Families Desperate to Know About Venezuelans Deported to CECOT — Familias están desesperadas por saber sobre venezolanos deportados al CECOT

Mar 21, 2025

Several Venezuelan families interviewed by EFE fear that their relatives may be detained in El Salvador and report that their information has disappeared from the ICE system. — Varias familias de venezolanos consultadas por EFE temen que sus parientes estén detenidos en El Salvador y denunciaron que la información de estos ha desaparecido del sistema de ICE.

Last Friday, Alirio Guillermo Belloso informed his relatives that he would be deported to Venezuela, but since then, they have heard nothing from him. They urgently need to confirm whether he is in a prison for terrorists in El Salvador because his trail has disappeared from the U.S. immigration system.

“It’s as if he was never detained by Immigration; nobody is giving us any information about him,” his brother, Antonio Fuenmayor, told EFE. Fuenmayor has spent several days trying to confirm whether Belloso was among the hundreds of Venezuelans sent by the United States to El Salvador after seeing him in a photo in the media.

“What they’re doing is inhuman,” adds Fuenmayor, who lives in Florida.

This family, originally from Maracaibo, learned on Saturday that President Donald Trump’s administration had sent more than 200 Venezuelans—claimed by the Republican administration to be members of the Tren de Aragua criminal gang—to a maximum-security prison in El Salvador. An image shared by Nayib Bukele’s government, showing the migrant having his head shaved while in chains, confirmed the family’s worst fears.

“That is clearly an abuse of power. My nephew was simply facing deportation, a civil matter, because he hasn’t been charged or convicted of any crime in the United States or in Venezuela,” warned the immigrant’s uncle, attorney Alixon Fuenmayor Vera, in a phone interview with EFE from Venezuela.

The attorney stressed that the immigrants sent to the Salvadoran prison have the right to defend themselves and to learn the charges against them. However, the U.S. government has refused to answer those questions, leaving families to discover what happened solely through a photograph.

U.S. Immigration and Customs Enforcement (ICE), which held the migrant in custody, did not provide EFE with information on his whereabouts and indicated that the request should be made to the White House.

Several Venezuelan families interviewed by EFE fear that their relatives may be detained in El Salvador and report that their information has disappeared from ICE’s system.

The Trump administration’s silence and secrecy regarding these operations has persisted even with a federal judge, to whom it refused on Tuesday to provide details about the operation under the Alien Enemies Act, a 1798 law not used since World War II that allows the expulsion of non-U.S. citizens without a prior judicial hearing.

“If they don’t want to provide information to a judge, they’re certainly not going to answer us,” the detainee’s brother laments.

From delivery driver to an enemy of the US

The 30-year-old immigrant, who is the father of a young girl, was detained on January 17 in a small town in Utah, where he lived with two cousins and worked as a delivery driver, having entered the country through the southern border in 2023.

He was parked at a gas station when agents who appeared to be police officers arrived to request documentation from various Latinos. He was unable to present a driver’s license.

His brother says he had an appointment at the offices of U.S. Citizenship and Immigration Services (USCIS; in Spanish, Servicio de Inmigración y Ciudadanía) to have his fingerprints taken a week after his arrest, as part of an asylum process. “That entire process got stalled because he had some family tattoos,” he explains.

After spending two months in an immigration detention center in Texas, the detainee had already agreed to return to his country. “He wanted to be reunited with his mother and continue fighting here with his loved ones,” his uncle explains.

But the joy of being able to see him again turned into a nightmare, since neither his family in Venezuela nor his brother in the United States can travel to El Salvador to try to get him out of prison. “It’s a punishment for being Venezuelan,” Fuenmayor adds.

In this regard, organizations such as Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio (Veppex) (Politically Persecuted Venezuelans in Exile) have asked the U.S. executive branch to “reconsider” applying the Alien Enemies Act to Venezuelans “in a generalized manner.”

In a letter to President Donald Trump, the president of Veppex, José Antonio Colina, said that the law “could unfairly affect a community that, for the most part, is seeking refuge and opportunities in the United States after fleeing a humanitarian crisis.”

“I humbly ask you to base these measures on specific evidence and fair legal processes, aimed exclusively at criminals and avoiding collective punishment,” he added.

LPG: https://www.laprensagrafica.com/internacional/Familias-estan-desesperadas-por-saber-sobre-venezolanos-deportados-al-Cecot-20250320-0026.html

Familias están desesperadas por saber sobre venezolanos deportados al CECOT

Alirio Guillermo Belloso avisó el viernes pasado a sus familiares que sería deportado a Venezuela, pero desde entonces no han vuelto a saber nada de él y necesitan confirmar si está en una cárcel para terroristas en El Salvador porque su rastro desapareció del sistema de Inmigración estadounidense.

“Es como si nunca hubiera estado detenido por Inmigración, nadie nos da información sobre él”, dijo a EFE su hermano Antonio Fuenmayor, que lleva varios días tratando de confirmar si hizo parte de los cientos de venezolanos enviados por EUA a El Salvador tras verlo en una foto en los medios.

“Lo que están haciendo es inhumano”, agrega Fuenmayor, que reside en Florida.

El drama de esta familia, oriunda de Maracaibo, comenzó el sábado pasado cuando se enteraron que el Gobierno del presidente Donald Trump había enviado a más de 200 venezolanos -que la administración republicana asegura que son miembros de la banda criminal Tren de Aragua- a una cárcel de máxima seguridad en El Salvador.

Una imagen compartida por el Gobierno de Nayib Bukele del migrante siendo rapado mientras está encadenado, confirmó lo que se temía.

“Eso es un abuso de poder claramente, mi sobrino enfrentaba una simple deportación, un tema civil porque él no ha sido acusado ni condenado por ningún crimen en Estados Unidos ni en Venezuela”, adviertió a EFE en una entrevista telefónica desde Venezuela Alixon Fuenmayor Vera, tío del inmigrante y abogado de profesión.

El abogado recalcó que los inmigrantes enviados a la cárcel salvadoreña tienen derecho a defenderse y conocer las acusaciones. Pero el Gobierno estadounidense se ha negado a contestar esas preguntas y ellos debieron enterarse por una foto.

El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, en inglés), que lo tenía bajo su custodia, no entregó información sobre el paradero del inmigrante a EFE y señaló que la solicitud se debe hacer a la Casa Blanca.

Varias familias de venezolanos consultadas por EFE temen que sus parientes estén detenidos en El Salvador y denunciaron que la información de estos ha desaparecido del sistema de ICE.

El silencio y hermetismo de la Administración Trump sobre estos operativos se ha mantenido incluso con un juez federal al que se ha negado este martes entregar detalles sobre el operativo amparado la ley de Enemigos Extranjeros, una norma de 1798 que no se ha usado desde la Segunda Guerra Mundial y que permite la expulsión de personas sin ciudadanía estadounidense sin vista judicial previa.

“Si no le quiere entregar información a un juez menos nos va a responder a nosotros”, lamenta el hermano del detenido.

De repartidor a enemigo de EUA

El inmigrante de 30 años y padre de una niña fue detenido el pasado 17 de enero en un pequeño poblado de Utah, donde vivía con otros dos primos y trabajaba como repartidor, tras llegar al país por la frontera sur en 2023.

Estaba estacionado en una gasolinera cuando agentes que aparentaban ser policías llegaron a pedir documentación a varios latinos y él no pudo presentar una licencia de conducir.

Su hermano cuenta que tenía una cita en las oficinas del Servicio de Inmigración y Ciudadanía (USCIS, en inglés) para hacerse las huellas digitales una semana después de su arresto como parte de un proceso de asilo. “Todo ese proceso se quedó ahí estancado por tener unos tatuajes de su familia”, manifiesta.

Tras dos meses en un centro de detención para inmigrantes en Texas, el detenido ya había aceptado regresar a su país. “Quería reunirse con su mamá y seguir la lucha aquí junto a sus seres queridos”, explica el tío.

Pero la alegría de volverlo a ver se ha convertido en una pesadilla, ya que ni la familia en Venezuela ni su hermano en EUA tienen la posibilidad de viajar a El Salvador para tratar de sacarlo de la cárcel. “Es un castigo por ser venezolano”, agrega Fuenmayor.

En este sentido, organizaciones como Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio (Veppex) han pedido al Ejecutivo estadounidense “reconsiderar” la aplicación de la Ley de Enemigos Extranjeros a los venezolanos “de manera generalizada”.

En una carta al presidente Donald Trump, José Antonio Colina, presidente de Veppex, dijo que la norma “podría afectar injustamente a una comunidad que, en su mayoría, busca refugio y oportunidades en Estados Unidos tras escapar de una crisis humanitaria”.

“Le pido humildemente que las medidas se basen en pruebas específicas y procesos legales justos, dirigidas exclusivamente a los delincuentes y evitando castigos colectivos”, agregó.

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