In June, the European Union, for the first time, raised concerns about El Salvador’s deteriorating situation at the UN Human Rights Council. The European Parliament then held a debate on President Nayib Bukele’s escalating crackdown against civil society groups.

These welcome steps flag the growing international attention to abuses in El Salvador, but more is needed to meaningfully address them.

In May, Salvadoran authorities arrested Ruth López, a human rights lawyer working for Cristosal, a leading Salvadoran human rights organization, and Enrique Anaya, a lawyer and government critic. The Legislative Assembly also passed an abusive “foreign agents law”, granting the government expansive authority to control, and sanction human rights groups and independent media outlets that receive international support.

Bukele’s “war against gangs” has led to serious human rights abuses, including against children, and a weakening of the rule of law. Security forces have carried out mass arbitrary arrests, enforced disappearances, and torture and ill-treatment of detainees.

The Salvadoran government also worked with the Trump administration to jail over 250 Venezuelan migrants removed from the United States, in what amount to enforced disappearances and arbitrary detention.

The EU should support those resisting Bukele’s abuses, and use its human rights toolbox to foster positive change and ensure accountability.

First, EU officials should continue to raise concerns over El Salvador’s serious human rights abuses, urge authorities to ensure a free environment for journalists and civil society, and press the government to restore judicial independence. They could do this at their next meeting over the Memorandum of Understanding that sets the foundations for their political dialogue.

Furthermore, the EU should consider increasing financial support for independent Salvadoran media outlets and civil society groups, many of whose staff have been forced into exile. EU diplomats should also visit detained Salvadoran activists and press the government to ensure speedy, public and fair trails. The European Parliament should also consider a resolution to raise concerns on these cases.

Last, the EU should consider imposing new targeted sanctions against senior government officials responsible for serious human rights abuses.

Drawing from its positive experience with Guatemala, the EU should apply its human rights toolbox in a smart, determined and strategic way. And it should act swiftly, as President Bukele’s abuses risk becoming a dangerous playbook for authoritarian leaders in the region and beyond.

HRW: https://www.hrw.org/news/2025/07/03/eu-should-act-against-el-salvadors-dismantling-of-democracy

La UE debe actuar frente al desmantelamiento de la democracia en El Salvador  

En junio, la Unión Europea expresó por primera vez su preocupación por el deterioro de la situación en El Salvador ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Poco después, el Parlamento Europeo debatió la escalada de la ofensiva del presidente Nayib Bukele contra las organizaciones de la sociedad civil.  

Estas iniciativas, aunque bienvenidas, solo señalan la creciente atención internacional a los abusos que se cometen en El Salvador; se necesita hacer mucho más para abordarlos de manera eficaz. 

En mayo, las autoridades salvadoreñas detuvieron a Ruth López, abogada de derechos humanos de Cristosal, una de las principales organizaciones de defensa de derechos humanos del país, y a Enrique Anaya, abogado y crítico del gobierno. Además, la Asamblea Legislativa aprobó una abusiva “ley de agentes extranjeros” que otorga al gobierno amplias facultades para controlar y sancionar a las organizaciones de derechos humanos y a los medios de comunicación independientes que reciben apoyo internacional. 

La “guerra contra las pandillas” de Bukele ha derivado en graves violaciones de derechos humanos, incluidos abusos contra menores de edad, y en un debilitamiento del Estado de derecho. Las fuerzas de seguridad han llevado a cabo detenciones masivas y arbitrarias, desapariciones forzadas y actos de tortura y malos tratos contra personas detenidas.  

El gobierno salvadoreño también colaboró con la administración Trump para encarcelar a más de 250 migrantes venezolanos expulsados de Estados Unidos, lo que constituye desaparición forzada y detención arbitraria. 

La UE debe respaldar a quienes resisten los abusos de Bukele y emplear su caja de herramientas de derechos humanos para impulsar cambios positivos y garantizar la rendición de cuentas.  

Los funcionarios de la UE deberían seguir manifestando su preocupación por las graves violaciones de derechos humanos en El Salvador, instar a las autoridades a asegurar un entorno libre para periodistas y organizaciones de la sociedad civil, y presionar al gobierno para que restaure la independencia judicial. Podrían hacerlo en su próxima reunión sobre el Memorando de Entendimiento que sienta las bases de su diálogo político. 

La UE debería considerar aumentar el apoyo financiero a los medios independientes salvadoreños y a las organizaciones de la sociedad civil, cuyo personal en muchos casos se ha visto obligado al exilio. Asimismo, los diplomáticos europeos deberían visitar a los activistas detenidos y exigir al gobierno que garantice juicios expeditos, públicos y justos. El Parlamento Europeo, por su parte, podría aprobar una resolución que refleje su preocupación por estos casos.  

Por último, la UE debería contemplar la imposición de nuevas sanciones específicas contra altos funcionarios responsables de graves violaciones de derechos humanos.  

A la luz de su experiencia positiva con Guatemala, la UE debe aplicar su caja de herramientas de derechos humanos de manera inteligente, decidida y estratégica. Y debe actuar con rapidez: los abusos del presidente Bukele corren el riesgo de convertirse en un peligroso manual para líderes autoritarios dentro y fuera de la región.

HRW: https://www.hrw.org/news/2025/07/03/eu-should-act-against-el-salvadors-dismantling-of-democracy