Many Salvadorans now spend between two and five hours a day trapped in the heavy congestion that has become the new normal throughout Greater San Salvador. Urban-planning specialists warn that the standstill not only cripples mobility but also unleashes a cascade of collateral damage.
Bottlenecks are worst around Plaza Salvador del Mundo, Paseo General Escalón, 25 Avenida, Bulevar Los Héroes, Bulevar del Ejército, Bulevar Los Próceres, Bulevar Venezuela, Alameda Manuel Enrique Araujo, and virtually every major gateway into the capital during the morning and afternoon rush.
A mobility study sponsored by the Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Spanish Agency for International Development Cooperation, AECID) together with the Oficina de Planificación del Área Metropolitana de San Salvador (Office of Metropolitan Area Planning of San Salvador, OPAMSS) and published in April 2024 examined the corridor bounded by FENADESAL, La Tiendona, and the Iberia community. It identifies three hot spots that operate “under total congestion”: the La Isla roundabout, the intersection of Avenida Peralta and Calle Renovación, and the junction at Plaza Manuel Arce where Avenida Peralta meets 38 Avenida Sur.
For the study’s baseline year, 2023, those intersections posted sky-high peak-hour volumes: 3,843 vehicles at Plaza Arce and 3,232 at the Reloj de Flores roundabout. In that micro-district alone, 94.2 percent of users come from San Salvador Department and 84.8 percent from the municipality of San Salvador itself.
That daily reality exacts a psychological toll, says Damaris de Díaz, who commutes Monday through Friday from Mejicanos to Santa Tecla. Her round-trip routinely consumes three hours and twenty minutes—often more. “My route crawls through the traffic by Salvador del Mundo, along Manuel Enrique Araujo, and at the Santa Tecla entrance,” she explains. “You must leave home earlier and you get back exhausted—bus noise, blaring music, honking horns. You arrive more drained than usual.”
Marina faces a similar slog traveling from Soyapango to San Jacinto. To ensure her daughter reaches 10 a.m. weekend classes on time, they leave home at eight; the return leg takes just as long. Weekday commutes to her job are no different.
On Wednesday, 18 June, Ricardo needed three hours to get from Altavista to Cuscatancingo by public transport. He left at 6:30 a.m. and clocked in half an hour late. “Getting there is hard; coming back is worse—though at least you are not racing the clock,” he says. He normally leaves work at 5:30 p.m. and sometimes does not reach home until nine.
Late arrivals, fatigue, and irritability are common complaints among residents navigating the capital’s perpetual logjam.
Urban-development experts note that the problem now extends well beyond Greater San Salvador. Downtown Santa Ana and San Miguel endure a similar scenario as both cities continue to expand.
“The worst hours are 6:30 to 8:30 a.m.,” reports Alfredo González, an executive-transport driver who lives in Mejicanos. “If I start earlier I can shave time off my route. Noon is another spike, and the afternoon crush runs from 4:30 to 6:00 p.m.” Digital navigation apps help him find shortcuts, yet his patience is frayed. “Traffic breeds stress, and poor road manners make it worse. Here the biggest vehicle muscles through first; courtesy and empathy have vanished. Motorcyclists create third and fourth lanes out of thin air. I pray the moment I leave the house.”
“For drivers working on ride-hailing apps, congestion hurts twice,” adds 46-year-old Edwin Díaz. “Clients cancel rides when we are stuck nearby, and fuel costs soar. The morning gridlock repeats in the afternoon.” He has witnessed countless accidents, most involving motorcycles.
“Driving through San Salvador is a feat of endurance,” he remarks.
According to a 2023 report by the citizen observatory El Salvador Cómo Vamos, workers spend a minimum average of 50 minutes reaching their jobs regardless of the municipality. Commutes lengthen dramatically for residents of Tonacatepeque, San Martín, Apopa, Cuscatancingo, and Ilopango; in Ilopango alone drivers can be immobilized for up to 87 minutes.
The Metropolitan Area covers 210 square kilometers—barely three percent of national territory—yet encompasses 28 districts across seven municipalities. The 2024 Population and Housing Census conducted by the Banco Central de Reserva (Central Reserve Bank, BCR) puts Greater San Salvador’s population at 2,404,097, of whom 525,990 reside in the capital proper.
Eight out of ten residents depend on public transport, whose chronic deficiencies have fueled an explosion in motorcycles, minibuses, and pick-ups—vehicles that worsen both congestion and road-safety risks, according to El Salvador’s 2019-2030 Master Infrastructure Plan.
“Más de tres horas en medio del caos”: El drama del tráfico en el Gran San Salvador
Entre dos y cinco horas al día es el tiempo que muchos salvadoreños pasan en medio del fuerte congestionamiento que se ha vuelto una constante en el Área Metropolitana de San Salvador, una realidad que no solo influye negativamente en la movilidad de las personas si no que también genera otras afectaciones, señalan expertos.
Zonas como la Plaza Salvador del Mundo, el Paseo General Escalón, la 25 Avenida, el bulevar Los Héroes, bulevar del Ejército, Bulevar Los Próceres, Bulevar Venezuela, así como la Alameda Manuel Enrique Araujo, y puntos de entrada a San Salvador mantienen alto tráfico en horas de la mañana y en la tarde cuando la población se desplaza hacia sus lugares de trabajo y centros de estudio.
Asimismo, un estudio de movilidad de impulsada por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), en colaboración con la Oficina de Planificación del Área Metropolitana de San Salvador (OPAMSS), el cual fue publicado en abril de 2024 y que analiza la zona comprendida entre FENADESAL, La Tiendona y la comunidad Iberia, señala que las zonas que presentan “una circulación bajo total congestión”, son el redondel La Isla, la intersección de la Avenida Peralta y Calle Renovación y la intersección de la Plaza Manuel Arce, Avenida Peralta y 38 Avenida Sur.
“Las intersecciones de la zona presentan al año base, 2023, una alta demanda vehicular durante la hora pico, sobre Plaza Arce se totalizan 3,843 vehículos, el Reloj de Flores tiene una demanda de 3,232 vehículos”, puntualiza
Solo en esta zona, el 94.2 % de usuarios llegan del departamento de San Salvador, y el 84.8 % provienen del municipio de San Salvador.
Enfrentar esta situación a diario genera mucho estrés, dice Damaris de Díaz, quien de lunes a viernes se desplaza desde Mejicanos hasta Santa Tecla para llegar a su lugar de trabajo.
Según relata son tres horas con 20 minutos cada día, entre ida y regreso, que pasa en medio del congestionamiento. “Y a veces mucho más”, exclama al explicar su recorrido. “La ruta que hago atraviesa el tráfico del Salvador del Mundo, la (alameda) Manuel Enrique Araujo, la entrada a Santa Tecla (…)”, acota.
Y continúa: “hay que salir más temprano de la casa, y llegar a la casa estresado por el ruido en los buses, música a alto volumen, el pito de los carros, uno llega a la casa más cansado de lo normal”.
Similar situación vive Marina, quien llega a San Jacinto desde Soyapango. Según relata debe disponer de dos horas para llegar a tiempo al centro educativo donde su hija recibe clases extracurriculares.
“Tenemos clase a las 10 de la mañana los días sábados, salimos de la casa a las 8, (…) y al mismo tiempo es para regresar. Igual me toca los días de semana para desplazarme al trabajo”, explica.
El miércoles 18 de junio, Ricardo, quien recorre desde Altavista hasta Cuscatancingo, tardó tres horas en movilizarse en el transporte público, salió a las 6:30 a.m. de la residencial y llegó a su trabajo con media hora de retraso. “Es difícil, y al regreso es peor, con la diferencia que uno no va con la presión de que hay que llegar a tiempo”, exclama.
Generalmente sale de la empresa a las 5:30 p.m. y en ocasiones llega a su vivienda a las 9 de la noche.
Llegadas tarde a sus lugares de trabajo, sensación de fatiga e irritabilidad son algunas de las situaciones que los entrevistados dicen experimentar después de lidiar con el caos vehícular, que se ha vuelto una constante para quienes circulan por la ciudad capital y sus alrededores.
Expertos en urbanismo y desarrollo territorial señalan que el problema del tráfico ya no es un tema que afecte solo al Gran San Salvador, pues el mismo panorama se vive en las zonas céntricas de otros departamentos como Santa Ana y San Miguel, ciudades que han venido en crecimiento a través de los años.
“Las horas de más alto tráfico es de las 6:30 de la mañana a las 8:30, yo vivo en Mejicanos, saliendo antes logro hacer mi ruta de trabajo con menos tiempo, otra hora de alto tráfico es al mediodía y en la tarde desde las 4:30 a las 6:00 p.m.”, comenta por su parte Alfredo González, quien brinda servicio de transporte ejecutivo en el Área Metropolitana de San Salvador.
Explica que para mejorar los tiempos de traslado se apoya en aplicaciones móviles que en alguna medida le permiten buscar atajos que le ayudan llegar con mejor tiempo a su destino.
“El tráfico fuerte genera estrés, y mucho tiene que ver la educación vial, aquí es la ley del más fuerte, quien se mete primero, ya la cortesía, la empatía, se ha perdido. Motociclistas formando el tercer o cuarto carril, todo eso genera más congestionamiento”, apunta. “Lo primero que hago al salir de casa es encomendarme a Dios”, resalta.
“El tráfico pesado es a toda hora, pero más que todo por la mañana cuando todas las personas se trasladan a sus lugares de trabajo y estudio. Esto nos afecta mucho a todos ya que nos hace caer en desesperación, nos crea estrés; yo que trabajo con una aplicación de transporte, el congestionamiento nos genera pérdidas, muchas veces el cliente nos cancela aunque estemos cerca del punto de abordaje, también nos genera más gasto de combustible. En la tarde se da el mismo problema”, comenta por su parte Edwin Díaz, de 46 años de edad.
Edwin relata como en su día a día ha sido testigo de muchos accidentes de tránsito, principalmente donde motociclistas se ven involucrados.
“Manejar en las calles de San Salvador es una gran hazaña”, exclama.
Un estudio del observatorio ciudadano El Salvador Cómo Vamos reveló en 2023 que, sin importar el municipio en el que se encuentre el lugar de trabajo, las personas tardan un promedio mínimo de 50 minutos para desplazarse hacia su destino, y que los trabajadores pueden perder más tiempo en el congestionamiento vehicular si encuentran en zonas como Tonacatepeque, San Martín, Apopa, Cuscatancingo e Ilopango, en tanto, identificó puntos críticos como Ilopango, donde las personas pueden estar estancados en el tráficos hasta 87 minutos.
El Área Metropolitana de San Salvador está compuesta por 28 distritos y siete municipios, distribuidos en 210 kilómetros cuadrados, lo que representa el 3% de la superficie del país.
Según el Censo de Población y Vivienda de 2024 realizado por el Banco Central de Reserva (BCR), el Gran San Salvador tiene una población de 2,404,097 habitantes, de los cuales 525,990 viven en San Salvador.
De este total, 8 de cada 10 ocupan el transporte público, el cual se vuelve deficiente, lo que ha promovido el mayor uso de motocicletas, microbuses y pick ups “los cuales agravan los problemas de tráfico y siniestralidad vial”, según detalla el Plan Maestro de Infraestructura de El Salvador 2019-2030 (PMIES).