As has happened every month, at the request of Nuevas Ideas and through a fast-track procedure, the Legislative Assembly, dominated by the ruling party, approved another extension to the state of exception decree.
This regime suspends three constitutional rights and guarantees throughout the national territory: the right to be informed of the reason for detention and to have access to legal defense; the extension of the administrative detention period from 72 hours to 15 days; and the inviolability of correspondence and telecommunications.
The latest extension expires on June 4, 2025, so the new 30-day period would begin on June 5 and last until July 4, 2025.
The government has maintained the regime for over three years as a mechanism to combat gangs; but it has also been applied in other cases, such as to the leaders of the El Bosque cooperative detained after a protest and to lawyer Ruth López, accused of embezzlement.
The government stated that 86,400 people have been detained under the state of exception, although President Nayib Bukele himself acknowledged last November that more than 8,000 innocent people were released.
“During May 2025, a variety of criminal events were recorded that led to significant detentions, for example, the capture of an MS13 leader, founder of a clique in Texas, United States, in the department of Sonsonate; the capture at El Salvador International Airport of five MS13 members from the United States of America, one from the Pandilla 18 from Mexico, and in Chalatenango, a Honduran gang member with tattoos alluding to the Tango Blast gang from Houston, Texas; and as a criminal event, it is worth noting the discovery of a barrel of firearms belonging to an MS13 clique in San Vicente,” states the decree sent by the Presidency of the Republic among the justifications for maintaining the state of exception.
“What happens if we don’t continue approving the state of exception? We would return to the state of anxiety in which we lived,” stated lawmaker Evelyn Merlos.
“No Longer Necessary”
The Conferencia Episcopal de El Salvador (CEDES) (Catholic Episcopal Conference of El Salvador) of the Catholic Church released its latest pastoral letter this Thursday, titled “Una voz que con esperanza clama en el desierto” [A voice crying out with hope in the desert], which includes a section analyzing the political situation and calls for the repeal of the state of exception.
“Although at another time it was necessary to curb violence and was considered successful due to its results. But time has passed, and we consider that it is no longer necessary; now, it is about allowing the people to exercise their freedom without any pressure,” the letter states.
It adds that the population cannot continue to act out of fear of the consequences of the state of exception. “It is necessary for the people to choose good because it is good for them, as well as for the family, society, and the nation. Doing good out of fear is coercion, and doing it out of obligation is repression,” the document from the Salvadoran bishops expresses.
Although it should be noted that detained individuals must undergo judicial processes with formal accusations made by the Attorney General’s Office to determine the commission of crimes and the prison sentences to be served. However, organizations like MOVIR have stated that some individuals have release orders from judges that the Directorate of Penal Centers does not comply with.
Social and human rights organizations have denounced rights violations, such as arbitrary arrests and torture of detainees under the regime. Socorro Jurídico Humanitario has recorded 412 people dead in state custody in prisons.
According to national and international organizations, the state of exception is also used to try to silence critical voices.
Régimen de excepción prorrogado 39 veces
Como ha ocurrido cada mes, a petición de Nuevas Ideas y por medio de dispensa de trámites, la Asamblea Legislativa dominada por el partido oficialista aprobó otra prórroga al decreto del régimen de excepción.
Este régimen suspende tres derechos y garantías constitucionales en todo el territorio nacional: El de ser informado por el motivo de la detención y tener acceso a la defensa técnica; la ampliación del plazo de la detención administrativa de 72 horas hasta 15 días y la inviolabilidad de la correspondencia y telecomunicaciones.
La última prórroga vence el 4 de junio de 2025, por lo que el nuevo plazo de 30 días iniciaría desde el 5 de junio hasta el 4 de julio de 2025.
El gobierno mantiene el régimen desde hace más de tres años como mecanismo de combate a las pandillas; pero también se ha aplicado a otros casos, como los líderes de la cooperativa El Bosque detenidos tras una protesta y a la abogada Ruth López, acusada de peculado.
El gobierno aseguró que se han detenido a 86,400 personas con el régimen de excepción, aunque el mismo presidente Nayib Bukele reconoció en noviembre del año pasado que se liberaron a más de 8,000 inocentes.
“Durante el mes de mayo de 2025, se han registrado una variedad de eventos delictivos que generaron significativas
detenciones, por ejemplo, la captura de un cabecilla de la MS13, fundador de una clica en Texas, Estados Unidos, en el departamento de Sonsonate; la captura en el Aeropuerto Internacional de El Salvador, de cinco miembros de la MS13 procedentes de Estados Unidos de América, uno de la Pandilla 18 procedente de México, y en Chalatenango, a un pandillero hondureño con tatuajes alusivos a la pandilla Tango Blast de Houston, Texas; y como evento delictivo, cabe destacar, la localización de un barril con armas de fuego pertenecientes a la clica de la MS13, en San Vicente”, dice el decreto enviado por la Presidencia de la República entre las justificaciones para mantener el estado de excepción.
“¿Qué pasa si no seguimos aprobando el régimen de excepción? Volveríamos al estado de zozobra en el que vivíamos”, afirmó la diputada Evelyn Merlos.
“Ya no es necesario”
La Conferencia Episcopal de El Salvador (CEDES) de la Iglesia católica dio a conocer este jueves su última carta pastoral denominada “Una voz que con esperanza clama en el desierto”, en la que incluye un apartado de análisis de la situación política, pide la derogación del estado de excepción.
“Aunque en otro momento fue necesario para frenar la violencia y se consideró exitoso por sus resultados. Pero ha pasado el tiempo, y, consideramos que ya no es necesario; ahora, se trata de permitir al pueblo ejercer su libertad sin presión alguna”, dice la carta.
Agrega que la población no puede seguir actuando por temor a las consecuencias del régimen de excepción. “Es necesario que el pueblo opte por el bien, porque es bueno para él, tanto como para la familia, la sociedad y la nación. Hacer el bien por miedo es coerción y hacerlo por obligación es represión”, expresa el documento de los obispos salvadoreños.
Aunque cabe destacar que las personas detenidos deben pasar a procesos judiciales con acusaciones formales que realice la Fiscalía de la República y determinar el cometimiento de delitos y las penas de cárcel a cumplir. No obstante, organizaciones como MOVIR han expresado que algunas personas cuentan con cartas de libertad de parte de jueces y la Dirección de Centros Penales no las cumple.
Organizaciones sociales y de derechos humanos han denunciado violaciones a derechos, como capturas arbitrarias y torturas a detenidos durante el régimen. Socorro Jurídico Humanitario contabiliza 412 personas muertas bajo custodia del estado en las cárceles.
Según organismos nacionales e internacionales, el estado de excepción también es usado para tratar de silenciar voces críticas.