“Clemency.” That is what the Mesa Nacional del Transporte (National Transportation Bureau) asked of the President of the Republic, Nayib Bukele, on May 6, for the release of public transport operators detained for allegedly failing to provide free service, despite the absence of any decree legally backing the measure.
On May 12, residents of the El Bosque cooperative were repressed by the Military Police and the National Civil Police (PNC) when they gathered on the highway to the port of La Libertad to ask the president for help with the eviction they faced.
These are signs that the rule of law no longer functions in El Salvador, according to analysts.
“I believe we are facing a new escalation of the authoritarian regime. There is a transition to a higher level, a deepening of authoritarianism in El Salvador, and there are unequivocal signs pointing to that,” said analyst and academic Omar Serrano.
He commented that the request for “clemency” reminds him of the history of Roman emperors. “That reveals we are not in a democracy,” he added.
“It can definitely be said that El Salvador has been undergoing a systematic process of institutional erosion; the rule of law has been weakening since 2019, but it has now picked up a faster and more aggressive pace,” considered analyst Ramiro Navas.
“It is evident that people with differing opinions no longer have institutions to turn to; all institutions have an almost absolute dependence on the Presidential Office,” he added.
A 40-Year Setback
The “State of the Region Report 2024: Implications of Living in Democracy: Regimes and Political Culture in Central America and the Dominican Republic,” by the Consejo Nacional de Rectores de Costa Rica (Costa Rican National Council of Rectors), indicates that El Salvador and Nicaragua are the countries with the greatest democratic backsliding.
Since 2023, El Salvador has met the criteria to be considered an electoral autocracy. The report speaks of a “surge in the concentration of personalist power,” where leaders come to power through democratic means but govern with disregard for democratic institutions and rules.
“At the beginning of the 21st century, there was a notable decrease in the concentration of power, a trend that was notably reversed starting in 2019, reaching levels similar to those of 40 years ago. Today, the concentration of power in a single political figure in El Salvador is the strongest in decades,” the document states.
Serrano indicates that the region is at a crossroads: Either democracy is deepened to resolve problems through dialogue, participation, and the rule of law; or autocracy is deepened, with support for a leader, but which eliminates democracy, the rule of law, and violates the population’s human rights.
The latter is reflected in populist measures, repressive actions, and smear campaigns against critical voices and journalism.
Force in the Face of Discontent
“The government’s popularity numbers are no longer as comfortable as they were months ago, and it is clear that its reaction becomes aggressive because actions against critical voices increase. That is a clear manifestation that the rule of law no longer functions,” Navas assessed.
Some events have not been the most favorable for the government’s image, such as the approval of metallic mining, the offer of the prison system to receive deportees from the United States, the container of Salvadoran coffee in which drugs were found in Panama, and El Faro’s interviews with gang leaders who confirmed the pact with Bukele for him to win the 2015 and 2019 elections.
In addition to the response on the Los Chorros highway and the capture of human rights defenders.
“This is textbook; every authoritarian regime sooner or later will resort to repression. And the less social support an authoritarian regime has, the more it will be forced to resort to arms to quell social discontent,” Serrano said.
Along those lines is the announcement of the Foreign Agents Law. “In El Salvador, and not just recently, two things have become concentrated over these five years: Power, and economic resources have also become concentrated… So, whatever smacks of money and whatever smacks of power becomes concentrated,” he indicated.
El Salvador escala una grada más en el régimen autoritario
“Clemencia”. Eso fue lo que pidió la Mesa Nacional del Transporte al presidente de la República, Nayib Bukele, el pasado 6 de mayo para que se liberara a los empresarios del transporte público que fueron detenidos por, supuestamente, incumplir la prestación del servicio gratuito, pese a que no hubo ningún decreto que respaldara legalmente la medida.
El 12 de mayo, habitantes de la cooperativa El Bosque fueron reprimidos por la Policía Militar y la Policía Nacional Civil (PNC) cuando hicieron una concentración en la carretera al puerto de La Libertad para pedir al presidente ayuda por el desalojo que enfrentaban.
Estas son muestras de que en El Salvador ya no funciona el Estado de Derecho, de acuerdo a analistas.
“Yo creo que estamos ante una escalada nueva del régimen autoritario. Hay una transición a un peldaño más, una profundización del autoritarismo en El Salvador y hay signos inequívocos que apuntan a eso”, dijo el analista y académico, Omar Serrano.
Comentó que la petición de “clemencia” le recuerda la historia de los emperadores romanos. “Eso revela que no estamos en una democracia”, añadió.
“Definitivamente se puede decir que El Salvador ha venido en un proceso sistemático de erosión de las instituciones, el Estado de Derecho se ha venido debilitando desde 2019 pero ahora ha empezado un ritmo más acelerado y más agresivo”, consideró el analista, Ramiro Navas.
“Es evidente que las personas que tienen opiniones diferentes ya no tienen instancias a las que puedan acudir, todas las instituciones tienen una dependencia casi absoluta de Casa Presidencial”, agregó.
Retroceso de 40 años
El “Informe de Estado de la Región 2024. Implicaciones de vivir en democracia: Regímenes y cultura política en Centroamérica y República Dominicana”, del Consejo Nacional de Rectores de Costa Rica, señala que El Salvador y Nicaragua son los países con el mayor retroceso democrático.
Desde 2023, El Salvador cumple con los requisitos para ser considerado como una autocracia electoral. El informe habla de un “repunte de la concentración de poder personalista”, que llegan al poder por medios democráticos, pero gobiernan con desapego a las instituciones y reglas de la democracia.
“A principios del siglo XXI, hubo una notable disminución en la concentración de poder, tendencia que se revirtió notablemente a partir del 2019, al alcanzar niveles similares a 40 años atrás. Hoy, la concentración del poder en una sola figura política en El Salvador es la más fuerte en décadas”, dice el documento.
Serrano indica que la región se encuentra en una encrucijada: O se profundiza la democracia para resolver los problemas con diálogo, participación y Estado de Derecho; o se profundiza la autocracia, con respaldo a un liderazgo, pero que elimina la democracia, el Estado de Derecho y viola los derechos humanos de la población.
Esto último se refleja con medidas populistas, acciones represivas, campañas de difamación contra voces críticas y contra el periodismo.
Fuerza ante el descontento
“Los números de popularidad del gobierno ya no son tan cómodos como hace meses, y es claro que su reacción se vuelve agresiva, porque las acciones contra las voces críticas aumentan. Eso es una clara manifestación de que ya no funciona el Estado de Derecho”, valoró Navas.
Algunos acontecimientos no han sido los más favorables para la imagen del gobierno, como la aprobación de la minería metálica, el ofrecimiento del sistema carcelario para recibir deportados de Estados Unidos, el contenedor con café salvadoreño donde se encontró droga en Panamá, las entrevistas de El Faro a líderes pandilleros que confirmaron el pacto con Bukele para que ganara las elecciones de 2015 y 2019.
Además de la respuesta en la carretera Los Chorros y la captura de defensores de derechos humanos.
“Esto es de manual, todo régimen autoritario tarde o temprano va a recurrir a la represión. Y mientras menos respaldo social tenga un régimen autoritario, más se va a ver en la obligación de recurrir a las armas para aplacar el descontento social”, dijo Serrano.
En esa vía va el anuncio de la Ley de Agentes Extranjeros. “En El Salvador, no de ahora, se han concentrado en estos cinco años dos cosas: El poder y se han concentrado también los recursos económicos… Entonces, lo que huela a dinero y lo que huela a poder se concentra”, indicó.