Over the 40 months that the state of exception has been in force, at least 425 people have died while under the custody of the Dirección General de Centros Penales (Directorate General of Penal Centers, DGCP), according to records compiled by Socorro Jurídico Humanitario (Legal Humanitarian Aid, SJH), a Salvadoran organization that has denounced human rights violations and due process breaches against individuals arbitrarily detained under the decree, which has been extended 39 times.
“We regret to report that the death toll in #CentrosPenales has risen to 425. These were individuals under prosecution—not yet convicted—who perished without the right to a second hearing. The latest death was reported from SECTOR 6 of La Esperanza prison (Mariona); it involved a young man prosecuted for a common crime: he could not provide an invoice for $900 worth of goods he brought from Guatemala—lipsticks, blushes, eyeshadows, beauty products in general—he only had a receipt, which is why they kept him detained,” SJH announced on the social network X (formerly Twitter) on July 7.
Ingrid Escobar, a leader of SJH who is in exile due to threats of arrest for being one of the most prominent voices demanding justice for innocent people jailed under the state of exception, explained to El Diario de Hoy that three of those 425 fatalities were held in sector 6 of the Mariona Penal Center, with the majority from the Izalco penal center in Sonsonate.
As has been documented in numerous cases by various media outlets, in the most recent reported incident, the Instituto de Medicina Legal (Institute of Legal Medicine, IML) listed the same cause of death: “The report delivered to the family cites ‘pulmonary edema’ as the diagnosis; his death occurred 44 days after his capture, and all signs point to torture by the guards and denial of medical treatment,” the tweet adds.
The post also notes that the number of deaths under state custody in prisons could exceed 1,000 cases, “but there is information that authorities seek to conceal them in mass trials,” warns the human rights organization.
Legal Humanitarian Aid further asserts that 94 out of every 100 people who died in prisons had not been profiled as gang members, meaning they were arbitrarily seized by state security forces amid the state of exception.
Fear of Reporting the Dead?
In an interview on the matter with El Diario de Hoy, the SJH director also cautioned that her organization’s tally might fall short, as some families fail to report or disclose deaths out of fear of government reprisals.
“It is crucial to note that we have realized many families, gripped by fear or the Bukele government’s policy of terror, are not reporting their dead,” said the human rights defender.
Escobar detailed that 38% of the deaths recorded by her organization show signs of violence. “In other words, these are homicides,” she emphasized, while another 30% are recorded as resulting from “denial of medical treatment,” meaning the state failed to provide medications for their illnesses or did not transfer them promptly to hospitals for care.
“By inference, the rest could stem from either of those causes, but without proof, we lack clarity on the cause of death,” affirmed the human rights defender, who went into exile fearing arrest and death in prison due to inadequate treatment for her illness—a cancer diagnosed just days before she fled the country.
For Escobar, beyond the families who do not report deaths in prisons, the crisis deepens because none of these fatalities in penal centers appear in any official government records. “It is as if those lives lost in the penitentiary system mean nothing to the government, hold no value, possess no human rights,” Escobar protested.
The Salvadoran government, for its part, has maintained silence for more than 39 months on any accusations leveled by human rights activist organizations or by the families themselves who, in rare instances, have dared to publicly denounce that their relatives’ corpses bear fractures and wounds, evidence that they were murdered in Bukele’s prisons.
EDH: https://www.elsalvador.com/noticias/nacional/sube-425-cantidad-reos-muertos-regimen/1229876/2025/
Sube a 425 cifra de reos muertos bajo régimen de excepción
En los 40 meses de vigencia del régimen de excepción, al menos 425 personas han muerto mientras estaban bajo la responsabilidad de la Dirección General de Centros Penales (DGCP), según los registros de Socorro Jurídico Humanitario (SJH), una organización salvadoreña que ha denunciado violaciones de derechos humanos y del debido proceso a personas capturadas arbitrariamente bajo el decreto que ha sido prorrogado 39 veces.
“Lamentamos informar que la cifra de muertes en #CentrosPenales sube a 425. Personas procesadas -no condenadas- que murieron sin derecho a una segunda audiencia. La última muerte se reportó procedente del SECTOR 6 de el penal La Esperanza (Mariona), se trataba de un joven procesado por delito común: no pudo justificar con factura $900 dólares que traía de Guatemala: lápiz de labios, rubores, sombras, productos de belleza en general, sólo llevaba recibo, por eso lo dejaron detenido”, informó el SJH, en la red X (Antes Twitter), el pasado 7 de julio.
Ingrid Escobar, dirigente del SJH, quien está en el exilio debido a amenazas de ser capturada por ser una de las voces más reconocidas que exigen justicia para las personas inocentes encarceladas por el régimen de excepción, explicó a El Diario de Hoy, que tres de esos 425 muertos estaban encarcelados en el sector 6 del Centro Penal de Mariona y la mayoría, del centro penal de Izalco, en Sonsonate.
Como ha sucedido en muchos casos documentados por diferentes medios de comunicación, en el último caso reportado el Instituto de Medicina Legal (IML) indica la misa causa de muerte: “En el reporte que le han entregado a la familia tiene como diagnóstico ‘edema pulmonar’, su muerte se dio a los 44 días de su captura, todo apunta que los custodios lo torturaron y negaron tratamiento médico”, añade el tuit.
En el mismo se menciona que la cifra de muertos bajo la tutela del Estado, por estar en prisiones, podría superar los mil casos, “pero se tiene información que se quieren ocultar en los juicios masivos”, advierte la organización de derechos humanos.
El Socorro Jurídico Humanitario también asegura que 94 de cada 100 personas que murieron en prisiones no habían sido perfiladas como miembros de pandillas, es decir, que fueron capturadas de manera arbitraria por las fuerzas de seguridad del Estado, en el marco del régimen de excepción.
¿Miedo a reportar sus muertos?
En entrevista al respecto con El Diario de Hoy, la directora del SJH también advirtió que el registro que su organización lleva podría quedarse corto, pues hay familias que no reportan o no informan de sus muertos por temor a represalias de parte del gobierno.
“Importante señalar que nos hemos dado cuenta que hay muchas familias que, debido al miedo o la política de terror del gobierno de Bukele, no están reportando sus muertos”, dijo la defensora de derechos humanos.
Escobar detalló que el 38% de los muertos registrados por su organización presentan signos de violencia.“Es decir que son homicidios”, puntualizó, mientras que otro 30% ha sido registrado que murió por “por negación de tratamiento médico”, es decir, que el Estado no les proveyó medicinas para sus enfermedades o no fueron trasladados a tiempo a hospitales para recibir atención médica.
“Por inferencia los demás podrían ser cualquiera de las dos causas, pero no prueba, no tenemos claridad en la causa de muerte”, afirmó la defensora de derechos humanos, exiliada por temor a ser capturada y morir en prisión por no tener el tratamiento adecuado para su enfermedad, un cáncer detectado pocos días antes de que saliera del país.
Para Escobar, además de que hay familiares que no reportan sus muertos en cárceles, la situación se agrava porque todas esas muertes en los centros penales no aparecen registradas en ningún sitio oficial del gobierno. “Es como que si esas vidas que se pierden en el sistema penitenciario no le importan al gobierno, no valen nada para el gobierno, no tienen derechos humanos”, reclamó Escobar.
El gobierno salvadoreño, por su parte, lleva más de 39 meses callando cualquier señalamiento hecho por organizaciones activistas de derechos humanos o por las mismas familias que, en pocos casos, se han atrevido a denunciar públicamente que los cadáveres de sus parientes muestran fracturas y heridas y que fueron asesinados en las cárceles de Bukele.
EDH: https://www.elsalvador.com/noticias/nacional/sube-425-cantidad-reos-muertos-regimen/1229876/2025/