Benedictine Sr. Mary Elizabeth Schweiger said it’s been a long time since she visited El Salvador, but she has never forgotten its people. That’s why she recently joined an effort to reverse a new law that allows mining in the country.
Some 80 Benedictines at the Mount St. Scholastica community near Kansas City joined Schweiger, their prioress, in signing a “Yes to life, no to mining” petition they sent to El Salvador. The slogan is part of a campaign that the Catholic Church has launched hoping to get Salvadoran lawmakers and the country’s president to reverse a December 2024 law that allows mining. El Salvador’s bishops on March 17 took more than 150,000 signatures to the general assembly from Catholic Salvadorans around the country asking lawmakers to reconsider. Women and men religious, priests, along with other Catholics and non-Catholics accompanied the bishops as they dropped off the petitions.
Though the Benedictines are not Salvadoran citizens, they sent their signatures to show support, Schweiger said.
“It’s to show solidarity that we’re very much their partners. We just feel like they’ve gone through so much,” she told Global Sisters Report March 25. “And we went through some of that with them in terms of all the sister parishes that were in Kansas City. We just continue to offer our support in whatever way we can.”
The Benedictine sisters of Atchison are no strangers to matters of social justice. They made headlines in 2024 for investing minimal amounts of money in some corporations so that, as shareholders, they could have a say in some of the companies’ policies.
Schweiger said she came across the petition via friend Teresa Aley, of Good Shepherd parish in nearby Shawnee, Kansas, who has been circulating the document. Aley also took the petition to the Sisters of Charity in Leavenworth. Some of them, too, signed the document along with other Catholics in the greater Kansas City area.
Those communities’ relationship to El Salvador goes back to the time of the country’s civil war, Aley told GSR. In fact, Good Shepherd parish has a St. Oscar Romero chapel, in honor of the Salvadoran archbishop martyred in 1980. It also has devotional images of Blessed Rutilio Grande, a Salvadoran Jesuit killed in 1977 along with two companions, as well as of three sisters and a laywoman from the U.S. killed in El Salvador a few months after Romero.
Kansan Catholics were part of a U.S. delegation present for a ceremonial act commemorating the lives of four environmentalists who opposed mining killed in Cabañas, north-central El Salvador in 2009, Aley said.
“It was the most powerful experience that I have had with a delegation” because they met with the father of a young environmentalist who was killed, she said. “To hear the story, to meet that person … it left a lasting impression on us.”
At Good Shepherd, those with ties to El Salvador were “very happy,” Aley said, when in 2017 the country became the first in the world to ban metal mining nationwide. And yet they were disappointed to hear late last year that a new group of lawmakers and the president wanted to reverse the ban.
“So, I think that’s what resonated with many of us at Good Shepherd, to hear that the law was overturned,” she said. “And it was very easy just to speak about this to the parishioners and to get them to be very willing to sign the petition and to feel that solidarity.”
On the social media platform X, many questioned why Salvadoran president Nayib Bukele said he reversed a decision to close a government-subsidized pet hospital after 8,000 complained online and why he wouldn’t do the same after seeing the tens of thousands of signatures the church collected against mining.
A December 2024 opinion poll from the Jesuit University in San Salvador’s Instituto Universitario de Opinion Publica found that the majority of Salvadorans say El Salvador is not a “suitable” country for mining and oppose it. But lawmakers say they voted for the new law because it will “spur economic development.”
The petitions signed by the sisters, as well as one signed by Good Shepherd parishioners, were given to Salvadoran Cardinal Gregorio Rosa Chavez during his visit to Kansas in late March for the feast of St. Romero, Aley said.
“We’ve always been more about action, not just going to El Salvador and coming back, but also feeling like we want to continue to accompany them,” Aley said. “So, when situations like this happen, it’s just a way of taking some action.”
Global Sisters Report: https://www.globalsistersreport.org/social-justice/kansas-catholics-sisters-join-anti-mining-fight-el-salvador
Católicos de Kansas y hermanas se unen a la lucha contra la minería en El Salvador
La hermana benedictina Mary Elizabeth Schweiger dijo que ha pasado mucho tiempo desde su última visita a El Salvador, pero que nunca ha olvidado a su gente. Por esa razón, recientemente se sumó a un esfuerzo para revertir la nueva ley que permite la minería en el país.
Unas 80 benedictinas de la comunidad de Mount St. Scholastica, cerca de Kansas City, se unieron a Schweiger —su priora— para firmar una petición con el lema “Sí a la vida, no a la minería,” que enviaron a El Salvador. El eslogan forma parte de una campaña lanzada por la Iglesia católica con la esperanza de lograr que los diputados salvadoreños y el presidente del país reviertan una ley de diciembre de 2024 que permite la minería. El 17 de marzo, los obispos de El Salvador llevaron a la Asamblea General más de 150,000 firmas de católicos salvadoreños de todo el país, solicitando a los diputados que reconsideren la medida. Mujeres y hombres religiosos, sacerdotes, además de otros católicos y no católicos, acompañaron a los obispos al momento de entregar las peticiones.
Aunque las benedictinas no son ciudadanas salvadoreñas, enviaron sus firmas para mostrar apoyo, explicó Schweiger.
“Es para demostrar solidaridad, para que vean que somos realmente sus compañeras. Sentimos que han pasado por tanto”, dijo a Global Sisters Report el 25 de marzo. “Y nosotros pasamos algo de eso con ellas, en relación con todas las parroquias hermanas que hubo en Kansas City. Seguimos ofreciendo nuestro respaldo de todas las maneras que podamos”.
Las hermanas benedictinas de Atchison no son ajenas a los temas de justicia social. Fueron noticia en 2024 por invertir sumas mínimas de dinero en ciertas corporaciones, de modo que, como accionistas, pudieran tener voz en algunas de las políticas de las empresas.
Schweiger contó que se enteró de la petición por medio de su amiga Teresa Aley, de la parroquia Buen Pastor (Good Shepherd) en la cercana ciudad de Shawnee, Kansas, quien ha estado circulando el documento. Aley también llevó la petición a las Hermanas de la Caridad en Leavenworth. Algunas de ellas también la firmaron, junto con otros católicos de la región metropolitana de Kansas City.
La relación de estas comunidades con El Salvador se remonta a la época del conflicto armado del país, explicó Aley a GSR. De hecho, la parroquia Buen Pastor tiene una capilla dedicada a San Óscar Romero, en honor al arzobispo salvadoreño martirizado en 1980. También cuenta con imágenes devocionales del beato Rutilio Grande, un jesuita salvadoreño asesinado en 1977 junto con dos compañeros, así como de tres religiosas y una laica de Estados Unidos asesinadas en El Salvador pocos meses después de Romero.
Aley relató que católicos de Kansas formaron parte de una delegación estadounidense presente en un acto conmemorativo por la vida de cuatro ambientalistas opuestos a la minería que fueron asesinados en 2009 en Cabañas, en la zona norte-central de El Salvador.
“Fue la experiencia más impactante que he tenido con una delegación”, dijo Aley, “porque nos reunimos con el padre de una joven ambientalista asesinada. Escuchar su historia, conocerlo… nos dejó una huella profunda”.
En la parroquia Buen Pastor, quienes tienen vínculos con El Salvador se mostraron “muy felices”, comentó Aley, cuando en 2017 el país se convirtió en el primero del mundo en prohibir la minería metálica a nivel nacional. Sin embargo, se sintieron decepcionados al enterarse, a fines del año pasado, de que un nuevo grupo de diputados y el presidente querían revertir dicha prohibición.
“Creo que eso resonó entre muchos de nosotros en Buen Pastor, el oír que se había derogado la ley”, dijo. “Y fue muy sencillo hablar del tema con los feligreses para que estuvieran dispuestos a firmar la petición y sintieran esa solidaridad”.
En la red social X, muchos se preguntaron por qué el presidente salvadoreño Nayib Bukele dijo que revirtió la decisión de cerrar un hospital veterinario subvencionado por el gobierno tras la queja de 8,000 personas en línea, pero no hizo lo mismo después de ver las decenas de miles de firmas que la Iglesia reunió contra la minería.
Una encuesta de opinión de diciembre de 2024 del Instituto Universitario de Opinión Pública (IUDOP, University Institute of Public Opinion) de la universidad jesuita en San Salvador reveló que la mayoría de salvadoreños afirma que El Salvador no es un país “adecuado” para la minería y se opone a ella. Pero los diputados señalan que votaron a favor de la nueva ley porque “impulsará el desarrollo económico”.
Las peticiones firmadas por las hermanas, así como otra firmada por los feligreses de Buen Pastor, fueron entregadas al cardenal salvadoreño Gregorio Rosa Chávez durante su visita a Kansas a finales de marzo para la fiesta de San Romero, explicó Aley.
“Siempre hemos estado más inclinados a la acción, no solo a ir a El Salvador y volver, sino también a sentir que queremos seguir acompañándolos”, dijo Aley. “Así que, cuando suceden estas situaciones, es una forma de tomar medidas concretas”.
Global Sisters Report: https://www.globalsistersreport.org/social-justice/kansas-catholics-sisters-join-anti-mining-fight-el-salvador