Con el Mes del Orgullo a punto de concluir, la familia de Andry José Hernández Romero alzó la voz en Democracy Now! para exigir una prueba de vida: el venezolano, de 31 años, lleva más de cien días en paradero desconocido tras ser enviado, por orden dictada bajo la era Trump, a la temida mega-cárcel salvadoreña CECOT.
«Han pasado 105 días desde que más de 200 hombres, incluido Andry, fueron desaparecidos de Estados Unidos y trasladados a El Salvador y al CECOT», denunció en el programa Margaret Cargioli, abogada directora de Immigrant Defenders Law Center (Centro de Defensores de Inmigrantes). «Los abogados de inmigración no hemos podido comunicarnos con Andry, y su familia tampoco ha logrado verlo ni hablar con él desde que fue llevado allí».
Hernández Romero ingresó legalmente en Estados Unidos en 2024, huyendo de la violencia anti-LGBTQ+ y de la persecución política. Tras aprobar la entrevista de temor creíble, se presentó a la cita que el propio gobierno le había fijado; aun así, fue deportado. La administración Trump invocó la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 —la misma que sirvió para encarcelar a estadounidenses de origen japonés durante la Segunda Guerra Mundial— y lo acusó de vínculos pandilleros por dos coronas tatuadas sobre los nombres de sus padres, aunque sus abogados subrayan que carece de antecedentes penales.
«Nunca tuvo debido proceso», lamentó Reina Cárdenas, su mejor amiga. «Lo detuvieron en cuanto llegó a su cita de asilo».
El caso ha calado hondo en la comunidad LGBTQ+. Unas 300 personas se concentraron este mes ante la Corte Suprema de EE.UU. para exigir su regreso. «Creemos que, en este momento, se encuentra en una cárcel de tortura, un gulag en El Salvador», afirmó Lindsay Toczylowski, directora ejecutiva de Immigrant Defenders Law Center, el 6 de junio, durante una protesta organizada por Human Rights Campaign con el respaldo de The Bulwark y Crooked Media. «Decimos “creemos” porque no hemos recibido ninguna prueba de vida desde el día en que lo subieron a un avión financiado por el gobierno estadounidense y lo hicieron desaparecer por la fuerza».
Alexis Romero declaró a Democracy Forward! que su hijo «lo es todo» para ella y lo describió como «un joven muy introvertido, amante del conocimiento y dispuesto a ayudar a los demás». Lo recuerda hogareño y siempre «100 % solidario con su papá, su hermano y conmigo, su mamá». Evocó su última conversación, el 14 de marzo, cuando Andry la llamó a las 6:30 p. m. para decirle que lo trasladaban a otro centro de detención en Texas y que pronto lo enviarían a Venezuela. «El avión llevaba a todos los demás jóvenes inocentes», contó.
El vuelo, sin embargo, aterrizó en El Salvador. Alexis se enteró el jueves siguiente de que su hijo estaba encarcelado allí, un momento que —según dijo— les cambió la vida por completo. «Estábamos felices esperando que regresara para que desaparecieran sus traumas», relató. «En vez de eso, todo empeoró».
El congresista gay por California Robert Garcia, miembro de mayor rango de la poderosa Comisión de Supervisión de la Cámara de Representantes, ha presionado a la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, para obtener respuestas, pero ella se ha negado incluso a confirmar si Hernández Romero sigue con vida.
Advocate: https://www.advocate.com/news/andry-romero-family-worried-cecot
Andry Hernández Romero’s family desperate for word on gay asylum-seeker who Trump vanished over 100 days ago
As Pride Month comes to a close, the family of Andry José Hernández Romero is speaking up on Democracy Now!, pleading for proof of life as the 31-year-old gay Venezuelan asylum-seeker remains missing more than 100 days after being sent to El Salvador’s notorious mega-prison CECOT under a Trump-era order.
“It’s been 105 days since over 200 men, including Andry, were disappeared from the United States to El Salvador and to CECOT,” said Margaret Cargioli, directing attorney at Immigrant Defenders Law Center, during the broadcast. “Immigration attorneys have not been able to have any contact with Andry, his family has not been able to see him and they have not been able to speak with him directly since they were sent there.”
Hernández Romero entered the U.S. legally in 2024, fleeing anti-LGBTQ+ violence and political persecution.
After passing a credible fear interview, he was deported after showing up for an appointment the U.S. government gave him. The Trump administration invoked the Alien Enemies Act of 1798, previously used to incarcerate Japanese Americans during World War II. Officials accused him of gang ties based on crown tattoos above the names of his parents, though his attorneys say he has no criminal record.
“He never had due process,” said Reina Cardenas, Hernández Romero’s best friend. “He was detained from the moment he showed up for his asylum appointment.”
Hernández Romero’s situation has struck a nerve with the LGBTQ+ community.
About 300 people rallied at the U.S. Supreme Court earlier this month, demanding Hernández Romero’s return. “We believe at this moment that he sits in a torture prison, a gulag in El Salvador,” Lindsay Toczylowski, executive director of Immigrant Defenders Law Center, said on the steps of the court at a June 6 protest organized by the Human Rights Campaign with support from The Bulwark and Crooked Media. “We say ‘believe’ because we have not had any proof of life for him since the day he was put on a U.S. government-funded plane, forcibly disappeared.”
Alexis Romero told Democracy Forward! that her son means everything to her, describing him as “a young man who is very introverted, a person who loves to learn, who loves to help other people.” She calls Andry a homebody who has always been “100% supportive of his dad, his brother, and me, his mom.”
She recalled their last conversation on March 14, when Andry called around 6:30 p.m. to say he was being moved to another detention center in Texas and would soon be flown to Venezuela. “The plane was carrying all of the other innocent young men,” she said.
But instead of returning home, the plane took him to El Salvador. Alexis found out the following Thursday that her son was imprisoned there, a moment that, as she put it, changed their lives completely.
“We were so happy waiting for him to come home so that all of his trauma would end,” she said. “Instead, everything got worse.”
Gay California U.S. Rep. Robert Garcia, the ranking member on the powerful House Oversight Committee, has pressed Homeland Security Secretary Kristi Noem for answers, but she has refused to confirm whether Hernández Romero is even alive.
Advocate: https://www.advocate.com/news/andry-romero-family-worried-cecot