President Nayib Bukele stated on Sunday night, June 1, during his speech marking his sixth year in office, that he “doesn’t care if they call him a dictator” and that he prefers that “to seeing Salvadorans killed,” referring to criticisms of arrest procedures and the continuation of the state of exception.
“Personally, they’ve called me a dictator in every media outlet that wanted to and could. From Salvadoran rags to the most prestigious international ones (without specifying which),” Bukele said during a solemn session of the Legislative Assembly held at the National Theater in San Salvador.
“You know what? I don’t care if they call me a dictator,” he stated before lawmakers of Congress, representatives of the diplomatic corps in El Salvador, and various institutions, and asserted that “I’d rather they call me a dictator than see Salvadorans killed in the streets.”
He continued: “I prefer these moments when I pick up my phone and see: dictator, dictator, dictator… in the news, and not see murder, murder, murder…).”
“I’d rather they call me a dictator so that Salvadorans can finally live in peace. Let them keep discussing their semantics while we will continue to focus on achieving results, and contrary to the lies they spread day and night, we have more results than any other government in our entire history,” he added.
At least 412 people have died in Salvadoran prisons under state custody in the context of the implementation of the state of exception, Socorro Jurídico Humanitario (Humanitarian Legal Aid) reported at the end of May.
Bukele, who was re-elected for a second term despite the Constitution prohibiting it, is accused of acting unconstitutionally. His administration has faced criticism and warnings from international organizations for “an authoritarian escalation,” the detention of human rights activists, and the imprisonment of hundreds of Venezuelans, expelled from the United States, who face no criminal proceedings in El Salvador.
Attack on Journalists, Aid Workers, and Human Rights Defenders
In his sixth-year-in-office speech, Bukele also lashed out at prestigious international and national media outlets, aid workers, and human rights defenders.
He branded journalists who question his administration as “following agendas.” “There is a coordinated attack underway, international, traditional media, hitting with the same topics,” he accused.
Bukele specifically referred to The Economist magazine, which, in a recent article marking his sixth year in office, states that “now there is no law left to protect Salvadorans from their dictator.”
“‘First he dismantled gangs. Now Nayib Bukele dismantles his critics,'” the publication highlights, adding that the Salvadoran has all the tools to remain in power.
Bukele also justified the arrests of human rights defenders. “They say we imprison human rights defenders, dissidents, opponents. How can we fight corruption if the entire opposition has guaranteed impunity? Any opponent taken to jail is politically persecuted,” the president said.
Bukele also criticized the work of human rights social organizations, thereby justifying the Foreign Agents Law, which establishes a 30% tax on donations received by NGOs.
He accused the organizations of “profiteering” from the people.
“It is a law to protect international cooperation, to ensure that those funds coming from abroad, which are said to be for social projects, are really for that, to help people.”
“Most developed countries prohibit foreign interference. We allow foreign interference. We only ask them to pay taxes like everyone else,” Bukele noted before lawmakers of Congress, representatives of the diplomatic corps in El Salvador, and various institutions.
Dozens of organizations have rejected the Foreign Agents Law and point out that the regulation is part of an “authoritarian escalation” by Bukele.
Bukele: “Me tiene sin cuidado que me llamen dictador”
El presidente de la República, Nayib Bukele, aseguró la noche del domingo 1 de junio, en su discurso de sexto año de gobierno, que “le tiene sin cuidado que le llamen dictador” y que prefiere eso “a ver cómo matan a los salvadoreños”, al referirse a los cuestionamientos por procedimientos de capturas y la continuidad del régimen de excepción.
“En lo personal me han dicho dictador en todos los medios que han querido y podido. Desde los panfletos salvadoreños, hasta los panfletos internacionales, los más prestigiosos (sin especificar)”, dijo Bukele durante una sesión solemne de la Asamblea Legislativa desarrollada en el Teatro Nacional en San Salvador.
“¿Saben qué? me tiene sin cuidado que me llamen dictador”, manifestó ante diputados del Congreso, representantes del cuerpo diplomático en El Salvador y de diversas instituciones, y aseguró que “prefiero que me llamen dictador a ver cómo matan a los salvadoreños en la calles”.
Y siguió: “Prefiero estos momentos cuando agarro el celular y veo: dictador, dictador, dictador… en las noticias y no ver asesinato, asesinato, asesinato…)”.
“Prefiero que me llamen dictador pero que los salvadoreños podamos vivir al fin en paz. Que se queden ellos discutiendo su semántica y nosotros vamos a seguir enfocados en buscar resultados y contrario a las mentiras que ellos difunden día y noche, tenemos más resultados que cualquier otro gobierno en toda nuestra historia”, agregó.
Al menos 412 personas han muerto en las cárceles de El Salvador bajo custodia de agentes del Estado en el contexto de la implementación del régimen de excepción, informó el Socorro Jurídico Humanitario a finales de mayo.
Bukele, quien se reeligió en el poder para un segundo mandato pese a que la Constitución lo prohíbe, es señalado de ser inconstitucional. Su gestión ha tenido cuestionamientos y alertas de organizaciones internacionales por “una escalada autoritaria”, la detención de activistas de derechos humanos y el encarcelamiento de cientos de venezolanos, expulsados desde Estados Unidos y que no enfrentan procesos penales en El Salvador.
Ataque a periodistas, cooperantes y defensores de DD.HH.
En su discurso de sexto año de gestión, Bukele también arremetió contra presitigiosos medios internacionales y nacionales, cooperantes y defensores de derechos humanos.
A los periodistas que cuestionan su gestión, los tildó de “seguir agendas”. “Hay un ataque coordinado en marcha, medios internacionales, tradicionales, golpeando con los mismos temas”, acusó.
Bukele se refirió en específico a la revista The Economist, que en un reciente artículo por el sexto año de gobierno aseñala que “ahora ya no queda ninguna ley que proteja a los salvadoreños de su dictador”.
“Primero desmanteló pandillas. Ahora Nayib Bukele desmantela a sus críticos”, resalta la publicación y añade que el salvadoreño cuenta con todas las herramientas para quedarse en el poder.
Bukele también justificó las capturas de defensores de derechos humanos. “Dicen que encarcelamos defensores de derechos humanos, disidentes, opositores. ¿Cómo podemos combatir la corrupción si toda la oposición tiene impunidad garantizada? Cualquier opositor que se lleva a la cárcel es perseguido político”, dijo el mandatario.
Bukele también criticó la labor de las Organizaciones sociales en derechos humanos, por lo que justificó la Ley de Agentes Extranjeros que establece el impuesto de 30% las donaciones que reciben las ONG.
Acusó a las organizaciones de “lucrarse” de la gente.
“Es una ley para proteger la cooperación internacional, para asegurarnos que esos fondos que vienen del extranjero y que dicen ser para proyectos sociales sean realmente para eso, para ayudar a la gente”.
“La mayoría de países desarrollados prohíbe la injerencia extranjera. Nosotros permitimos la injerencia extranjera. Solo les pedimos que paguen impuestos igual que todos”, apuntó Bukele ante diputados del Congreso, representantes del cuerpo diplomático en El Salvador y de diversas instituciones.
Decenas de organizaciones han rechazado la Ley de Agentes Extranjeros y apuntan que la normativa es parte de una “escalada autoritaria” de Bukele.