In addition to reaffirming critical levels of overcrowding in Salvadoran prisons, Amnesty International reinforced the “inhumane” prison conditions in its human rights report for April 2025, conditions previously highlighted by the Inter-American Commission on Human Rights (IACHR) in its report on El Salvador last year.
“Detention conditions were inhumane; there were reports of torture and other ill-treatment, lack of access to medical services, and excessive use of force by prison guards,” mentions the Amnesty document, regarding the warnings the IACHR made in a report on the state of exception and the human rights situation in El Salvador during 2024.
The IACHR had asked the Salvadoran state, since then, to review the imprisonment of people captured under the state of exception measure and the “precarious and inhuman” situations in which inmates remain, conditions that Salvadoran organizations have denounced since the state of exception was implemented.
Amnesty’s document also notes that female inmates were denied specific care in reproductive health services and protection from gender-based violence perpetrated against them by prison guards.
Critical levels of overcrowding is another alert noted by the international organization in its analysis of the human rights situation in the country. It details that the country faces “critical levels” representing 350% overcrowding, according to data from organizations, making El Salvador one of the countries with the “highest incarceration rates in the world.”
Adding to this, it also mentions the first 100 days of the administration of U.S. President Donald Trump, a period during which, Amnesty maintains, he has made “systematic and deliberate” decisions.
This occurs in a context where President Nayib Bukele maintains a prison agreement with the Trump administration to receive migrants accused of belonging to the Tren de Aragua criminal gang or the maras, in exchange for a $6 million payment for one year, which could be renewable.
White House officials have assured that “there is no limit” on the number of people they will deport to the country, for whom Bukele has permitted the use of the Terrorism Confinement Center (Centro de Confinamiento del Terrorismo, CECOT) to house the deportees.
Last February, the Servicio Social Pasionista (Passionist Social Service) warned that the Salvadoran government’s offer to imprison these individuals in the country would collapse the prison system, which already housed 114,244 inmates as of January 2025, while the CECOT holds 14,532 people in prison.
Amnistía Internacional reafirma condiciones inhumanas en cárceles salvadoreñas
Además de reafirmar niveles críticos de hacinamiento en las cárceles salvadoreñas, Amnistía Internacional reforzó las condiciones de prisión “inhumanas”, en su informe de derechos humanos respecto a abril de 2025, que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) realizó el año pasado a El Salvador.
“Las condiciones de reclusión eran inhumanas; hubo denuncias de tortura y otros malos tratos, falta de acceso a servicios médicos y uso excesivo de la fuerza por parte de la guardia penitenciaria”, menciona el documento de Amnistía, sobre las advertencias que la CIDH hizo en un informe sobre el estado de excepción y la situación de los derechos humanos en El Salvador durante 2024.
La CIDH pidió al estado salvadoreño, desde entonces, revisar el encarcelamiento de las personas capturadas con la medida del régimen y de las “precarias e inhumanas” situaciones en las que permanecen los privados de libertad y que organizaciones salvadoreñas han denunciado desde que fue implementado el régimen de excepción.
El documento de Amnistía retoma, además, que a las reclusas les negaban atenciones específicas en servicios de salud reproductiva y protección frente a la violencia de género que ejercían sobre ellas guardias penitenciarios.
Los niveles críticos de hacinamiento es otra de las alertas que retomó el organismo internacional en su análisis sobre la situación de los derechos humanos en el país. Detalla que este enfrenta “niveles críticos” representando un hacinamiento del 350%, de acuerdo con datos de organizaciones lo que hace a El Salvador uno de los países con “tasas de encarcelamiento más elevadas del mundo”.
Sumado a esto, también hace mención a los primeros 100 días del gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, periodo del cual sostiene ha tomado decisiones “sistemáticas y deliberadas”.
Esto ocurre en un contexto en el que el presidente Nayib Bukele sostiene un acuerdo carcelario con la administración Trump para recibir migrantes acusados de pertenecer a la banda criminal Tren de Aragua o a las maras, a cambio de una prestación de $6 millones por un año y que podría ser prorrogable.
Funcionarios de la Casa Blanca han asegurado que “no hay límite” sobre el número de personas que deportarán al país y para el que Bukele a permitido el uso del Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) para albergar a los deportados.
En febrero pasado, el Servicio Social Pasionista advirtió que el ofrecimiento del gobierno salvadoreño de encarcelar en el país a estas personas colapsaría el sistema penitenciario que ya alberga a 114,244 privados de libertad hasta enero de 2025, mientras que el CECOT mantiene en prisión a 14,532 personas.