Bukele Muzzles El Salvador — Bukele amordaza El Salvador

May 20, 2025

Inspired by other authoritarian regimes and emboldened by Trump, the president seeks to suffocate domestic criticism. — Inspirado en otros regímenes autoritarios y envalentonado por Trump, el presidente intenta asfixiar la crítica interna en el país.

El Salvador’s President, Nayib Bukele, has broadened the focus of his authoritarian project and, in doing so, intensified his reaction to criticism. From an all-out war against gangs, the Central American country’s government has shifted to offering its services as the world’s maximum-security prison. The attempt to turn penitentiary policy into a business brings other priorities, chief among them minimizing any form of oversight. That is, to rid itself of the scrutiny of human rights organizations. Bukele, a publicist by training, wants no reports of abuse so he can continue to market El Salvador as the land of volcanoes, coffee, and surf. And security.

Last week, the president sent a bill to Parliament, dominated by his party, aimed at suffocating NGOs by withholding 30% of their income. The law, whose approval will be a mere formality, has a name that is itself a statement of intent. The so-called “foreign agents law” is inspired by similar attacks launched by Vladimir Putin in Russia, Nicolás Maduro in Venezuela, or Daniel Ortega in Nicaragua, and paves the way for the persecution of civil organizations and independent media, which is incompatible with a democracy.

The pretext for introducing the bill was a peasant protest convened at the gates of the presidential residence. The populist politician accused NGOs of being behind the mobilization and ordered military intervention, an unprecedented event since the Peace Accords that ended the civil war in 1992. Uniformed officers violently repressed protesters demanding the government halt an eviction.

The success of the fight against Mara Salvatrucha 13 and Barrio 18, the two most powerful criminal gangs in the region, earned Bukele enormous popularity. His approval ratings remain above 80%. Based on this, the president is increasingly unwilling to make concessions to his critics.

Emboldened by the express support of Donald Trump, who sent 200 alleged immigrant offenders to a high-security mega-prison in El Salvador without evidence or due process and turned it into a spectacle, Bukele tolerates no checks whatsoever. However, the severe deterioration of human rights and freedoms resulting from the war against the maras makes the work of independent organizations in El Salvador even more necessary. The attempt to curb them is a crude evasion, typical of the worst authoritarian regimes. The president’s legitimacy stems not only from an overwhelming electoral result, which no one disputes, but also from respect for the rules of the game of the rule of law, which he has repeatedly trampled upon.

El País: https://elpais.com/opinion/2025-05-19/bukele-amordaza-el-salvador.html

Bukele amordaza El Salvador

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha ampliado el foco de su proyecto autoritario y, con ello, ha intensificado su reacción a las críticas. De la guerra sin cuartel contra las pandillas, el Gobierno del país centroamericano ha pasado a ofrecer sus servicios como cárcel de máxima seguridad del mundo. El intento de hacer de la política penitenciaria un negocio trae consigo otras prioridades, la primera de ellas reducir al mínimo cualquier tipo de fiscalización. Esto es, desembarazarse de la vigilancia de los organismos defensores de los derechos humanos. Bukele, publicista de formación, no quiere denuncias de abusos para seguir vendiendo a El Salvador como la tierra de los volcanes, el café y el surf. Y de la seguridad.

El mandatario envió la semana pasada una iniciativa al Parlamento, dominado por su partido, que pretende asfixiar a las ONG a través de retenciones del 30% de sus ingresos. La norma, cuya aprobación será un simple trámite, tiene un nombre que es de por sí una declaración de intenciones. La llamada “ley de agentes extranjeros” se inspira en embestidas similares emprendidas por Vladímir Putin en Rusia, Nicolás Maduro en Venezuela o Daniel Ortega en Nicaragua y allana el camino a una persecución de organizaciones civiles y medios independientes, lo que es incompatible con una democracia.

El pretexto para la presentación del proyecto fue una protesta campesina convocada a las puertas de la residencia presidencial. El político populista acusó a las ONG de estar detrás de la movilización y ordenó la intervención de los militares, un hecho sin precedentes desde los Acuerdos de Paz que pusieron fin a la guerra civil en 1992. Los uniformados reprimieron con violencia a los manifestantes que pedían al Gobierno detener un desalojo.

El éxito de la lucha contra la Mara Salvatrucha 13 y el Barrio 18, las dos pandillas criminales más poderosas de la región, le valieron a Bukele una enorme popularidad. Sus índices de aceptación siguen por encima del 80%. Con estas premisas, el presidente está dispuesto a hacer cada vez menos concesiones a sus críticos.

Envalentonado por el apoyo expreso de Donald Trump, que envió sin pruebas y sin proceso legal a 200 supuestos delincuentes inmigrantes a una megacárcel de seguridad en El Salvador e hizo de ello un espectáculo, Bukele no admite controles de ningún tipo. Sin embargo, el grave deterioro de los derechos humanos y de las libertades que derivó de la guerra contra las maras hace aún más necesario el trabajo de organizaciones independientes en El Salvador. El intento de ponerles coto es una burda escapatoria, propia de los peores regímenes autoritarios. La legitimidad del presidente no pasa solo por un abrumador resultado electoral, que nadie discute, sino por el respeto a las reglas del juego del Estado de derecho que ya ha pisoteado en repetidas ocasiones.

El País: https://elpais.com/opinion/2025-05-19/bukele-amordaza-el-salvador.html