58.1% of Salvadorans disapprove of the work done by the mayors of the country’s 44 municipalities, according to the results of the latest survey by LPG Datos, the social research unit of LA PRENSA GRÁFICA. Only 35.7% express some level of approval, while 6.3% did not offer an opinion.
The question posed to respondents was: “Do you approve or disapprove of the work done by your municipality’s mayor?” 11.6% responded that they strongly approve, and 24.1% somewhat approve, totaling 35.7% support. In contrast, 40.2% said they strongly disapprove, and 17.9% somewhat disapprove, amounting to a 58.1% disapproval rate.
Disapproval is predominant in all regions of the country. In the west, 58% of respondents disapprove of their mayor’s work; in the east, 59.1%; in the paracentral region, 57.9%; and in the San Salvador Metropolitan Area (AMSS), 57.5%. The differences between regions are minimal, suggesting a national pattern of dissatisfaction with municipal governments.
The study also reveals differences based on the incumbent mayor’s party affiliation. Municipal administrations led by ARENA mayors receive the highest approval at 51.7%, followed by mayors from other parties (38.0%), and those from Nuevas Ideas, who have the lowest approval at just 34.2%. Conversely, mayors from the ruling party receive the highest disapproval (59.5%), which contrasts with the rating President Nayib Bukele receives, whose approval is around 85%.
This contrast between government levels is notable. While President Bukele maintains very high approval after six years in office, and the Legislative Assembly—dominated by his party—retains majority support, albeit declining (54%), Nuevas Ideas mayors face a significantly more critical assessment.
The drop in legislative approval and strong municipal disapproval indicate that public support for the ruling party is more robust at the Executive level than at intermediate or local levels of power. This could reflect unfulfilled expectations in the municipalities or a disconnect between the president’s image and the actual performance of his local representatives.
Paradoxically, this disconnect is fueled by the Presidency itself. The control Bukele exerts over the Legislative Assembly has reduced ruling party lawmakers to a role of obedience, where they remain publicly silent and approve only the orders dictated by the Executive. Part of these orders has involved resource cuts to municipalities and the elimination of local powers, which has weakened the ability of municipal governments to respond to citizen demands. Thus, the disapproval faced by many ruling party mayors today could also be an indirect reflection of the government’s growing centralism.
Desaprobación a alcaldes supera el 58 % y se mantiene alta en todo el país
El 58.1 % de salvadoreños desaprueba el trabajo que han realizado los alcaldes de los 44 municipios del país, de acuerdo con los resultados de la más reciente encuesta realizada por LPG Datos, la unidad de investigación social de LA PRENSA GRÁFICA. Solo el 35.7 % expresa algún nivel de aprobación, mientras que el 6.3 % no opinó.
La pregunta que se planteó a los entrevistados fue: “¿Usted aprueba o desaprueba el trabajo que ha realizado el alcalde de su municipio?”. El 11.6 % respondió que lo aprueba mucho, el 24.1 % que lo aprueba algo, sumando 35.7 % de respaldo. En contraste, un 40.2 % dijo desaprobar mucho y un 17.9 % desaprobar algo, lo que totaliza un rechazo del 58.1 %.
La desaprobación es mayoritaria en todas las regiones del país. En occidente, el 58 % de los encuestados desaprueba el trabajo de su alcalde; en oriente, 59.1 %; en la región paracentral, 57.9 %; y en el Área Metropolitana de San Salvador (AMSS), 57.5 %. Las diferencias entre regiones son mínimas, lo que sugiere un patrón nacional de insatisfacción con los gobiernos municipales.
El estudio también revela diferencias por afiliación partidaria del alcalde en funciones. Las gestiones municipales de alcaldes de ARENA obtienen la mayor aprobación con 51.7 %, seguidas por alcaldes de otros partidos (38.0 %) y los de Nuevas Ideas, que registran la aprobación más baja con solo 34.2 %. A la inversa, los alcaldes del oficialismo reciben la mayor desaprobación (59.5 %), lo que contrasta con la valoración que recibe el presidente Nayib Bukele, cuya aprobación ronda el 85 %.
Este contraste entre niveles de gobierno es notorio. Mientras el presidente Bukele mantiene una aprobación altísima tras seis años en el cargo, y la Asamblea Legislativa—dominada por su partido—retiene un respaldo mayoritario aunque en descenso (54 %), los alcaldes de Nuevas Ideas enfrentan una valoración significativamente más crítica.
La caída en la aprobación legislativa y la fuerte desaprobación municipal indican que el respaldo ciudadano hacia el oficialismo es más robusto en el Ejecutivo que en los niveles intermedios o locales del poder. Esto podría reflejar expectativas no cumplidas en los municipios o una desconexión entre la imagen del presidente y la gestión concreta de sus representantes locales.
Paradójicamente, esa desconexión se alimenta desde la misma Presidencia. El control que ejerce Bukele sobre la Asamblea Legislativa ha reducido a los diputados oficialistas a un rol de obediencia, en el que guardan silencio público y aprueban únicamente las órdenes que les dicta el Ejecutivo. Parte de esas órdenes ha implicado recortes de recursos a las alcaldías y la eliminación de competencias locales, lo que ha debilitado la capacidad de los gobiernos municipales para responder a las demandas ciudadanas. Así, la desaprobación que hoy enfrentan muchos alcaldes oficialistas podría ser también un reflejo indirecto del centralismo creciente del Gobierno.