Bukele and Bitcoin: The End of the “Crypto Fantasy” — Bukele y el bitcoin: fin de la ‘criptofantasía’

Feb 17, 2025

At the end of January, El Salvador stopped using bitcoin as legal tender. The Salvadoran president had announced with great fanfare in 2021 that the country would be the first to officially accept that form of payment. — A finales de enero El Salvador dejó de usar el bitcoin como moneda de curso legal. El presidente salvadoreño anunció en 2021 con bombo y platillo que el país sería el primero en aceptar ese tipo de pago de manera oficial.

The news went almost unnoticed: at the end of January, the Salvadoran fantasy of using bitcoin as legal tender came to an end. Indeed, on Wednesday, January 29, El Salvador’s Legislative Assembly modified the law that had authorized the adoption of bitcoin as legal tender in that country starting in September 2021.

Recall that in mid-2021, President Nayib Bukele announced with much fanfare that El Salvador would become the first country in the world to adopt bitcoin as legal tender. This meant, among other things, that it would be mandatory for the entire population to accept it: if someone wanted to pay with bitcoin, the other party, including the government, was obliged to take it. When announcing this measure, President Bukele stated that it would bring wealth and prosperity to his country’s economy: “The Bitcoin Law will facilitate the financial inclusion of vulnerable sectors, speed up payments, attract investment, and multiply business opportunities for everyone.”

Adopting the cryptocurrency was not the only move Bukele’s government made in favor of bitcoin. The government devoted a significant amount of resources to promoting its acceptance. Special ATMs were installed, a custom application (Chivowallet) was designed, and financial incentives were provided to those who adopted the digital wallet (the equivalent of 30 dollars per adult). All of this used public funds. There is no official data, but various estimates suggest that Bukele’s government spent between 200 and 400 million dollars to promote bitcoin use among the population.

Nayib Bukele made even more extravagant announcements, such as the creation of a city dedicated to bitcoin and cryptocurrency mining (“Bitcoin City”). According to that plan, the city would be circular and would feature a central plaza with a large “B” in honor of the cryptocurrency. Bitcoin City would be located at the foot of a volcano and use geothermal energy to meet its demand, in particular for the supercomputers that would supposedly be installed there to mine cryptocurrencies. A true crypto-paradise, indeed.

All of this, however, turned out to be a resounding failure. They have not even laid the foundations of the city. Bitcoin adoption among Salvadorans never took hold. Some of the first bitcoin ATMs were burned or vandalized. According to various surveys, in 2024 only 8% of the population occasionally used the cryptocurrency. At its peak, that figure barely reached 20%. The population never truly trusted bitcoin. The sending of remittances in cryptocurrencies also did not work out, despite being offered free of charge. According to recent figures, only 1% of the remittances reaching El Salvador arrive via cryptocurrencies. This was more or less predictable. A legal tender above all requires trust in its issuer. That is the reason central banks exist. Moreover, Salvadorans already had the dollar—a currency which, although they do not issue it themselves, has historically been universally accepted among the population.

In introductory economics courses, one learns what money is. It is explained that money must fulfill three basic functions: a unit of account, a medium of exchange, and a store of value. In El Salvador, bitcoin never fulfilled any of these three roles. Practically nobody set prices in bitcoin, and most of the population did not accept it as a means of payment, despite the mandate established by law. Its function as a store of value is also in doubt. Although its value has more than doubled from September 2021 to the present, the reality is that in its first year as legal tender in El Salvador, bitcoin lost up to 60% of its value in dollars. That is why people were wary of using it. This was no coincidence.

Now, do not think the low acceptance of bitcoin was the reason for its abandonment. No, Bukele’s government might not have viewed that as a powerful enough reason to change course. Instead, the reason was something far more mundane: El Salvador, whose economy has yet to fully rebound, needed the other kind of money, the one that is universally accepted—namely, dollars. It needed 1.4 billion of them, to be precise. A sum of that magnitude was only available for loan from the International Monetary Fund. However, the Fund made its loan to El Salvador conditional on abandoning bitcoin as legal tender. Bukele had no choice but to accept the sad reality. Thus, the crypto fantasy ended because the country needed real money, not a substitute that not everyone is willing to accept. What a paradox!

El País: https://elpais.com/america/opinion/2025-02-16/bukele-y-el-bitcoin-fin-de-la-criptofantasia.html

Bukele y el bitcoin: fin de la ‘criptofantasía’

La noticia pasó casi desapercibida: a finales de enero terminó la fantasía salvadoreña de utilizar al bitcoin como moneda de curso legal. Así es, el pasado miércoles 29 de enero la Asamblea Legislativa de El Salvador modificó la ley con la que se autorizaba la adopción del bitcoin como moneda de curso legal en ese país a partir de septiembre de 2021.

Recordemos que a mediados de 2021 el presidente Nayib Bukele anunció con bombo y platillo que El Salvador sería el primer país del mundo en adoptar al bitcoin como moneda de curso legal. Esto implicaba, entre otras cosas, su aceptación obligatoria por parte de toda la población: si alguien quería pagar con bitcoin, la contraparte, incluido el gobierno, estaba obligada a aceptarlo. Al anunciar esta medida, el presidente Bukele afirmaba que esto le traería riqueza y prosperidad a la economía de su país: “La ley Bitcoin facilitará la inclusión financiera de sectores vulnerables, agilizará pagos, atraerá inversión y multiplicará las oportunidades de negocios para todos.”

La adopción de la criptomoneda no fue el único paso que dio el gobierno de Bukele en favor del bitcoin. El gobierno destinó un monto importante de recursos tratando de promover su aceptación. Se instalaron cajeros automáticos especiales, se diseñó una aplicación especial (Chivowallet) y se otorgaron incentivos económicos a los que adoptaran la billetera digital (el equivalente a 30 dólares por persona adulta). Todo ello con recursos públicos. No hay información oficial, pero estimaciones diversas calculan que el gobierno de Bukele gastó entre 200 y 400 millones de dólares para promover el uso del bitcoin entre la población.

Nayib Bukele hizo otros anuncios todavía más extravagantes, como la construcción de una ciudad dedicada al bitcoin y a la minería de criptomonedas (“Bitcoin City”). Según dicho plan, la ciudad sería circular y tendría al centro una plaza con una gran letra B en homenaje a la criptomoneda. Bitcoin City estaría a las faldas de un volcán y se utilizaría energía geotérmica para abastecer su demanda y, en particular, a las supercomputadoras que, supuestamente, se instalarían allí para dedicarse a la minería de criptomonedas. Un auténtico criptoparaíso, pues.

Todo esto, sin embargo, resultó ser un rotundo fracaso. De la ciudad no se han puesto ni los cimientos. La adopción del bitcoin entre los salvadoreños nunca funcionó. Algunos de los primeros cajeros de bitcoin fueron quemados o vandalizados. Según diversas encuestas, en 2024 solo el 8% de la población utilizaba ocasionalmente la criptomoneda. En su punto máximo, este porcentaje apenas llegó al 20%. La población nunca confió realmente en el bitcoin. El envío de remesas con criptomonedas tampoco funcionó, a pesar de que ofrecía hacerlo en forma gratuita. Según cifras recientes, solo el 1% de las remesas que se reciben en El Salvador llegan a través de criptomonedas. Esto era más o menos previsible. Una moneda de curso legal requiere sobre todo que haya confianza en el emisor. Esta es la razón de ser de los bancos centrales. Los salvadoreños, por lo demás, ya contaban con el dólar, una moneda que, aunque no la emiten ellos, ha sido históricamente de aceptación universal entre su población.

En los primeros cursos de economía se enseña qué es el dinero. Se explica que este debe cumplir con tres funciones básicas: unidad de medida, medio de cambio y reserva de valor. El bitcoin en El Salvador nunca cumplió ninguna de esas tres funciones. Prácticamente, nadie fijaba precios en bitcoins y la mayor parte de la población no la aceptaba como medio de cambio, a pesar de la obligatoriedad establecida en la ley. Su rol como reserva de valor también está en duda. Si bien su valor se ha más que duplicado de septiembre de 2021 a la fecha, la realidad es que en su primer año de vigencia como moneda de curso legal en El Salvador el bitcoin llegó a perder hasta 60% de su valor en dólares. Por eso la gente desconfiaba de su utilización. Esto no era casualidad.

Ahora bien, no crea usted que la baja aceptación del bitcoin fue la razón para su abandono. No, el gobierno de Bukele quizá no hubiera aceptado esto como una razón suficientemente poderosa como para convencerlo de cambiar esta política. No, la razón fue algo bastante más mundano: El Salvador, cuya economía no termina de reactivarse, necesitaba dinero del otro, del que sí se acepta universalmente, es decir, necesitaba dólares. Mil cuatrocientos millones para ser precisos. Un monto de esa cantidad solo estaba dispuesto a prestárselo el Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin embargo, el Fondo le condicionó el préstamo a El Salvador a cambio del abandono del bitcoin como moneda de curso legal. A Bukele no le quedó más remedio que aceptar la triste realidad. Así, la criptofantasía terminó debido a que el país necesitaba dinero de verdad, no un sucedáneo que no cualquiera está dispuesto a aceptar. ¡Vaya paradoja!

El País: https://elpais.com/america/opinion/2025-02-16/bukele-y-el-bitcoin-fin-de-la-criptofantasia.html