It wasn’t just the money the United States would pay to house deportees in El Salvador that encouraged the Bukele government to accept such an agreement. He had a specific request: that a group of MS-13 leaders being prosecuted in the U.S. be sent to his country, allegedly so they wouldn’t talk about a reported pact between the gangs and his government, reveals an investigation published by the U.S. newspaper The New York Times.
“Bukele was willing to let the United States use his prisons, with conditions, as he told (Secretary of State Marco) Rubio and Mauricio Claver-Carone, Trump’s envoy for Latin America,” the outlet says.
“He didn’t want to take in non-criminal migrants… but he did agree to take in violent offenders, regardless of their nationality, in exchange for a payment that would help subsidize the country’s prison system,” it adds.
But “Bukele had his own request: a list of MS-13 leaders he wanted released from U.S. custody and sent to El Salvador, where he said they could be interrogated by his security agents,” the newspaper says.
According to the source, some U.S. law enforcement officials were alarmed by the possibility of returning MS-13 leaders who now face charges for alleged crimes in the United States.
“Both the Treasury Department and the Justice Department have accused the Bukele government of making a secret pact with MS-13, offering special privileges to its imprisoned leaders to keep homicide rates low in El Salvador,” the outlet adds, immediately recalling that Bukele has denied the accusations.
“He wants them back before they talk”
“What Bukele desperately wants is for these guys to return to El Salvador before they talk in U.S. courts,” said Douglas Farah, an expert on El Salvador who worked with the Justice Department’s “Vulcan” task force, which targeted MS-13, as a U.S. military contractor between 2018 and 2022.
Nevertheless, U.S. authorities agreed to send about a dozen high-ranking MS-13 members to El Salvador, including a senior leader named César Humberto López-Larios, who was in U.S. custody awaiting trial on charges of conspiracy to commit narco-terrorism. So far, Bukele has not received everyone he requested, but U.S. authorities say they still intend to send him other gang leaders, the news source says.
For Trump and his advisors, the unconventional exchange—getting a foreign country to take in a group of Venezuelan migrants, along with Salvadoran-born MS-13 members—was a small price to pay to carry out the kind of deportations they sought, even with the millions the United States agreed to pay to house the Venezuelans.
The New York Times: Bukele pidió a EE.UU. que le envíe un grupo de cabecillas MS-13
No sólo el dinero que pagaría Estados Unidos por recluir a deportados en El Salvador animó al gobierno de Bukele a aceptar un acuerdo con tal fin. Él tenía una petición específica: que le enviaran a su país a un grupo de cabecillas de la MS-13 que están siendo procesados en aquella nación, supuestamente para que no hablaran de un denunciado pacto entre las pandillas y su gobierno, revela una investigación que publica el periódico estadounidense The New York Times.
“Bukele estaba dispuesto a permitir que Estados Unidos utilizara sus prisiones, con condiciones, según le dijo a (secretario de Estado, Marco) Rubio, y a Mauricio Claver-Carone, el enviado de Trump para América Latina”, dice el medio.
“No quería acoger a migrantes no criminales… pero sí aceptó acoger a delincuentes violentos, independientemente de su nacionalidad, a cambio de un pago que ayudaría a subvencionar el sistema penitenciario del país”, agrega.
Pero “Bukele tenía su propia petición: una lista de los líderes de la MS-13 que quería que fueran liberados de la custodia de Estados Unidos y enviados a El Salvador, donde dijo que podrían ser interrogados por sus agentes de seguridad”, dice el periódico.
Según la fuente, algunos funcionarios policiales de Estados Unidos se alarmaron ante la posibilidad de devolver a cabecillas de la MS-13 que ahora enfrentan cargos por presuntos delitos en Estados Unidos.
“Tanto el Departamento del Tesoro como el Departamento de Justicia han acusado al gobierno de Bukele de hacer un pacto secreto con la MS-13, ofreciendo privilegios especiales a sus líderes encarcelados para mantener bajos los índices de homicidios en El Salvador”, agrega el medio y de inmediato recuerda que Bukele ha negado las acusaciones.
“Quiere que regresen antes de que hablen”
“Lo que Bukele quiere desesperadamente es que estos tipos regresen a El Salvador antes de que hablen en los tribunales de Estados Unidos”, dijo Douglas Farah, experto en El Salvador que entre 2018 y 2022 colaboró con el grupo de trabajo “Vulcano” del Departamento de Justicia, que tenía como objetivo a la MS-13, como contratista militar de Estados Unidos.
No obstante, las autoridades estadounidenses acordaron enviar a El Salvador a una decena de miembros de alto rango de la MS-13, entre ellos un alto mando llamado César Humberto López-Larios, que se encontraba bajo custodia estadounidense a la espera de juicio por cargos de conspiración para cometer narcoterrorismo. Hasta ahora, Bukele no ha recibido a todos los que solicitó, pero las autoridades estadounidenses afirman que siguen teniendo la intención de enviarle a otros líderes de pandillas, dice la fuente periodística.
Para Trump y sus asesores, el intercambio poco convencional —conseguir que un país extranjero acoja a un grupo de migrantes venezolanos, junto con miembros de la MS-13 nacidos en El Salvador— era un precio muy bajo para llevar a cabo el tipo de deportaciones que buscaban, incluso con los millones que Estados Unidos acordó pagar para alojar a los venezolanos.