Nuevas Ideas backed down from classifying soldiers “when they accompany or perform public security functions” as “agents of authority” in the same way as the Policía Nacional Civil (PNC) (National Civil Police), as was originally stated in the draft proposal to reform the Penal Code presented by the government.
Lawmaker Caleb Navarro, after detailing the changes in the law to punish corruption offenses, requested a modification to the wording of Article 39 regarding concepts of public office. In the last section, the military had been listed alongside the PNC, but that reference was removed at the request of the deputy leader of the Nuevas Ideas legislative group, which was unanimously approved.
The Constitution of the Republic states that the mission of the Fuerza Armada de El Salvador (FAES) is to defend the sovereignty of the state and the integrity of its territory, and that the president may “exceptionally” deploy it for maintaining internal peace. Under the initial reform, it was placed on an almost permanent par with the police.
The initiative was presented by the government, through the minister of Justice and Public Security, “with the purpose of adapting and updating criminal legislation to the current reality and to the requirements of International Law, in order to establish stricter regulations for crimes committed by public servants in the exercise of their functions, as well as for private individuals who instigate or facilitate the commission of illegal acts involving the misappropriation of public funds, contributing to state corruption.”
The Legislative Assembly approved, with 59 votes, a reform to the Penal Code that redefines the concepts of public office and increases prison sentences for corruption offenses or those committed by public servants.
Currently, the definitions are: public officials, public authority, public and municipal employees, and agents of authority. Under the proposal, they will be as follows: Public Administration, public officials, public servants, public authority, public employees, and agent of authority.
Corruption offenses
The reform incorporates all those categories of public office into each of the offenses related to public administration and corruption offenses.
The penalty for arbitrary acts will be three to six years. Failure to fulfill duties will carry four to six years, along with disqualification from office for the same period.
The crime of disobedience would undergo a significant change, going from six months to one year of imprisonment to a range of three to six years, as would refusal of assistance.
Revealing facts, actions, or secret documents of an official employee will incur six to nine years in prison.
The crime of improper bribery will carry three to six years; active bribery will be punishable by six to ten years in prison.
In the case of embezzlement, prison sentences would range from six to fifteen years, depending on the amount appropriated.
The crime of misappropriation, which is currently punished by a fine, would instead carry three to six years in prison. Illicit enrichment will be punished by five to fifteen years in prison.
New criminal offenses have been created, such as real concealment and personal concealment, each carrying three to six years. The penalty for omission of notification will be three to six years. Influence peddling will carry six to nine years, and testaferrato (fronting) three to six years.
Mitigating factors of the penalties
It was added that the sentence may be reduced up to half of the minimum if, during the proceedings, the defendant reveals the identity of perpetrators or accomplices and provides sufficient information to prosecute them, or if they provide information enabling the seizure or confiscation of property obtained through criminal acts or omissions.
“This is an innovative reform and also an urgent one for our country,” Navarro explained.
Nuevas Ideas se retracta de clasificar a militares como “agentes de autoridad”
Nuevas Ideas se retractó de clasificar a los militares “cuando acompañen o realicen funciones de seguridad pública” como “Agentes de autoridad” al igual que la Policía Nacional Civil (PNC), como inicialmente indicaba el proyecto de reforma al Código Penal presentado por el gobierno.
El diputado Caleb Navarro, luego de exponer los cambios en la ley para sancionar los delitos de corrupción, pidió la modificación en la redacción del artículo 39 referido a los conceptos del funcionariado. En el último numeral se establecía junto con la PNC a los militares, pero se eliminó esa parte a petición del subjefe de fracción de Nuevas Ideas, lo que fue aprobado por unanimidad.
La Constitución de la República dice que la misión de la FAES es la defensa de la soberanía del Estado y de la integridad del territorio y que el presidente puede disponer “excepcionalmente” de esta para el mantenimiento de la paz interna. Con la reforma inicial se equiparaba a la Policía prácticamente de manera permanente.
La iniciativa fue presentada por el gobierno, por medio del ministro de Justicia y Seguridad Pública, “con el objeto de adaptar y actualizar la legislación penal a la realidad actual y a las exigencias del Derecho Internacional, con el fin de establecer regulaciones más estrictas para los delitos cometidos por los servidores públicos en el ejercicio de sus funciones, así como para los particulares que instigan o facilitan la realización de actos ilegales que impliquen sustracción de fondos públicos, contribuyendo a la corrupción estatal”.
La Asamblea Legislativa aprobó, con 59 votos, la reforma al Código Penal que modifica en los conceptos del funcionariado públicos y aumenta las penas de cárcel a los delitos de corrupción o cometidos por servidores públicos.
Actualmente, las definiciones son: Funcionarios públicos, Autoridad pública, Empleados públicos y municipales y Agentes de autoridad. Con el proyecto se establecen así: Administración Pública, Funcionarios públicos, Servidor público, Autoridad pública, Empleados públicos y Agente de autoridad.
Delitos de corrupción
La reforma agrega todos esos cargos del funcionariado público en cada uno de los delitos relativos a la administración pública y en los delitos de corrupción.
La pena por actos arbitrarios de será de tres a seis años. El incumplimiento de deberes, de cuatro a seis años y la inhabilitación al cargo por ese tiempo.
El delito de desobediencia tendría una modificación significativa pasando de seis meses a un año de prisión a un rango de tres a seis años. Al igual que la denegación de auxilio.
Revelación de hechos, actuación o documentos secretos de empleado oficial, tendrá cárcel de seis a nueve años.
El delito de cohecho impropio, de tres a seis años; el Cohecho activo se penalizará con prisión de seis a diez años.
En el caso de peculado las penas de cárcel oscilarían entre seis y 15 años, dependiendo de la cuantía de que la se haya apropiado.
El delito de malversación, que actualmente se sanciona con multa, pasaría a prisión de tres a seis años. Y el enriquecimiento ilícito será sancionado con penas cinco a 15 años de cárcel.
Se crearon nuevas figuras delictivas, como: Encubrimiento real y Encubrimiento personal, de tres a seis años. La pena por la omisión de dar aviso será de tres a seis años. El Tráfico de influencias tendrá una pena de seis a nueve años y el Testaferrato de tres a seis años.
Atenuantes de las penas
Se añadió que podrá rebajarse la pena hasta la mitad del mínimo si durante las diligencias el imputado revela la identidad de autores o cómplices y aporta datos suficientes para procesarlos. Y si da información que posibilite la incautación o decomiso de los bienes producto de la comisión u omisión de los hechos delictivos.
“Esta es una reforma innovadora y que también es urgente para nuestro país”, justificó Navarro.