When Nayib Bukele, the president of El Salvador, agreed earlier this year to imprison deportees from the United States, he had a specific request of the Trump administration: the return of top MS-13 leaders in American custody.
For the past several months, a team of New York Times reporters has been investigating how their return is affecting President Trump’s pledge to dismantle the transnational gang and why Mr. Bukele would want top gang leaders back in his country.
Bukele could benefit from MS-13 leaders being let out of U.S. custody.
U.S. and Salvadoran officials have said MS-13 leaders are being returned to face justice in El Salvador. But The Times found that American prosecutors have amassed substantial evidence of a corrupt pact between the Salvadoran government and some high-ranking MS-13 leaders, who agreed to drive down violence and bolster Mr. Bukele politically in exchange for cash and perks in jail. Investigators had even begun scrutinizing Mr. Bukele himself.
Some who were part of the federal investigation worry that Mr. Bukele wants the gang leaders back to prevent them from revealing damaging information about his government.
The return of top MS-13 leaders could hamper the U.S. investigation.
The investigation began in the first Trump administration, spearheaded by a cross-agency group called Joint Task Force Vulcan. But now two major cases against some of the gang’s highest-ranking leaders that emerged from that effort could be badly damaged, and other defendants could be less likely to cooperate or testify in court, according to multiple people with knowledge of the initiative.
Prosecutors are quietly seeking to drop charges against top leaders.
After working for years to get senior MS-13 leaders into custody, federal prosecutors are now quietly dropping charges against them. One top leader, César López Larios, was put on a plane to El Salvador in March with other migrants sent to a maximum-security prison. Mr. López had been in U.S. custody for less than a year and was awaiting trial on narco-terrorism conspiracy charges.
Prosecutors in Long Island are now seeking to drop charges against Vladimir Arévalo Chávez, who was accused along with 12 other gang leaders in February 2023 of narco-terrorism, murder and corruption.
The U.S. has had indications for years of a pact between Bukele and the gang.
The first Trump administration received a warning about a secret pact between Mr. Bukele’s government and MS-13 as early as August 2020, when a top Salvadoran official showed up at the U.S. Embassy in San Salvador to share information, The Times found.
The following year, the Treasury Department imposed sanctions on that same official and another top Bukele aide after determining they had offered MS-13 leaders money, cellphones and prostitutes in jail in exchange for their help bringing down the homicide rate and securing votes.
Trump’s deal with Bukele cuts against his pledge to ‘eradicate’ MS-13.
Mr. Trump has long vowed to take down the gang, pledging in a speech early in his first term “to dismantle, decimate and eradicate” MS-13. When he returned to the White House this year, he renewed that promise. Earlier this year, Attorney General Pam Bondi issued an internal memo calling for the “total elimination” of the gang. But the deal with Mr. Bukele is now undermining one of Mr. Trump’s most significant initiatives to go after MS-13.
The N.Y. Times: https://www.nytimes.com/2025/06/30/us/politics/takeaways-trump-bukele-ms-13.html
¿Por qué Trump devuelve a los líderes de MS-13 a El Salvador? Cinco claves de la investigación de The New York Times
Cuando Nayib Bukele aceptó a principios de este año encarcelar a deportados procedentes de Estados Unidos, hizo a la administración Trump una petición concreta: que le devolviera a los máximos cabecillas de Mara Salvatrucha (MS-13) que se hallaban bajo custodia estadounidense. Durante los últimos meses, un equipo de reporteros de The New York Times ha indagado cómo esa repatriación afecta la promesa del presidente Trump de desmantelar la pandilla transnacional y por qué Bukele querría de vuelta a esos jefes.
Bukele podría beneficiarse si los líderes de MS-13 salen de custodia en EE. UU.
Funcionarios estadounidenses y salvadoreños aseguran que los jefes de MS-13 regresan para enfrentar la justicia en El Salvador. Sin embargo, The Times descubrió que los fiscales estadounidenses han reunido abundantes pruebas de un pacto corrupto entre el gobierno de Bukele y altos dirigentes de la pandilla: ellos se comprometieron a reducir la violencia y apuntalar políticamente al presidente a cambio de dinero y privilegios en prisión. Los investigadores incluso habían empezado a escrutar al propio Bukele. Algunos miembros de la pesquisa temen que el mandatario busque la repatriación de los cabecillas para impedir que revelen información comprometedora sobre su gobierno.
La devolución de los líderes podría descarrilar la investigación estadounidense
La indagación comenzó durante el primer gobierno de Trump, impulsada por un grupo interinstitucional llamado Joint Task Force Vulcan (Fuerza Conjunta de Tarea Vulcan). Ahora, dos causas de alto perfil contra varios de los máximos dirigentes de la pandilla corren serio riesgo, y otros acusados podrían mostrarse menos dispuestos a cooperar o testificar, según múltiples fuentes conocedoras de la iniciativa.
Los fiscales están retirando cargos en silencio
Tras años de esfuerzos para detener a los líderes de MS-13, los fiscales federales han empezado a archivar los casos. Uno de ellos, César López Larios, fue subido a un avión rumbo a El Salvador en marzo junto con otros migrantes y trasladado a una cárcel de máxima seguridad. Llevaba menos de un año bajo custodia estadounidense y esperaba juicio por cargos de conspiración de narcoterrorismo. En Long Island, los fiscales ahora buscan desestimar los cargos contra Vladimir Arévalo Chávez, acusado en febrero de 2023 —junto con otros 12 cabecillas— de narcoterrorismo, asesinato y corrupción.
Washington conoce desde hace años el pacto entre Bukele y la pandilla
La primera administración Trump recibió una alerta sobre el acuerdo secreto tan pronto como en agosto de 2020, cuando un alto funcionario salvadoreño acudió a la embajada de EE. UU. en San Salvador para proporcionar información, según constató The Times. Al año siguiente, el Departamento del Tesoro sancionó a ese funcionario y a otro colaborador cercano de Bukele tras concluir que ofrecieron dinero, teléfonos celulares y prostitutas a los líderes de MS-13 en prisión a cambio de reducir los homicidios y asegurar votos.
El acuerdo de Trump con Bukele contradice su promesa de ‘erradicar’ MS-13
Trump ha prometido reiteradamente acabar con la pandilla, comprometiéndose al inicio de su primer mandato a “desmantelar, diezmar y erradicar” a MS-13. Al regresar a la Casa Blanca este año, renovó esa promesa. A comienzos de año, la fiscal general Pam Bondi emitió un memorando interno que exigía la “eliminación total” del grupo. Sin embargo, el pacto con Bukele está socavando uno de los esfuerzos más significativos de Trump contra MS-13.
The N.Y. Times: https://www.nytimes.com/2025/06/30/us/politics/takeaways-trump-bukele-ms-13.html