In an atmosphere of silence and discretion, family, friends, and colleagues bid a final farewell to bus company owner José Roberto Jaco Carranza, who died in state custody after being arrested on May 7.
The farewell for the SEISABUS manager began with a requiem mass with his body present at El Carmen church in the municipality of Santa Ana, where he usually attended on Sundays, according to some parishioners.
A former classmate stated that she had known him since they were classmates some 60 years ago, in the El Conacaste canton, department of Santa Ana.
“It’s upsetting to hear this news, because he was a respectful man and had no problems with anyone, but there’s nothing left to do but leave things to God,” she said.
Meanwhile, another childhood friend said that Jaco had been a hard-working man, who always dedicated himself to his work, and that he also served in the Armed Forces as a soldier in his youth.
“Later he was a Customs police officer, then I remember he got his first bus; he was always a fighter,” the man affirmed.
At the end of the mass, Jaco’s mortal remains were transported in a funeral procession to a private cemetery in Santa Ana. Several SEISABUS buses accompanied the cortege.
On the coffin, a portrait of the deceased stood out, along with a wreath of white and yellow flowers and some white roses.
Jaco Carranza was arrested, like other transport operators who remain detained, allegedly accused of not providing free transportation offered by the government last week during the closure of the Los Chorros highway stretch. However, employees of the route rejected the accusation for which Jaco was detained and called the arrest arbitrary.
Police sources told this newspaper that Jaco was sent to the 911 police holding cells at the Santa Ana precinct immediately after being arrested, but due to health complications, he was transferred to the Santa Ana Social Security Hospital, where he died on May 12.
Entre hermetismo, despiden a transportista de SEISABUS que falleció tras ser detenido
En un ambiente de silencio y hermetismo, familiares, amigos y compañeros de trabajo dieron el último adiós al empresario de autobuses José Roberto Jaco Carranza, quien murió bajo custodia del Estado, tras ser capturado el pasado 7 de mayo.
La despedida del gerente de SEISABUS inició con una misa de cuerpo presente en la iglesia El Carmen, en el municipio de Santa Ana, donde él asistía usualmente los domingos, según relataron algunos feligreses.
Una compañera de estudio manifestó que lo conocía desde que fueron compañeros hace unos 60 años, en el cantón El Conacaste, departamento de Santa Ana.
“Uno se siente mal cuando ve estas noticias, porque él era un hombre respetuoso y no tenía problemas con nadie, pero no queda de otra que dejarle las cosas a Dios” expresó.
Por otra parte, otro de sus amigos de infancia dijo que Jaco había sido un hombre luchador, que siempre se ha dedicado al trabajo, y que también brindó servicio militar en la Fuerza Armada, como soldado durante su juventud.
“Después fue policía de la Aduana, después recuerdo que tuvo su primer bus, él siempre fue un hombre luchador”, aseguró el señor.
Al final de la misa, los restos mortales de Jaco fueron trasladados en una caravana fúnebre hasta un cementerio privado en Santa Ana. Varios autobuses de SEISABUS acompañaron el recorrido.
Sobre el ataúd destacaba el retrato del fallecido, una corona de flores blancas y amarillas y unas rosas blancas.
Jaco Carranza fue capturado, al igual que otros transportistas que permanecen detenidos, acusado presuntamente de no brindar transporte gratuito ofrecido por el gobierno la semana pasada durante el cierre del tramo Los Chorros. No obstante, empleados de la ruta rechazaron la acusación por la que fue detenido Jaco y tildaron da arbitraria la captura.
Fuentes policiales dijeron a este periódico que Jaco fue enviado a las bartolinas policiales del 911 de la delegación de Santa Ana, inmediatamente después de ser arrestado, pero debido a complicaciones de salud fue trasladado al Seguro Social de Santa Ana, donde falleció el 12 de mayo.