After analyzing the threat by the U.S. Secretary of Homeland Security, Kristi Noem, to “hunt down every illegal criminal migrant” and send them to prison in El Salvador, attorneys are warning of possible violations of international treaties on human rights by both countries, but especially by El Salvador.
International treaties concerning prisoners include rules based on protecting them, such as respect for their dignity and the prohibition of discrimination for any reason. They also forbid torture or cruel, inhuman, or degrading treatment, explains criminal attorney Marcela Galeas.
“There is an issue regarding due process, human rights, and the legality of these detentions, which must comply not only with each country’s legal framework but also with international treaties,” she stated.
Following the expulsion of 238 Venezuelans by the United States, concerns about potential human rights violations have been raised by international organizations such as Human Rights Watch, Amnesty International, and a judge of the Federal Court for the District of Columbia.
Constitutional attorney Enrique Anaya supports these concerns, arguing that El Salvador is in a more complicated position by accepting the Venezuelan migrants without any legal basis, through an agreement made with the Donald Trump administration in exchange for US$6 million a year to detain 300 of them in prison.
“In El Salvador, the situation is even more worrying. In the United States, at least a law was cited to justify the deportations. In El Salvador, by contrast, no law has been invoked. Neither the Constitution nor any current regulations allow people who have been detained abroad to be received under these conditions,” Anaya explained.
He also warned that this could constitute a “human trafficking operation, because the Salvadoran state is receiving money to hold them without any legal foundation, which is clearly a serious violation of rights.”
Anaya further reinforced attorney Galeas’s analysis, pointing out that El Salvador is a signatory to treaties such as the American Declaration of Human Rights and the Universal Declaration of Human Rights, among others, and is obligated to uphold them.
“If the detention of these individuals is illegal, as I maintain, then legal consequences could follow,” Anaya underscored.
The Migrant Justice coordinator at Alianza Américas, Yanira Arias, noted that anti-immigrant rhetoric in the United States is nothing new.
“This is not a new message; rather, it is a continuation of the mainstream discourse on irregular migration: restriction, punishment, and the use of force. The most recent person to say ‘do not come’ was former President Kamala Harris. The difference between one administration and the other is that the previous one used disguised diplomacy but gave clear orders to the region to act as an extended border and serve as its immigration police.”
From the outset of his electoral campaign, Donald Trump made it clear that one of his main objectives was the deportation of all migrants who are in the United States without legal status. Noem has also shaped her discourse around an anti-immigrant stance, emphasizing it during her visit to El Salvador.
Secretary Noem warned, during her recent visit to the Centro de Confinamiento del Terrorismo (Terrorism Confinement Center, CECOT), that any “criminal migrants” who are arrested in the United States could be incarcerated in the mega-prison that President Bukele recently offered to the U.S. government.
Advierten posible violación de tratados internacionales en expulsión de venezonalos a El Salvador
Tras analizar la amenaza de la secretaria de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, Kristi Noem, de “cazar a todo migrante ilegal criminal” y enviarlo a prisión a El Salvador, abogados advierten violaciones a tratados internacionales relativos a derechos humanos, por ambos países, pero sobe todo por parte de El Salvador.
Los tratados internacionales sobre prisioneros incluyen reglas basadas en su protección como el respeto y dignidad, no discriminarlos por ningún motivo, no deben ser torturados o sometidos a tratos crueles, inhumanos o degradantes, según explica la abogada penalista Marcela Galeas.
“Existe una situación sobre este punto en cuanto al debido proceso, derechos humanos y la legalidad de las detenciones, que obedecen no únicamente al ordenamiento jurídico de cada país sino a tratados internacionales”, sustentó.
Con la expulsión de los 238 venezolanos desde los Estados Unidos, la preocupación por las vulneraciones a sus derechos humanos ha sido puesta en discusión por organismos internacionales como Human Rights Watch, Amnistía Internacional y un juez de la Corte Federal del distrito de Columbia.
El abogado constitucionalista, Enrique Anaya, ha respaldado esta postura sosteniendo que El Salvador se encuentra en una situación más complicada al recibir a los migrantes venezolanos sin ninguna base legal, en un acuerdo negociado con la administración de Donald Trump a cambio de $6 millones al año por el resguardo en prisión de 300 de ellos.
“En El Salvador, la situación es aún más preocupante. En Estados Unidos, al menos se invocó una ley para justificar las deportaciones. En cambio, en El Salvador no se ha invocado ninguna ley. Ni la Constitución ni ninguna normativa vigente permiten recibir detenidos en el extranjero bajo estas condiciones”, expuso Anaya.
Advirtió, además, que esto podría constituir “un negocio de tráfico de personas, ya que el Estado salvadoreño está recibiendo dinero por retenerlas sin ninguna base legal, claramente estamos ante una violación grave de derechos”.
También sustentó el análisis de la abogada Galeas, aludiendo que El Salvador ha sido firmante de tratados como la Declaración Americana de los Derechos Humanos, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, entre otros, y está obligado a cumplirlos y a respetarlos.
“Si la retención de estas personas es ilegal, como yo sostengo, entonces pueden derivarse consecuencias jurídicas”, enfatizó Anaya.
La coordinadora de Justicia Migrante de Alianza Américas, Yanira Arias, sostuvo que el discurso antimigrantes en Estados Unidos no es nuevo.
“No es un mensaje novedoso, sino más bien una continuidad del discurso dominante sobre la migración irregular: restringir, castigar y el uso de fuerza. La persona que mas recientemente dijo ‘no vengan’ fue la expresidenta Kamala Harris. La diferencia entre una administración y otra es que la anterior utilizó una diplomacia disfrazada, pero impuso órdenes claras a la región para servir como frontera extendida y como sus policías migratorios”.
Desde el inicio de su campaña electoral, Trump dejó claro como uno de sus principales objetivos la deportación de todos los inmigrantes que se encuentran de forma irregular en Estados Unidos. Noem, también ha desarrollado su discurso en una postura antimigrantes y lo enfatizó en su visita a El Salvador.
La secretaria Noem advirtió, en su reciente visita al Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), que todos los “migrantes criminales” que sean serán arrestados en los Estados Unidos podrían ser recluidos en la megacárcel que fue ofrecia hace una semanas por el presidente Bukele al gobierno estadounidense.