“You know what? I don’t care if they call me a dictator. I’d rather they call me a dictator than watch Salvadorans be killed in the streets.” This was one of the statements Nayib Bukele made Sunday night at the National Theater to defend his government’s actions, despite constant accusations of violations of the rule of law by various organizations, which he also attacked.
The President of the Republic dedicated a significant portion of his speech to defending the state of exception, the Foreign Agents Law, approved by the Legislative Assembly on May 20; and he also attacked human rights organizations and journalism, both national and international.
As an example, he mentioned that a gang member who was captured and later released murdered a soldier in Tacuba.
“It was our duty to prevent that murder by keeping him in custody; but by complying with international treaties and the human rights rules imposed on us, that homicide is the State’s fault, because we should have ensured that gang member remained in jail,” he said.
He indicated it was due to complying with international treaties and that the gang member was arrested again.
“That’s why they, the supposed defenders of democracy and the rule of law, really want us to be incapable of punishing murderers. In the name of a supposed ideal of human rights, which is nothing more than the rights of criminals, because if it were truly about human rights, they would be looking out for the human rights of the corporal in Tacuba,” he added.
He maintained that pardoning the criminal is condemning the victims.
“Keep shouting ‘free them now,’ we’ve heard you and we already know the result of that. Let death return, let chaos return, let fear return—we will not allow any of that,” he affirmed.
Bukele also criticized international assessments indicating the country has regressed in democracy and the work of social organizations in human rights, thereby justifying the law that establishes a 30% tax.
He accused organizations of profiting from the people. “It is a law to protect international cooperation, to ensure that those funds coming from abroad, which claim to be for social projects, are genuinely for that purpose—to help people.”
He asserted that most developed countries prohibit foreign interference. “We allow foreign interference; we only ask them to pay taxes like everyone else,” he explained.
And he added that all cooperation for social projects from friendly countries will be tax-free.
“But there are foreign organizations that claim to come to help but are really here to engage in politics,” he maintained.
“The Foreign Agents Law guarantees that those who want to come and help us maintain the great privilege of not paying taxes, unlike the rest of us,” Bukele argued last night.
Attacks on Journalism and Human Rights
“Traditional media deploy activists disguised as journalists to spread lies. And they call that freedom of the press. Foreign lawmakers come knocking on prison doors demanding we release criminals—by what right do they feel entitled?” he questioned.
The president described it as “a coordinated attack” by national and international media outlets, NGOs, and human rights organizations, citing The Economist’s article on the advance of dictatorship as an example.
“Personally, I’ve been called a dictator in every media outlet that wanted to and could, from Salvadoran pamphlets to the most prestigious international ones,” he said.
He also claims his government “allows” disinformation and referred to journalists as “political activists who are doing business,” alluding to El Faro’s publications that confirmed Bukele’s pact with gangs, trying to discredit them.
He then referred to the arrests of well-known human rights defenders in the country. The most recent case is that of lawyer Ruth López.
“They say we imprison human rights defenders, dissidents, opponents of the regime. I wonder, how can we fight corruption if the entire opposition has guaranteed impunity? They cannot be touched; any corrupt opponent taken to jail is labeled politically persecuted,” he expressed.
He also made this allusion to independent journalists. “Working for an NGO is now synonymous with impunity. Being a ‘club’ journalist—because there are journalists who are not included in the club, it has to be APES [Asociación de Periodistas de El Salvador, Journalists Association of El Salvador]—being a ‘club’ journalist allows them to break the law without consequence,” he asserted.
Bukele did not announce any new projects.
Bukele defendió la Ley de Agentes Extranjeros y ataca a periodistas y defensores de DD.HH.
“¿Sabe qué? Me tiene sin cuidado que me llamen dictador. Prefiero que me llamen dictador a ver cómo matan a los salvadoreños en las calles”. Fue una de las frases que expresó Nayib Bukele el domingo por la noche en el Teatro Nacional para defender las acciones que ha realizado su gobierno, pese a las constantes denuncias de vulneraciones al Estado de derecho realizadas por diversas organizaciones, a las cuales también atacó.
El presidente de la República dedicó buena parte de su discurso para defender el régimen de excepción, la Ley de Agentes Extranjeros, aprobada por la Asamblea Legislativa el 20 de mayo; y también atacó a organizaciones de derechos humanos y al periodismo, tanto nacional como internacional.
Como ejemplo, mencionó que un pandillero que fue capturado y salió libre asesinó a un militar en Tacuba.
“Era nuestro deber evitar ese asesinato, manteniéndolo en custodia; pero por cumplir los tratados internacionales y la reglas que nos imponen de derechos humanos, ese homicidio es culpa del Estado, porque nosotros debimos haber garantizado que ese pandillero se pudiera en la cárcel”, dijo.
Indicó que fue por cumplir tratados internacionales y que el pandillero fue detenido nuevamente.
“Por eso es lo que ellos, los supuestos defensores de la democracia y el Estado de derecho lo que realmente quieren es que seamos incapaces de castigar a los asesinos. En nombre de un supuesto ideal de derechos humanos que no es más que los derechos de los delincuentes, porque si fuera derechos humanos estuvieran viendo por los derechos humanos del cabo en Tacuba”, agregó.
Sostuvo que perdonar al criminal es condenar a las víctimas.
“Sigan gritando ‘libérenlos ya’, ya los escuchamos y ya sabemos el resultado de eso. Que regrese la muerte, que regrese el caos, que regrese el miedo y no vamos a permitir nada de eso”, afirmó.
Bukele también criticó las mediciones internacionales que señalan que el país ha retrocedido en democracia y también la labor de las organizaciones sociales en derechos humanos, por lo que justificó la Ley que establece el impuesto de 30%.
Acusó a las organizaciones que se lucran de la gente. “Es una ley para proteger la cooperación internacional, para asegurarnos que esos fondos que vienen del extranjero y que dicen ser para proyectos sociales sean realmente para eso, para ayudar a la gente”.
Aseguró que la mayoría de países desarrollados prohíbe la injerencia extranjera. “Nosotros permitimos la injerencia extranjera, solo les pedimos que paguen impuestos igual que todos”, expuso.
Y añadió que toda la cooperación que venga a proyectos sociales de países amigos estará libre de impuestos.
“Pero hay organizaciones extranjeras que dicen que vienen a ayudar y realmente vienen a hacer política”, sostuvo.
“La Ley de Agentes Extranjeros garantiza que quienes quieran venir a ayudar a nuestra mantengan el gran privilegio de no pagar impuestos como sí los pagamos los demás”, argumentó Bukele anoche.
Ataca al periodismo y derechos humanos
“Los medios tradicionales despliegan activistas disfrazados de periodistas para difundir mentiras. Y a eso le llaman libertad de prensa. Congresistas extranjeros vienen a tocar las puertas de las cárceles a exigir que liberemos delincuentes, ¿con qué derecho se sienten?”, cuestionó.
El presidente calificó de “un ataque coordinado” por parte de medios de comunicación nacionales e internacionales, ONG, organizaciones de derechos humanos, como el artículo de The Economist sobre el avance de la dictadura.
“A mí en lo personal me han dicho dictador en todos los medios que han querido y podido, desde los panfletos salvadoreños hasta los panfletos internacionales, los más prestigiosos”, dijo.
También asegura que su gobierno “permite” la desinformación y se refirió a periodistas como “activistas políticos que están haciendo negocio” y aludió a las publicaciones de El Faro que confirmaron el pacto de Bukele con las pandillas, tratando de desacreditarlas.
Luego se refirió a las capturas de reconocidos defensores de derechos humanos en el país. El caso más reciente es el de la abogada Ruth López.
“Dicen que encarcelamos defensores de derechos humanos, disidentes, opositores al régimen. Yo me pongo a pensar ¿cómo podemos combatir la corrupción si toda la oposición tiene impunidad garantizada? No se pueden tocar, cualquier opositor corrupto que se lleva a la cárcel es un perseguido político”, expresó.
También hizo esa alusión a los periodistas independientes. “Trabajar en una ONG ahora es sinónimo de impunidad. Ser periodista del club, porque hay periodistas que no los incluyen en el club, tiene que ser APES, ser periodistas de club les permite infringir la ley sin consecuencia”, aseguró.
Bukele no hizo ningún anuncio de proyectos nuevos.