This month, the U.S. government sent members of the Tren de Aragua gang and Venezuelan migrants to the Salvadoran prison system as part of an agreement between Presidents Trump and Bukele. In that regard, the classification of information by the Salvadoran State about the details under which that transfer took place creates conditions for enforced disappearance and therefore for crimes against humanity, Cristosal warns.
The citizen organization’s legal analysis explains that the actions and omissions of the governments of El Salvador and the United States regarding the deportation of individuals to the Salvadoran prison system—along with the concealment of accurate and official data, their whereabouts, and current conditions—violate international human rights law.
“They may constitute secret detentions and create conditions for the enforced disappearance of individuals under the custody of both States,” states the report presented this Friday, March 28.
They also point out that deportation or forced transfer and enforced disappearance are crimes against humanity, according to the International Criminal Court.
Cristosal explains that the crime of deportation or forced transfer occurs when people are expelled from the territory of a state or from an area where they are lawfully present.
Furthermore, it explains that enforced disappearance occurs when a person is detained by a State, followed by the concealment of the victim and the refusal to provide information regarding the capture or their whereabouts, with the intention of keeping them beyond legal protection.
Cristosal requested, via a public access to information petition, data related to the transfer of Venezuelans to the Dirección General de Centros Penales (DGCP) (General Directorate of Prisons), but the agency did not provide the information.
Cristosal requested from the DGCP the exact number of Venezuelans deported from the United States to El Salvador who were transferred to CECOT, the list of their names, how many had a prior conviction in the United States, and who is linked to the Tren de Aragua.
The DGCP decided to deny access to the content on the grounds that it involves personal data and because “a classification has been established by virtue of matters related to national defense and public security, which could endanger the life, security, or health of third parties, as well as interfere with ongoing criminal investigations or state strategies.”
But Cristosal argues that the classification of information cannot be invoked when it is linked to the investigation of serious human rights violations or crimes of international significance.
“The State that is allegedly violating human rights cannot have the final say regarding the disclosure of information about its own actions, nor can it generically invoke national security reasons to block access to information that is vital for investigations and for the protection of affected individuals,” explains the human rights organization.
Cristosal emphasized that the DGCP is applying classification to cases related to serious human rights violations, which is prohibited by the Public Access to Information Law and runs counter to international human rights law.
“It could amount to a dynamic of concealing people under State custody, which could constitute the crime against humanity of enforced disappearance,” Cristosal reiterates.
About the case
This month, the United States deported more than 200 Venezuelan citizens to El Salvador, accusing them of belonging to the Tren de Aragua criminal organization, although it later emerged that irregular migrants were also sent. Furthermore, the Univisión network investigated 200 of the 238 names of those sent to CECOT, finding that only 11 had a criminal record.
These deportations were carried out under the Alien Enemies Act of 1798, a historical piece of legislation that allows for the expulsion of individuals deemed threats during times of conflict.
The measure has sparked controversy due to legal loopholes in its application. Relatives of Venezuelans have also spoken out after identifying their family members in videos of the transfers, and they are requesting information about the detainees.
Caso de venezolanos enviados al CECOT crearía condiciones de delitos de lesa humanidad, según informe
Este mes el gobierno estadounidense envió a integrantes del Tren de Aragua y migrantes venezolanos al sistema penitenciario salvadoreño como parte de un acuerdo entre los presidentes Trump y Bukele. En ese sentido, la reserva de información por parte del Estado Salvadoreño sobre los detalles bajo los cuales que se dio ese traslado constituye condiciones para la desaparición forzada y por tanto de delitos de lesa humanidad, advierte Cristosal.
El análisis jurídico de la organización ciudadana expone que las acciones y omisiones de los gobiernos de El Salvador y los Estados Unidos respecto de la deportación de personas al sistema penitenciario salvadoreño, así como el ocultamiento de datos ciertos y oficiales, el paradero y las condiciones actuales es violatorio del derecho internacional de los derechos humanos.
“Pueden constituirse como detenciones secretas y generar condiciones para la desaparición forzada de personas sometidas a custodia de ambos Estados”, señala el informe presentado este viernes 28 de marzo.
Exponen además que la deportación o traslado forzoso y la desaparición forzada son delitos de lesa humanidad, de acuerdo a la Corte Penal Internacional.
Cristosal explica que el delito de deportación o traslado forzoso ocurre con la expulsión de personas del territorio de un Estado o de una zona en la que se encuentren legítimamente.
Por otra parte, explica que la desaparición forzada se configura con la detención de una persona por un Estado, seguido de la ocultación de la víctima y la negativa a informar sobre la captura o su paradero con la intención de dejarla fuera de la protección legal.
Cristosal solicitó vía acceso a la información pública la información relacionada con la traída de venezolanos a la Dirección General de Centros Penales (DGCP), pero esta instancia no entregó la información.
Cristosal solicitó a la DGCP información sobre la cantidad exacta de personas venezolanas deportadas a El Salvador desde Estado Unidos que se trasladaron al CECOT, el listado con sus nombres, cuantas tenían una condena previa en Estados Unidos, y quiénes están vinculadas al Tren de Aragua.
La DGCP resolvió denegar el acceso al contenido porque dijo que se trata de datos personales y porque “se ha establecido una reserva en virtud a lo relativo a información sobre la defensa nacional, la seguridad pública, la que pueda poner en riesgo la vida, la seguridad o la salud de terceras personas, la que pueda interferir en la investigación de delitos o en estrategias estatales en procesos en curso”.
Pero Cristosal argumenta que no puede alegarse reserva de información vinculada con la investigación de graves violaciones a derechos humanos o delitos de trascendencia internacional.
“El Estado que presuntamente viola derechos humanos no puede tener la última palabra sobre la publicidad de la información relativa a sus propios actos, así como tampoco puede alegar de forma genérica razones de seguridad nacional para bloquear el acceso a información útil para las investigaciones y la protección de las personas afectadas”, explica la organización defensora de derechos humanos.
Cristosal enfatizó en que la DGCP está aplicando una reserva a casos vinculados con graves violaciones a los derechos humanos, lo que está prohibido por la Ley de Acceso a la Información Pública y es contrario al derecho internacional de los derechos humanos.
“Podría configurarse como una dinámica de ocultamiento de personas sometidas a custodia del Estado, lo que podría configurar el delito de lesa humanidad de desaparición forzada”, reitera Cristosal.
Sobre el caso
Este mes EE.UU. deportó a más de 200 ciudadanos venezolanos a El Salvador, acusándolos de pertenecer a la banda criminal Tren de Aragua, aunque luego se supo que también se envió a migrantes irregulares. Además, la cadena Univisión investigó 200 nombres de los 238 enviados al CECOT, descubriendo que solo 11 tendrían registro criminal.
Estas deportaciones se realizaron invocando la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, una legislación histórica que permite la expulsión de individuos considerados amenazas durante tiempos de conflicto.
La medida ha generado controversia por los vacíos legales de su aplicación. Familiares de venezolanos también se han pronunciado al identificar a sus parientes en los videos de los traslados, y piden información sobre los detenidos.