responses to society, unleashes repression,” he stated.
Reporters from El Faro and other media outlets have already disclosed that they fled the country, citing persecution and the threat of arrest. In addition, defenders such as Ingrid Escobar, director of Socorro Jurídico Humanitario (Legal Humanitarian Aid, SJH); and Ivania Cruz and Rudy Joya, of the Unidad por la Defensa de Derechos Humanos y Comunitarios de El Salvador (Human and Community Rights Defense Unit of El Salvador, Unidehc), remain in exile after denouncing the lack of safeguards for their safety in El Salvador.
“Persecución hacia defensores y periodistas es una política para intimidar voces”, denuncian organizaciones
Organizaciones de sociedad civil se pronunciaron el viernes 11 de julio sobre los defensores de derechos humanos y periodistas que han tenido que salir El Salvador luego de sufrir acoso de la Policía Nacional Civil (PNC) y tras tener conocimiento de operativos para capturarlos.
De acuerdo con Marisela Ramírez, del Bloque de Resistencia y Rebeldía Popular (BRP), las denuncias sobre persecuciones a los defensores y periodistas son parte de “una política para intimidar voces”. Por ello pide se puedan dar garantías a las personas que tienen un pensamiento crítico, así como a los comunicadores que realizan su trabajo.
“Es una señal evidente de toda esta política que ha implementado el gobierno que ya se expresa, no solo en los casos como el de la comunidad Santa Marta, de Ruth López, Enrique Anaya, el caso La Floresta… sino todo un esquema que se ha impulsado como estrategia para intimidar las voces que están señalando la situación crítica que está enfrentando nuestro país en términos políticos, pero también sociales”, mencionó Ramírez.
Las organizaciones exponen que se debe respetar el libre pensamiento y piden que “cese la persecución” hacia las personas que exponen sus ideas o que publican investigaciones que exponen la corrupción y otros.
Vicente Cuchillas, docente de la Universidad de El Salvador (UES) y parte del Movimiento del Pensamiento Crítico Universitario, indicó que se trata de casos de “persecución” en contra de personas que han sido críticos, llegando incluso a catalogar como “presos políticos” a aquellas personas que enfrentan un proceso judicial, como el caso de los abogados Ruth López, Alejandro Henríquez y Enrique Anaya, entre otros.
“Son muchos casos de persecución, presos políticos que han sido detenidos de manera arbitraria, hay líderes comunitarios, periodistas y defensores de derechos humanos. También agregaría la criminalización de la profesión del derecho, con abogados detenidos. Queremos enfatizar que este tipo de acciones es una característica típica de un régimen represivo que en lugar de dar respuestas adecuadas a la sociedad, da represión”, indicó.
Periodistas de El Faro y otros medios de comunicación informaron en su momento que dejaron el país y expusieron persecución y la amenaza de ser capturados. Además, defensores como Ingrid Escobar, directora del Socorro Jurídico Humanitario (SJH); e Ivania Cruz y Rudy Joya, de la Unidad por la Defensa de Derechos Humanos y Comunitarios de El Salvador (Unidehc); se encuentran en el exilio tras denunciar que no había garantías para su integridad en El Salvador.