The Asociación de Periodistas de El Salvador (APES) (Journalists’ Association of El Salvador) presented on Monday its 2024 Report on the State of Press Freedom in the Country, in which it highlighted not only the increase in aggressions against journalists and violations of journalistic practice, but also expressed concern about the criminalization of the press.
“This report was made in 2024, and what is happening right now reflects a more pressing and darker situation. It is very likely that next year’s report will have to be called ‘journalism is not a crime,’ because what is happening right now is another step in the criminalization of journalistic practice,” said Sergio Arauz, president of APES.
Following investigations by the digital newspaper El Faro into alleged negotiations by Nayib Bukele with gangs to win the elections in 2015 and 2021, as well as allowing gang members into prisons, journalists from the outlet warned that the Fiscalía General de la República (FGR) (Attorney General’s Office) is preparing arrest warrants against them.
“Journalists are not criminals; journalists do very important work for democratic cities, for democracy,” said Arauz, who also works at El Faro.
The report reflects setbacks in press freedom and abuses that are being normalized, a situation it described as very serious.
“They are trying to impose a narrative that basically wants to manipulate in a very perverse way and make us look as if we are the ones committing crimes,” he stated.
Andrés Guzmán Caballero, presidential commissioner for Human Rights and Freedom of Expression in the Bukele government, reacted on Saturday to the complaint by El Faro and APES, arguing that the exercise of press freedom is guaranteed in the country. Although he neither confirmed nor denied if journalists would be arrested, he said that “if any person, regardless of their profession or occupation, faces accusations of possible criminal acts, it is up to the competent institutions to guarantee due process, the presumption of innocence, and unrestricted respect for human rights.”
Arauz said the message is concerning. “Between the lines, what he is saying is that, basically, due process is respected here, that the presumption of innocence is upheld, when all Salvadorans know that there is a state of exception and that constitutional guarantees of due process are suspended; and he also hints in his message that the authorities can proceed against the journalists who published an investigation,” he affirmed.
Increase in Aggressions
The report records 789 aggressions against journalists in 2024, an increase of 478 compared to 2023.
Hugo Sánchez, APES’s Rapporteur for Freedom of Expression, noted that aggressions tend to increase in election years, but in 2024 the increase was “sustained,” and aggressions related to electoral coverage accounted for 41% of the total.
“Even without the tense atmosphere that occurs during election times, aggressions against the press in a daily or ‘normal’ environment have been higher than in the previous year,” Sánchez said.
The main aggressions are: Restriction of journalistic practice, stigmatizing statements, blocking access to information, and intimidation.
APES points out that although the government’s discourse is that there are no imprisoned or murdered journalists in El Salvador as a guarantee of the full exercise of press freedom, the data reflect a widespread atmosphere of fear, and the use of state institutions and the judicial system for reprisals.
“Surveillance, physical aggressions, we have an attempted murder in 2024, verbal aggressions. What does this mean? That journalists in El Salvador in 2024 have experienced aggressions that go beyond the mere restriction of their journalistic practice,” Sánchez explained.
“We have 13 cases of legal threats. It’s no longer just a police officer detaining a journalist, erasing material, telling them they’re going to be arrested, telling them they’re going to apply the state of exception (…), but we also have the use of the judicial system as a threat or even already in action against journalists,” he added.
“What this year’s report records is a sustained growth in aggressions, and the tone of the aggressions is also increasingly violent. In other words, this country is very hostile towards its press, and we see concerning steps that we haven’t seen since the civil war; we are talking about people who choose to leave the country, are forcibly displaced,” Arauz said.
Journalist Restricted
APES reported yesterday that journalist Carlos Hernández was assaulted by personnel from the Ministerio de Hacienda (Ministry of Finance), who prevented him from continuing to cover a customs meeting after he questioned the Director of Customs about a drug-laden coffee container found in Panama.
APES advierte criminalización al ejercicio del periodismo
La Asociación de Periodistas de El Salvador (APES) presentó este lunes su Informe de la situación de libertad de prensa en el país 2024, en el que destacó no solo el incremento en las agresiones hacia periodistas y vulneraciones al ejercicio periodístico, sino que también externó la preocupación por la criminalización hacia la prensa.
“Este informe se hizo en 2024 y lo que está pasando en este momento refleja una situación más apremiante y más oscura. Muy probablemente el informe del otro año se tenga que llamar ‘hacer periodismo no es delito’, porque lo que está pasando en este momento es un paso más en la criminalización del ejercicio del periodismo”, expresó Sergio Arauz, presidente de la APES.
Con motivo de las investigaciones del periódico digital El faro sobre las negociaciones que habría hecho Nayib Bukele con pandillas para ganar las elecciones en 2015 y 2021, así como permitir la entrada de pandilleros a centros penales, periodistas de dicho medio alertaron que la Fiscalía General de la República (FGR) prepara órdenes de captura en su contra.
“Los periodistas no somos delincuentes, los periodistas hacemos un trabajo muy importante para las ciudades democráticas, para la democracia”, expresó Arauz, quien también labora en El Faro.
El informe refleja retrocesos en la libertad de prensa y abusos que se están normalizando, lo que calificó de bastante grave.
“Se está intentando imponer una narrativa que quiere, básicamente, manipular de forma muy perversa y hacernos ver como que si nosotros somos los que cometemos delitos”, afirmó.
Andrés Guzmán Caballero, comisionado presidencial de Derechos Humanos y Libertad de Expresión del gobierno de Bukele, reaccionó el sábado a la denuncia de El Faro y la APES, con el argumento que en el país se garantiza el ejercicio de la libertad de prensa. Aunque no confirmó ni negó si se capturará periodistas, dijo que “si alguna persona, sin importar su profesión u ocupación, enfrenta señalamientos por posibles hechos delictivos, corresponde a las instituciones competentes garantizar el debido proceso, la presunción de inocencia y el respeto irrestricto a los derechos humanos”.
Arauz dijo que el mensaje es preocupante. “Entre líneas lo que está diciendo es que, básicamente, aquí se respeta el debido proceso, que se cumplen la presunción de inocencia, cuando todos los salvadoreños sabemos que hay régimen de excepción y que están suspendidas las garantías constitucionales del debido proceso; y también él deja entrever en su mensaje que las autoridades pueden proceder contra los periodistas que publicaron una investigación”, afirmó.
Aumento de agresiones
El informe reporta 789 agresiones a periodistas en 2024, un aumento de 478 en comparación del 2023.
Hugo Sánchez, relator de Libertad de Expresión de la APES, señaló que las agresiones tienden a incrementar en años electorales, pero en 2024 el incremento fue “sostenido” y las agresiones relacionadas a la cobertura electoral fueron el 41 % del total.
“Incluso sin el ambiente álgido que se dan en momento electorales, las agresiones contra la prensa en un ambiente cotidiano o ‘normal’ han sido superiores a la del año anterior”, dijo Sánchez.
Las principales agresiones son: Restricción al ejercicio periodístico, declaraciones estigmatizantes y bloqueo de acceso a la información e intimidación.
La APES señala que aunque el discurso del gobierno es que en El Salvador no hay periodistas encarcelados ni asesinados como garantía del pleno ejercicio de la libertad de prensa, los datos reflejan un ambiente generalizado de miedo, uso de la institucionalidad y sistema judicial para tomar represalias.
“Seguimientos, agresiones físicas, tenemos un intento de asesinato en el año 2024, agresiones verbales ¿Qué quiere decir esto? Que los periodistas y las periodistas en El Salvador en 2024 han experimentado agresiones que van más allá de la mera restricción de su ejercicio periodístico”, expuso Sánchez.
“Tenemos 13 casos de amenazas legales. Ya no es simplemente que un policía retiene a un periodista, que le borra material, que le dice que se lo va a llevar preso, que le dice que le va a aplicar el régimen(…), sino que también tenemos el uso del sistema judicial como amenaza o incluso ya en acción en contra de periodistas”, agregó.
“Lo que registra el informe de este año es un crecimiento sostenido de agresiones y también el tono de las agresiones son cada vez más violentas. O sea, este país es muy hostil contra su prensa y vemos pasos preocupantes que no mirábamos desde la guerra, estamos hablando de gente que opta por salir del país, es desplazada de forma forzosa”, dijo Arauz.
Restringen a periodista
La APES alertó ayer que el periodista Carlos Hernández fue agredido por personal del Ministerio de Hacienda, que le impidió seguir en la cobertura de un encuentro de aduanas luego que consultara al director de Aduanas sobre el contenedor de café con droga encontrado en Panamá.