Episcopal Conference Urges Government Not to Promote Country as “International Jail,” Cease Persecution of Human Rights Defenders — Episcopado insta a gobernantes a no promocionar al país como “cárcel internacional” y cesar persecución a defensores de DD.HH

May 31, 2025

The bishops affirm that this letter does not seek to contradict the authorities, nor does it respond to ideological, partisan, or power group interests. Its intention is to make audible the voice of the poor, the vulnerable, the dismissed, and those stripped of their informal livelihoods, and they urge authorities to offer viable alternatives so these individuals can support their families. — Los obispos afirman que esta carta no busca contradecir a las autoridades, ni responde a intereses ideológicos, partidistas o de grupos de poder. Su intención es hacer audible la voz del pueblo pobre, de los vulnerables, de los despedidos y de los despojados de sus ventas informales, e instan a las autoridades a ofrecer alternativas viables para que puedan sostener a sus familias.

Under the title “A voice crying out with hope in the wilderness,” the Conferencia Episcopal de El Salvador (CEDES) (Episcopal Conference of El Salvador) issued its most recent Pastoral Letter, urgently calling on Salvadoran society not to lose hope, to recover its ethical sense, and to strive for a more just, fraternal, and supportive nation.

The Catholic bishops express their deep concern about growing inequality, the weakening of democratic institutions, and threats to human rights.

The Pastoral Letter exhorts all sectors—government, civil society, youth, the Church, and communities—to open their eyes to injustices, avoid indifference, and act with ethical responsibility.

“We cry out in the wilderness of disillusionment and injustice, but we do so with hope,” states the document, inspired by the Gospel of St. John (Jn 1:23), adding that “history is not closed” if truth, justice, and the common good are pursued.

The Episcopal Conference recalls that the Christian faith cannot be detached from the reality of the people and calls for a renewed commitment to the poorest and most excluded. It also warns about the dangers of authoritarianism, political clientelism, and the loss of fundamental ethical values.

In the letter, the bishops express concern about education, noting that the issue of school consolidation could lead to increased dropout rates. Therefore, they request that education be prioritized above other areas.

The bishops affirm that education is “one of the best doors to achieve development,” because “otherwise, new generations will be left behind and unable to successfully integrate into the fourth industrial revolution, the digital revolution.”

Regarding health, they consider the construction of new hospitals “commendable.” However, in the letter, they call for the health system to be decentralized, promoting the construction of many more clinics and national hospitals that can effectively respond to the population size, thereby avoiding negative effects for both patients and healthcare personnel.

On violence, the bishops acknowledge achievements but call for greater efforts to increase spaces for healthy recreation, art schools, and sports. They state that it is necessary to invest time, attention, and resources in children and youth, especially in areas previously affected by violence.

The Episcopal Conference requests an objective review of the cases of persons deprived of liberty, so that the innocent can be released as soon as possible. Furthermore, they ask for an end to the persecution of human rights defenders and, if individuals are detained for this reason, that their cases be studied and they be released immediately. They urge authorities to stop promoting the country as an “international jail.”

In the political sphere, the letter denounces the weakening of the rule of law, the concentration of power in the hands of the Executive, and the lack of independence of other state branches. The bishops also warn about the normalization of authoritarianism, the repression of critical voices, and citizen indifference to these situations. They exhort a recovery of democratic institutionality, the strengthening of citizen participation, and the promotion of politics at the service of the common good, with leaders who serve and do not serve themselves from power.

With respect to the environment, they urgently call for the repeal of the Mining Law, as well as a commitment to reforestation, and the cleaning and recovery of rivers, lakes, pools, and springs. They point out that environmentalists should be heard, and their persecution and imprisonment should be avoided, as it is unjust to punish them for their work in favor of the environment.

In the economic field, the bishops express their concern about the exclusionary economic model that persists in El Salvador, which has benefited a minority while leaving large sectors of the population in precarious conditions. The Episcopal Conference calls for rethinking the country’s economic direction to ensure equity, social justice, and sustainable development, with an economy centered on the dignity of the human person.

The bishops affirm that this letter does not seek to contradict the authorities, nor does it respond to ideological, partisan, or power group interests. Its intention is to make audible the voice of the poor, the vulnerable, the dismissed, and those stripped of their informal livelihoods, and they urge authorities to offer viable alternatives so these individuals can support their families.

Finally, the Pastoral Letter invites all Salvadorans to build a society where human dignity, social justice, and respect for life prevail, through dialogue and active commitment to the country’s transformation.

YSUCA: https://ysuca.org.sv/2025/05/episcopado-insta-a-gobernantes-a-no-promocionar-al-pais-como-carcel-internacional-y-cesar-persecucion-a-defensores-de-dd-hh/

Episcopado insta a gobernantes a no promocionar al país como “cárcel internacional” y cesar persecución a defensores de DD.HH

Bajo el título “Una voz que con esperanza clama en el desierto”, la Conferencia Episcopal de El Salvador (CEDES) emitió su más reciente Carta Pastoral, en la que hace un llamado urgente a la sociedad salvadoreña a no perder la esperanza, a recuperar el sentido ético y a luchar por una nación más justa, fraterna y solidaria.

Los obispos católicos expresan su profunda preocupación ante la creciente desigualdad, el debilitamiento de las instituciones democráticas y las amenazas a los derechos humanos.

La Carta Pastoral exhorta a todos los sectores —gobierno, sociedad civil, juventud, Iglesia y comunidades— a abrir los ojos ante las injusticias, evitar la indiferencia y actuar con responsabilidad ética.

“Clamamos en el desierto de la desilusión y la injusticia, pero lo hacemos con esperanza”, afirma el documento, inspirado en el Evangelio de San Juan (Jn 1,23), y añade que “la historia no está cerrada” si se apuesta por la verdad, la justicia y el bien común.

La Conferencia Episcopal recuerda que la fe cristiana no puede desligarse de la realidad del pueblo y llama a retomar el compromiso con los más pobres y excluidos. Además, advierte sobre los peligros del autoritarismo, el clientelismo político y la pérdida de valores éticos fundamentales.

En la carta, los obispos muestran su preocupación por la educación y señalan que el tema de la unificación de los centros escolares puede provocar deserción escolar. Por ello, piden que la educación sea un tema prioritario por encima de otras áreas.

Los obispos afirman que la educación es “una de las mejores puertas para alcanzar el desarrollo”, ya que “de lo contrario, las nuevas generaciones quedarán rezagadas y sin insertarse exitosamente en la cuarta revolución industrial, la revolución digital”.

En cuanto a la salud, consideran “encomiable” la construcción de nuevos hospitales. Sin embargo, en la carta piden que el sistema de salud sea descentralizado, promoviendo la construcción de muchas más clínicas y hospitales nacionales, que respondan de manera efectiva al número de población, para evitar efectos negativos tanto para los pacientes como para el personal sanitario.

Sobre la violencia, los obispos reconocen que hay logros, pero piden mayores esfuerzos para aumentar los espacios de sano esparcimiento, escuelas de arte y deportes. Expresan que es necesario invertir tiempo, atención y recursos en los niños y jóvenes, sobre todo en las zonas que antes eran afectadas por la violencia.

La Conferencia Episcopal solicita revisar objetivamente los casos de las personas privadas de libertad, para que los inocentes salgan lo más pronto posible. Además, piden dejar de perseguir a los defensores de derechos humanos y, si hay personas detenidas por esta razón, se estudien los casos y se les libere de inmediato. Piden a las autoridades dejar de promocionar al país como una “cárcel internacional”.

En el plano político, la carta denuncia el debilitamiento del Estado de derecho, la concentración del poder en manos del Ejecutivo y la falta de independencia de los otros órganos del Estado. Los obispos también advierten sobre la normalización del autoritarismo, la represión a voces críticas y la indiferencia ciudadana ante estas situaciones. Exhortan a recuperar la institucionalidad democrática, fortalecer la participación ciudadana y promover una política al servicio del bien común, con líderes que sirvan y no se sirvan del poder.

Con respecto al medio ambiente, piden derogar con urgencia la Ley de Minería, así como apostar a la reforestación, y a la limpieza y recuperación de ríos, lagos, pozas y ojos de agua. Señalan que a los ambientalistas se les debe escuchar, y se debe evitar su persecución y encarcelamiento, ya que es injusto castigarlos por su trabajo en favor del medio ambiente.

En el ámbito económico, los obispos expresan su preocupación por el modelo económico excluyente que persiste en El Salvador, el cual ha beneficiado a una minoría mientras deja en la precariedad a amplios sectores de la población. La Conferencia Episcopal llama a repensar el rumbo económico del país para garantizar la equidad, la justicia social y el desarrollo sostenible, con una economía que ponga en el centro la dignidad de la persona humana.

Los obispos afirman que esta carta no busca contradecir a las autoridades, ni responde a intereses ideológicos, partidistas o de grupos de poder. Su intención es hacer audible la voz del pueblo pobre, de los vulnerables, de los despedidos y de los despojados de sus ventas informales, e instan a las autoridades a ofrecer alternativas viables para que puedan sostener a sus familias.

Por último, la Carta Pastoral invita a todos los salvadoreños a construir una sociedad donde prevalezca la dignidad humana, la justicia social y el respeto a la vida, a través del diálogo y el compromiso activo en la transformación del país.

YSUCA: https://ysuca.org.sv/2025/05/episcopado-insta-a-gobernantes-a-no-promocionar-al-pais-como-carcel-internacional-y-cesar-persecucion-a-defensores-de-dd-hh/