The Asociación de Periodistas de El Salvador (Journalists’ Association of El Salvador, APES) issued a statement this Monday, June 9, denouncing a possible plan by the Salvadoran government to arrest journalists from the Salvadoran digital news outlet El Faro.
According to the statement, the journalists canceled their return flights from Costa Rica to El Salvador after receiving alerts that some of them would be arrested upon arrival in the country.
Although the flights’ origin was not detailed, some El Faro journalists participated in the Central American Journalism Forum in Costa Rica, held on Thursday, June 5, and Friday, June 6.
“This weekend, El Faro journalists were forced to miss their flights into El Salvador after being alerted by their own and diplomatic sources that the police had a deployment in place to arrest some of them upon their arrival at the airport,” reads the APES statement.
Óscar Martínez, head of reporting for El Faro, stated on his X social media account that they learned they would be arrested upon arrival at Monseñor Romero airport in San Salvador for having called out Bukele’s pacts with gangs.
“We were about to return this weekend, but we learned they were ready to arrest us at Monseñor Romero airport, and we know why: for doing journalism, for calling out the pacts between Bukele and the gangs.”
The Salvadoran organization demanded an explanation from President Nayib Bukele’s government and requested guarantees so that all journalists can return and move freely throughout the country.
“Although journalists from that outlet (El Faro) had received threats during different governments in the country, this is the first time they have been prevented from entering the country due to the imminent risk of arrest,” APES stated.
In early May, El Faro reported that the Salvadoran Prosecutor’s Office had already prepared at least seven arrest warrants against its journalists. This was compounded by threats on social media from government officials.
Carlos Dada, director of El Faro, and Óscar Martínez have been calling out since last May that the Bukele government was preparing arrest warrants against some of their journalists for their publications.
The journalists attribute the events to retaliation for a series of reports in which two leaders of the Barrio 18 gang revealed an alleged pact that would have facilitated the president’s rise to power.
After learning this information, some of the journalists requested details from the Prosecutor’s Office about possible complaints against members of El Faro; however, they did not receive a response within the stipulated time, which, according to APES, “increases suspicions of an unjustified persecution.”
The organization emphasized that there are already records of a mass exodus of journalists from various Salvadoran media outlets, who fear for their safety due to the arrests of well-known human rights defenders.
APES also reported that Salvadoran police have already profiled and photographed some Salvadoran journalists, and that authorities interrogated the relatives of an El Faro journalist.
‘Repression cannot be normalized’
In a separate statement, the Central American Network of Journalists condemned President Bukele’s attacks against the Salvadoran press, particularly against APES, and pointed to a strategy of criminalization and discrediting of those who work as journalists.
“We reaffirm that journalism is not a crime and that its free practice is essential for any democratic society. Repression cannot be normalized,” stated the Central American Network of Journalists.
The organization also expressed concern over the increased police surveillance of the homes of journalists critical of the Bukele government, which has forced more than 30 journalists to relocate due to the risk of arbitrary detention.
“These attacks are not new, but they are part of a systematic strategy of repression that is deepening with new authoritarian measures,” the Network noted, adding that these actions are “a clear attempt to silence dissenting voices.”
Recently, Salvadoran authorities arrested constitutional lawyer Enrique Anaya, a staunch critic of President Bukele, on charges of alleged money laundering.
Lawyer Ruth López, an activist with the human rights organization Cristosal, was also arrested. In addition, the “foreign agents” law came into effect, which imposes a 30% tax on donations received by organizations classified as such.
International human rights bodies, such as Amnesty International and Human Rights Watch, also denounce an “escalation of persecution” against activists and government critics.
Bukele, for his part, claims that these organizations defend criminals by rejecting criticism of the state of exception, which has been in place for three years and is considered key to his fight against the gangs. He also criticizes these bodies for opposing arrests made without a judicial warrant.
Asociación de Periodistas de El Salvador denuncia plan del gobierno de Bukele para capturar a periodistas de ‘El Faro’
La Asociación de Periodistas de El Salvador (APES) emitió un comunicado este lunes 9 de junio, en el que denunció un posible plan de captura por parte del gobierno salvadoreño contra periodistas del medio digital salvadoreño El Faro.
De acuerdo con el pronunciamiento, los comunicadores cancelaron sus vuelos de regreso de Costa Rica a El Salvador tras recibir alertas de que algunos de ellos serían capturados a su llegada al país.
Aunque no se detalló el origen de los vuelos, algunos periodistas de El Faro participaron en el Foro Centroamericano de Periodismo en Costa Rica, realizado los días jueves 5 y viernes 6 de junio.
“Este fin de semana, periodistas de El Faro se vieron obligados a perder sus vuelos de entrada a El Salvador, al ser alertados por fuentes propias y diplomáticas de que la policía había hecho un despliegue para capturar a algunos de ellos a su llegada al aeropuerto”, se lee en el pronunciamiento de APES.
Óscar Martínez, jefe de información de El Faro, afirmó en su cuenta de la red social X que se enteraron que los capturarían a su llegada al aeropuerto Monseñor Romero, en San Salvador, por haber denunciado los pactos de Bukele con las pandillas.
“Estábamos a punto de volver este fin de semana, pero supimos que estaban listos para capturarnos en el aeropuerto Monseñor Romero y sabemos por qué: por haber hecho periodismo, por haber denunciado los pactos de Bukele y las pandillas.
La organización salvadoreña exigió una aclaración al gobierno del presidente Nayib Bukele y solicitó garantías para que todos los periodistas puedan regresar y circular libremente por el país.
“Aunque periodistas de ese medio (El Faro) habían recibido amenazas durante diferentes gobiernos en el país, esta es la primera vez que se han visto impedidos de ingresar al país ante el riesgo inminente de capturas”, afirmó APES.
A inicios de mayo, El Faro divulgó que la Fiscalía salvadoreña ya había preparado al menos siete órdenes de captura contra sus periodistas. A ello se sumaron amenazas en redes sociales por parte de funcionarios del gobierno.
Carlos Dada, director de El Faro, y Óscar Martínez, denunciaron desde mayo pasado que el gobierno de Bukele preparaba órdenes de captura contra algunos de sus periodistas por sus publicaciones.
Los comunicadores atribuyen los hechos a represalias por una serie de reportajes en los que dos cabecillas de la pandilla Barrio 18 revelaron un supuesto pacto que habría facilitado la llegada al poder del mandatario.
Tras conocer esta información, algunos de los comunicadores solicitaron a la Fiscalía detalles sobre posibles denuncias en contra de miembros de El Faro; sin embargo, no recibieron respuesta en el plazo estipulado, lo que, según la APES, “incrementa las sospechas de una persecución injustificada”.
La organización enfatizó que ya existen registros de una salida masiva de periodistas de distintos medios salvadoreños, quienes temen por su integridad debido a los arrestos de reconocidos defensores de derechos humanos.
La APES también denunció que policías salvadoreños ya han perfilado y fotografiado a algunos comunicadores salvadoreños, y que autoridades interrogaron a familiares de un periodista de El Faro.
‘La represión no puede normalizarse’
En un comunicado aparte, la Red Centroamericana de Periodistas reprochó los ataques del presidente Bukele contra la prensa salvadoreña, particularmente contra la APES, y señaló una estrategia de criminalización y desacreditación hacia quienes ejercen la labor informativa.
“Reafirmamos que el periodismo no es delito y que su ejercicio libre es indispensable para cualquier sociedad democrática. La represión no puede normalizarse”, manifestó la Red Centroamericana de Periodistas.
La organización también expresó su preocupación por el aumento de la vigilancia policial en las residencias de periodistas críticos del gobierno de Bukele, lo que obligó a más de 30 comunicadores a movilizarse ante el riesgo de detención arbitraria.
“Estos ataques no son nuevos, pero sí forman parte de una estrategia sistemática de represión que se profundiza con nuevas medidas autoritarias”, señaló la Red, añadiendo que estas acciones son “un claro intento de silenciar las voces disidentes”.
Recientemente, las autoridades salvadoreñas detuvieron al abogado constitucionalista Enrique Anaya, férreo crítico del presidente Bukele, bajo la acusación de supuesto lavado de dinero.
También fue detenida la abogada Ruth López, activista de la organización de derechos humanos Cristosal. Además, entró en vigor la ley de “agentes extranjeros”, que impone un impuesto del 30 % a las donaciones recibidas por organizaciones clasificadas como tales.
Organismos de derechos humanos internacionales, como Amnistía Internacional y Human Rights Watch, también denuncian una “escalada de persecución” contra los activistas y críticos del gobierno.
Bukele, por su parte, asegura que las organizaciones defienden a criminales al rechazar las críticas al régimen de excepción, vigente desde hace tres años y considerado clave en su combate contra las pandillas. Además, critica a estos organismos por oponerse a los arrestos sin orden judicial.