The proposed reforms to the Ley Penal Juvenil (Juvenile Criminal Law), the Ley Contra el Crimen Organizado (Law Against Organized Crime), and the Ley Penitenciaria (Prison Law), which are expected to be reviewed in the Asamblea Legislativa (Legislative Assembly) for approval, would be unconstitutional because they contradict what is set forth in the Constitución de la República de El Salvador (Constitution of the Republic of El Salvador) and international treaties on the protection of children, according to experts in juvenile criminal matters.
The suggested reforms provide that the Tribunales de Crimen Organizado (Organized Crime Courts) would oversee the enforcement of sentences instead of the Juzgados de Vigilancia (Monitoring Courts), as currently established by law. They also propose that minors prosecuted for organized crime offenses (gangs or state of exception) be transferred to adult correctional facilities, among other measures.
Criminal law attorneys warn that these changes would infringe Article 35 of the Constitution of the Republic of El Salvador, given that the Magna Carta stipulates that legal proceedings against minors must have a “special legal framework.”
“The antisocial behavior of minors that constitutes an offense or infraction shall be subject to a special legal framework,” states Article 35 of the Constitution. These reforms violate this principle.
According to criminal law attorney Oswaldo Feusier, the reform seeks to remove the differentiated legislation set forth by the Constitution and international treaties, clearly violating human rights and children’s rights.
“Legally (the proposed reform) goes against the Constitution. These are unconstitutional reforms that conflict with the commitments recognized by the Constitution to create legislation on juvenile matters that is differentiated, with different processes both in the handling of court proceedings and regarding resocialization procedures. But here they are saying not to make that distinction. It is contrary to fundamental international treaties on human rights,” he said.
Article 27 of the Convención de los Derechos del Niño (Convention on the Rights of the Child) states: “In particular, every child deprived of liberty shall be separated from adults unless it is considered in the child’s best interest not to do so, and shall have the right to maintain contact with his or her family through correspondence and visits, save in exceptional circumstances.”
Meanwhile, Article 47 of the Directrices de Riad (Riyadh Guidelines), from the Naciones Unidas (United Nations), says: “Young people should only be placed in institutions as a last resort and for the minimum necessary period, and utmost importance should be given to the young person’s own interests.”
How does the juvenile criminal system work in El Salvador?
Under the law, both the duration of judicial proceedings and their focus must differ from those for adults, emphasizing education and reintegration into society through various workshops and other work groups to assess the young person while serving any sentence.
In addition, it stipulates that they must be held in a place separate from adults. It should also be noted that the period of provisional detention is shorter, in accordance with Article 17, paragraph four, of the Juvenile Criminal Law, and the investigation cannot last more than 72 days, during which time the judge must order a psychosocial evaluation.
“The process is purely educational and respects the child’s best interests. Legally, this best interest of the minor means that the Government, through the courts and institutions, must take measures that ensure comprehensive development and protection, taking into account the child’s emotional, physical, mental, and social well-being,” highlights criminal law attorney Roxana Cardona, who handles cases of minors under the state of exception.
“In juvenile centers, educational workshops are offered and ‘the state takes responsibility for providing meals. In some cases, NGOs such as USAID provided uniforms, due to the school that is located inside these centers,’” Cardona adds.
Criminal law attorney Otto Flores adds that under the international agreements signed by El Salvador, there must be a differentiated approach in the proceedings for minors, as well as protection and reintegration for those prosecuted.
“There will be a problem because they will want to treat minors as if they were adults. There are minors from age 12 to 17 who have been convicted as part of illicit groups. Nothing guarantees that they will not be mistreated,” he pointed out.
Regarding these proposed reforms, Juanita Goebertus, Director of the Americas Division at Human Rights Watch, stated on her account on X:
“The Assembly should reject the reform to the Juvenile Criminal Law that would allow children to be held in adult prisons. Today they are arrested without a warrant and prosecuted without evidence. The prisons are overcrowded, unsanitary, and do not guarantee their safety,” she said.
The Consejo Nacional de la Primera Infancia, Niñez y Adolescencia (Conapina) (National Council of Early Childhood, Children, and Adolescents) has earmarked US$14,905,935 under line of work 3 of budget unit 2 for Care, Protection, and Social Integration, which includes work with minors deprived of liberty. “The funds will be used to implement prevention and protection programs, as well as develop the programs and services necessary to carry out and supervise socio-educational measures to ensure the social integration of adolescents,” the institution states.
Reforma a la Ley Penal Juvenil en El Salvador vulneraría la Constitución y Tratados Internacionales
Las propuestas a la reformas de la Ley Penal Juvenil, la Ley Contra el Crimen Organizado y la Ley Penitenciaria, que esperan ser estudiadas en la Asamblea Legislativa para su aprobación, serían inconstitucionales debido a que contradicen lo expuesto por la Constitución de la República de El Salvador y Tratados Internacionales de protección a la niñez, de acuerdo a expertos en material penal juvenil.
Las reformas sugeridas establecen que serán los Tribunales de Crimen Organizado quienes den seguimiento al cumplimiento de las penas, en lugar de los Juzgados de Vigilancia como actualmente estipula la ley. Además, solicitan que los menores que sean procesados por delitos de crimen organizado (pandillas o régimen de excepción) sean trasladados a centros penitenciarios con adultos, entre otros aspectos.
Con estos cambios se vulneraría el artículo 35 de la Constitución de la República de El Salvador, advierten abogados penalistas, pues la Carta Magna estipula que los procesos judiciales contra menores de edad deben tener un “régimen jurídico especial”.
“La conducta antisocial de los menores que constituya delito o falta estará sujeta a un régimen jurídico especial”, cita el artículo 35 de la Constitución. Con dichas reformas se vulnera este principio.
Para el abogado penalista Oswaldo Feusier, con la reforma se busca quitar esa legislación diferenciada que estipula la Constitución y tratados internacionales, lo que es una clara vulneración a los derechos humanos y la niñez.
Legalmente (la propuesta de reforma) es contraria a la Constitución. Son reformas que son inconstitucionales, con compromisos que reconoce la Constitución de crear una legislación en materia juvenil que sea diferenciada, con procedimientos distintos en cuanto a la tramitación del expediente judicial como lo que se refiere a los procedimientos de resocialización, pero acá se habla de no hacer esa diferenciación. Es contrario a tratados internacionales básicos en materia de derechos humanos”, mencionó.
El artículo 27 de la Convención de los Derechos del Niño cita: “En particular, todo niño privado de libertad estará separado de los adultos, a menos que ello se considere contrario al interés superior del niño, y tendrá derecho a mantener contacto con su familia por medio de correspondencia y de visitas, salvo en circunstancias excepcionales”.
En tanto que el artículo 47 de las directrices de Riad, de las Naciones Unidas, dice: “Sólo deberá recluirse a los jóvenes en instituciones como último recurso y por el período mínimo necesario, y deberá darse máxima importancia a los propios intereses del joven”.
¿Cómo funciona el sistema penal juvenil en El Salvador?
La ley establece que tanto la duración de los procesos judiciales, como su orientación, deben ser diferentes al de mayores, pues tiene mucho énfasis en la educación y reinserción a la sociedad a través de diferentes talleres y otros grupos de trabajo para evaluación del joven mientras cumple alguna condena.
Además, estipula que deberán tener resguardo en un lugar diferente al de los mayores. También hay que considerar que el período de detención provisional es menor, según el artículo 17 inciso cuatro de la Ley Penal Juvenil, mientras que la investigación no durará más de 72 días, en los cuales el juez debe ordenar un estudio psicosocial.
El proceso es meramente educativo y respetando el interés superior del mismo. Legalmente este interés superior del menor implica que el Gobierno, por medio de los tribunales y las instituciones, deben tomar medidas que garanticen este desarrollo integral y su protección, deben tomar en cuenta su bienestar emocional, físico, mental y social”, destaca Roxana Cardona, abogada penalista y que lleva casos de menores en el régimen de excepción.
En los centros de menores existen talleres educativos y “el estado asume la función de la alimentación, en algunos casos algunas ONG, como USAID, daban uniformes, debido a la escuela que se encuentra dentro de estos centros”, agrega Cardona.
Otto Flores, abogado penalista, agrega que los convenios internacionales suscritos por El Salvador estipulan que debe existir un trato diferenciado en los procesos a menores, así como dar protección y reinserción a los procesados.
Habrá problema porque van a querer darle el tratamiento a menores como si fueran adultos. Hay menores desde los 12 años a 17 que han sido condenados como parte de agrupaciones ilícitas. Nada garantiza que no van a recibir maltrato como tal”, mencionó.
Sobre estas propuestas de reformas, la Directora de la División de las Américas de Human Rights Watch, Juanita Goebertus, indicó en su cuenta de X que la Asamblea Legislativa debería rechazar dichas reformas.
“La Asamblea debería rechazar la reforma a la Ley Penal Juvenil que permitiría que niños sean detenidos en cárceles de adultos. Hoy capturan sin orden judicial y procesan sin evidencia. Las cárceles están hacinadas, son insalubres y no garantizan su seguridad”, expuso.
El Consejo Nacional de la Primera Infancia, Niñez y Adolescencia (Conapina) tiene destinados $14,905,935 en la línea de trabajo 3 de la unidad presupuestaria 2 en lo establecido a la Atención, Protección e Integración Social, que tiene en su jurisdicción el trabajo para menores privados de lbiertad. “Se destinará para ejecutar programas de prevención y de protección, así como desarrollar programas y servicios necesarios para la ejecución y supervisión de las medidas socioeducativas para garantizar la integración social de los adolescentes”, sostiene la institución.