The package of reforms to penitentiary laws, approved by the ruling party in the most recent plenary session of the Legislative Assembly, has already been signed into law by Nayib Bukele and published in the Diario Oficial (Official Gazette) in its February 14 edition.
In its most recent plenary session on February 12, the Legislative Assembly approved reforms to the Juvenile Criminal Law and the Penitentiary Law. The first of these reforms allows minors under 18 who have been convicted or are on trial for organized crime to be placed in penal facilities alongside adults, but in special units.
Meanwhile, the reform to the Penitentiary Law aims to remove supervisory judges from performing their duties when dealing with inmates convicted of organized crime. In such cases, the reform stipulates that supervision must be carried out by the same courts specialized in organized crime.
The package of initiatives also included a reform to the Law Against Organized Crime, seeking to ensure consistency by assigning supervisory duties to the courts specialized in organized crime.
However, that proposal was not endorsed, after the Corte Suprema de Justicia (CSJ) (Supreme Court of Justice) warned of a risk of the courts collapsing under their current workload, since they are responsible for the proceedings of individuals detained under the state of exception.
At that point, the CSJ requested that approval of the initiative be accompanied by the incorporation of a supporting judge into the courts specialized in organized crime, so that this judge would handle the initial supervisory proceedings for the first individuals convicted as ordered by the court, and so that the rest of the judges can participate in supervisory duties as the workload decreases.
Despite the CSJ’s warning, the Minister of Security dismissed the recommendations of the Judicial Branch and asserted that a single judge can handle both judicial and supervisory proceedings, as was done in 1954 under the criminal code then in effect.
Although the reform to the Law Against Organized Crime was not approved, the provision assigning supervision of those convicted of that crime to courts specialized in that area is already contained in the reform to the Penitentiary Law. Therefore, that provision will take effect eight days after its publication in the Diario Oficial.
The reforms to the Juvenile Criminal Law have the same vacatio legis period before coming into force. Thus, as provided by the reform, once it takes effect on February 22, GOES will be able to begin transferring minors convicted or on trial for organized crime to adult prisons, where they must be held in special units so as not to mix them with adult inmates.
That reform was challenged by human rights experts both internationally and nationally, from Human Rights Watch (HRW) to Cristosal. Juanita Goebbertus, HRW’s director for the Americas, stated that it should not be approved, because “today, they arrest people without a warrant and prosecute them without evidence. The prisons are overcrowded, unsanitary, and do not guarantee their safety.”
Likewise, agencies of the Organización de las Naciones Unidas (ONU) (United Nations) issued a statement one day after the Legislative Assembly approved the decree, considering this reform to be a “setback” and stating that it “contravenes international instruments.”
Reforma a Ley Penal Juvenil es sancionada por Bukele
El paquete de reformas a leyes penitenciarias aprobado por el oficialismo en la última sesión plenaria de la Asamblea ya fue sancionado por Nayib Bukele y publicado en el Diario Oficial, en la edición del pasado 14 de febrero.
La Asamblea aprobó en su última sesión plenaria, el pasado 12 de febrero, reformas a la Ley Penal Juvenil y a la Ley Penitenciaria. La primera de ellas para permitir que menores de 18 años que estén condenados o siendo juzgados por crimen organizado sean internados en centros penales junto a adultos, pero en pabellones especiales.
Mientras, la reforma a la ley penitenciaria busca apartar a los jueces de vigilancia de ejercer sus funciones cuando se trate de privados de libertad condenados por crimen organizado. En estos casos, la reforma contempla que la vigilancia deberá ser ejercida por los mismos tribunales contra el crimen organizado.
El paquete de iniciativas también incluía una reforma a la Ley Contra el Crimen Organizado, para armonizar y que esta también dispusiera que las labores de vigilancia corresponden a los tribunales contra el crimen organizado.
Sin embargo, esta propuesta no fue dictaminada favorable, luego que la Corte Suprema de Justicia advirtiera un riesgo de colapso en el trabajo de los tribunales debido a la carga que estos enfrentan actualmente, debido a que son quienes llevan los procesos de los detenidos con régimen de excepción.
En ese punto, la CSJ solicitó se considerara acompañar la aprobación de la iniciativa con una incorporación de un juez de apoyo a los tribunales contra el crimen organizado, para que este llevara los primeros procesos de vigilancia de los primeros condenados que ordene el tribunal y que el resto de jueces puedan incorporarse a las tareas de vigilancia conforme baje la carga de trabajo.
Pese a la advertencia de la CSJ, el ministro de Seguridad desestimó las recomendaciones del órgano Judicial y aseguró que un juez puede llevar tanto los procesos judiciales como los de vigilancia, ya que así se hacía en 1954, con el código penal vigente en dicha fecha.
Pese a que la reforma a la Ley Contra el Crimen Organizado no fue dictaminada, la disposición para que la vigilancia de los condenados por dicho delito corresponda a los tribunales especializados en dicha materia ya está incorporada en la reforma a la Ley Penitenciaria; por tanto, la disposición comenzará a operar ocho días después de su publicación en el Diario Oficial.
Las reformas a la Ley Penal Juvenil también tienen el mismo período de “vacatio legis” para entrar en vigor. Por tanto, y dado que así lo dispone la reforma, al entrar en vigor esta, el próximo 22 de febrero, el GOES podrá comenzar a trasladar a menores de edad condenados o en procesos de juzgamiento por crimen organizado a centros penales de adultos, en donde estos deberán tener acomodados pabellones especiales para no mezclarlos con los adultos.
Esa reforma fue cuestionada por expertos en Derechos Humanos a nivel internacional y nacional, desde Humans Right Watch (HWW) hasta Cristosal. Juanita Goebbertus, directora de América para HRW, indicó que la misma no debía ser aprobada ya que “hoy capturan sin orden judicial y procesan sin evidencia. Las cárceles están hacinadas, son insalubres y no garantizan su seguridad”.
Asimismo, también organismos de la ONU emitieron un pronunciamiento un día después de la aprobación del decreto por parte de la Asamblea, por considerar que la reforma es un “retroceso” y que “contravienen instrumentos internacionales”.