Ángel Flores and César Benedetto Sánchez—members of the Movimiento por la Defensa de los Derechos de la Clase Trabajadora (Movement for the Defense of Working-Class Rights, MDCT) and the Confraternidad de Defensores y Defensoras de Derechos Humanos de América Latina (Latin American Fellowship of Human Rights Defenders)—denounced the arrest of 22-year-old human-rights defender Óscar Benedetto Sánchez, the son of Sánchez.
According to the father, three plain-clothes men intercepted the younger Sánchez at about 2:00 p.m. on Thursday on Roosevelt Avenue, opposite a private hospital in San Miguel. The men claimed to belong to the Investigations Unit of the Policía Nacional Civil (Police) in Soyapango and said they were acting on an order from the Soyapango Justice of the Peace Court. They showed neither police identification nor an arrest warrant.
The authorities allege fraud and swindle, accusations the families call “absurd, mendacious, and arbitrary,” insisting they amount to retaliation for César Benedetto Sánchez’s work as a human-rights advocate.
Óscar is a medical student, a musician, and an active member of the Latin American Fellowship of Human Rights Defenders; he frequently accompanies his father at social-movement events. “I regret this situation,” the father said. “The Government—El Salvador’s State—cannot dig up anything to prosecute me for, so it has gone after my son instead.”
On Thursday night, officers transferred the detainee to the East San Salvador Police Station.
During a Friday press conference, the Unión Nacional para la Defensa de la Clase Trabajadora (National Union for the Defense of Working-Class Rights) and the Movement for the Defense of Working-Class Rights condemned the arrest and what they called an escalating campaign of persecution and imprisonment targeting working-class and environmental activists.
“This utterly arbitrary arrest forms part of President Nayib Bukele’s increasingly repressive offensive against popular movements and human rights, a smokescreen to distract from the endless scandals besetting his regime,” said Erick Alexander Zelaya of the Movimiento de la Clase Trabajadora (UNT). He added that “at least seventy-five human-rights defenders and journalists have left El Salvador in the past two weeks alone.”
Flores voiced alarm over what he described as the criminalization, persecution, and political imprisonment of human-rights, environmental, and labor activists. “Yesterday, while representatives of several eastern-region social organizations were attending a human-rights workshop, the son of our colleague Benedetto was detained,” he said.
Flores also recounted that, shortly before the arrest, Óscar received calls from an unknown number; the caller claimed Police agents would bring him a court summons. When he stepped outside to meet the supposed officers, they seized him. Family members had already noticed strangers loitering near the house in the days leading up to the arrest.
The charge involves an alleged $300 swindle, yet the complainant has not been identified—an imbalance Flores calls “grossly disproportionate,” noting that officers from another jurisdiction traveled to carry out the arrest. When the father visited his son, an officer, in a mocking, menacing tone, ordered him to leave at once or “we will lock you up and let your son go instead.”
Capturan a hijo de activista defensor de derechos humanos
Ángel Flores y César Benedetto Sánchez, miembros del Movimiento por la Defensa de los Derechos de la Clase Trabajadora (MDCT) y de la Confraternidad de Defensores y Defensoras de Derechos Humanos de América Latina, denunciaron la captura del joven Óscar Benedetto Sánchez, quien es hijo de Sánchez. El joven detenido también es defensor de derechos humanos.
Según el testimonio del padre del joven capturado, fue cerca de las 2:00 de la tarde del jueves, sobre la Avenida Roosevelt frente a un hospital privado de la ciudad de San Miguel, por tres hombres vestidos de civil , quienes señalaron de ser miembros de la Unidad de Investigaciones de la Policía Nacional Civil (PNC) de Soyapango, y manifestaron que actuaban siguiendo una orden emitida por el Juzgado de Paz de Soyapango.
Ángel Flores comentó que los captores no mostraron ningún tipo de identificación que los vincule con la corporación policial, tampoco mostraron el documento formal por la detención.
De acuerdo con los denunciantes, el joven es acusado del delito de fraude y estafa, lo cual es calificado como “una acusación absurda, mentirosa y arbitraria” y consideran que la acusación es una represalia por el rol de defensor de derechos humanos que realiza el padre.
Óscar Benedetto Sánchez es estudiante de Medicina, músico y forma parte de la Confraternidad de Defensores y Defensoras de Derechos Humanos a nivel del continente latinoamericano; además ha acompañado a su padre en las diversas actividades de los movimientos sociales.
“Lamento esta situación como defensor de derechos humanos. Yo se que esta es una represalia contra mí debido a que el gobierno, el Estado de El Salvador no puede encontrarme nada a mi para procesarme, entonces ésta represalia la toman contra mi hijo”, dijo el progenitor.
El jueves por la noche, el joven fue remitido a la Delegación de la Policía Nacional Civil de San Salvador Este.
La Unión Nacional para la Defensa de la Clase Trabajadora en conjunto con el Movimiento para la Defensa de los Derechos de la Clase Trabajadora denunció la captura del estudiante de Medicina y la escalada de persecución y encarcelamiento del que están siendo objeto participantes de la clase trabajadora y de derechos ambientales de El Salvador, denunciaron en conferencia de prensa, este viernes.
“Esta detención absolutamente arbitraria, se da en el marco de una escalada represiva en el régimen de Nayib Bukele, contra los movimientos populares y los derechos humanos, para desviar la atención de los recurrentes escándalos que azotan al régimen”, declaró Erick Alexander Zelaya, miembro del Movimiento de la Clase Trabajadora (UNT).
Los participantes de dichos movimientos aseguran que ha habido una selectiva pero fuerte represión contra distintos activistas, movimientos de derechos humanos y sindicales. “Se estima que al menos 75 personas entre defensores de derechos humanos y periodistas han salido de El Salvador en las últimas dos semanas”, reiteró Zelaya.
Ángel Flores expresó su preocupación ante los hechos de criminalización, persecución y encarcelamiento político de los defensores y defensoras de derechos humanos, colectivos de naturaleza y sindicales del país.
“El día de ayer mientras diferentes representantes de organizaciones sociales del oriente de El Salvador nos encontrábamos en un proceso de formación en materia de derechos humanos impartido por una organización relacionada al tema de derechos humanos en El Salvador, fue detenido el hijo de nuestro compañero Bennedetto”, agregó.
Flores narró que previo a la detención, Óscar Benedetto Sánchez recibió llamadas telefónicas de un número desconocido, que al momento de atender le dijeron que agentes de la PNC llegarían a entregarle una notificación sobre un proceso judicial en su contra, cuando el joven salió hacia donde se encontraban los supuestos agentes fue capturado.
Los familiares del joven se percataron de que, días antes de la detención, hubo personas que merodeaban cerca de la vivienda.
De acuerdo con Flores, al hijo del defensor de derechos humanos lo acusan de una estafa económica por $300.00 pero sin dar datos de quién es la persona que ha interpuesto la denuncia; a los denunciantes de la captura les parece desproporcionado que desde una delegación de otra jurisdicción llegarán a la captura del joven.
También añadió que cuando el defensor de derechos humanos visitó a su hijo, un agente en tono amenazante y burlesco le pidió retirarse de inmediato o de lo contrario lo dejarían encerrado y sacarían a su hijo.