The ultrasonic buoys installed in Lake Coatepeque, part of an ambitious environmental project, have generated more doubts than certainties among area residents.
The initiative, aimed at reducing the proliferation of harmful algae known as cyanobacteria, has been described by community leaders as ineffective and lacking tangible results, despite the high cost of its implementation.
The project began in December 2023; to date, locals maintain they were not given a clear explanation of the expected benefits but have experienced significant restrictions on boat traffic around these buoys, with heavy fines being imposed for non-compliance.
One of the sources consulted noted that authorities have excluded communities from these projects by not inviting them to the launch.
According to previous explanations from Ministry of Environment technicians, the ultrasonic buoys emit waves that prevent algae from performing photosynthesis, causing them to collapse without chemicals. This technology, used in European countries, has been promoted as a modern, non-invasive solution to combat the eutrophication of freshwater bodies.
“We thought this would yield good results. But in reality, it hasn’t; they haven’t worked, the lake stinks, because the million-dollar project the central government provided definitely didn’t work,” said one of the local sources consulted, who requested anonymity.
The investment in implementing this technology exceeds $6.7 million.
The project was presented by the government as an innovative measure to protect one of the country’s main tourist destinations.
These cover 48% of the lake body and were supposed to eliminate up to 90% of the algae without using chemicals and running on solar power, the Executive branch indicated.
After a year of extraordinary measures, local communities experienced the algae phenomenon again; for at least three weeks, the waters turned turbulent, a strong odor was still perceptible, and accumulated algae were manually removed by various institutions.
Since the buoys’ installation, lake access in certain areas has been restricted, and visits by environmental enforcement officers have intensified, generating tensions with some tourism businesses and communities dependent on the lake’s recreational use.
Additionally, Alejandro Villacorta, executive director of the Coatepeque Foundation, noted that alongside implementing these technologies, rigorous monitoring and adequate prior studies are necessary; otherwise, it can be counterproductive.
“The idea of ultrasonic buoys isn’t bad in itself, but solutions cannot be applied generically. Each ecosystem has particularities that must be respected. In the case of Lake Coatepeque, it’s fundamental to consider its specific dynamics,” he explained.
Community members have questioned whether the buoys are actually “turned on,” as they see no results.
To date, it is unknown whether cyanobacteria concentrations are being measured before and after the installation.
EDH: https://www.elsalvador.com/noticias/nacional/poblacion-cuestiona-boyas-lago-coatepeque/1212826/2025/
“No funcionó el proyecto millonario”, señalan habitantes tras la instalación de boyas en Coatepeque
Las boyas ultrasónicas instaladas en el lago de Coatepeque, como parte de un ambicioso proyecto ambiental, han generado más dudas que certezas entre los habitantes de la zona.
La iniciativa, que tuvo como objetivo reducir la proliferación de algas dañinas conocidas como cianobacterias, ha sido calificada por líderes comunitarios como inefectiva y carente de resultados tangibles, a pesar del alto costo que implicó su implementación.
El proyecto inició en diciembre de 2024, hasta la fecha los lugareños sostienen que no se les dio ni una explicación clara sobre los beneficios esperados, pero que han experimentado importantes restricciones en la circulación de lanchas alrededor de estas boyas, inclusive se están aplicando fuertes multas por incumplir.
Una de las fuentes consultadas señaló que las autoridades han excluido a las comunidades de estos proyectos al no invitarlos al lanzamiento.
Las boyas ultrasónicas, según explicaciones previas brindadas por técnicos del Ministerio de Medio Ambiente, emiten ondas que evitan que las algas realizan la fotosíntesis, provocando su colapso sin necesidad de químicos. Esta tecnología, usada en países europeos, ha sido promovida como una solución moderna y no invasiva para combatir la eutrofización de cuerpos de agua dulce.
“Nosotros pensamos que eso iba a dar un buen resultado. Pero en realidad no es así, no han funcionado el lago está apestoso, porque definitivamente no funcionó el proyecto millonario que el Gobierno central ha dado”, señaló una de las fuentes locales consultadas quién solicitó el anonimato.
La inversión en la implementación de dicha tecnología es de más de $6.7 millones.
El proyecto fue presentado por el gobierno como una medida innovadora para proteger uno de los principales destinos turísticos del país.
Estas cubren el 48% del cuerpo del lago y debían eliminar hasta el 90% de las algas, sin utilizar productos químicos y funcionando con energía solar, indicó el Ejecutivo.
Tras un año de medidas extraordinarias las comunidades locales experimentaron nuevamente el fenómeno de las algas, durante al menos tres semanas las aguas se volvieron turbulentas, el fuerte olor aún era perceptible y la acumulación de algas se vio retirada de forma manual por diferentes instituciones.
Desde la instalación de las boyas, el acceso al lago en ciertas áreas ha sido restringido, y se han intensificado las visitas de agentes de seguridad ambiental, lo cual ha generado tensiones con algunos negocios turísticos y comunidades que dependen del uso recreativo del lago.
También, Alejandro Villacorta, director ejecutivo de la Fundación Coatepeque, señaló que de forma paralela a implementar estas tecnologías se debe tener un monitoreo riguroso y estudios previos adecuados, caso contrario puede ser contraproducente.
“La idea de las boyas ultrasónicas no es mala en sí misma, pero las soluciones no pueden aplicarse de forma genérica. Cada ecosistema tiene particularidades que deben respetarse. En el caso del lago de Coatepeque es fundamental tomar en cuenta su dinámica específica”, explicó.
Miembros de la comunidad han cuestionado si las boyas realmente “están encendidas”, debido a que no ven los resultados.
Hasta la fecha se desconoce si se está midiendo la concentración de cianobacterias antes y después de la instalación.
EDH: https://www.elsalvador.com/noticias/nacional/poblacion-cuestiona-boyas-lago-coatepeque/1212826/2025/