Alianza Américas (Americas Alliance) strategic adviser Óscar Chacón and international analyst Napoleón Campos have warned that, so far, the Salvadoran government has not negotiated any migratory improvements for its citizens. On the contrary, Bukele seems more focused on strengthening security agreements, such as the offer to house convicted criminals deported from the United States in Salvadoran prisons.
Chacón pointed out that, with the changes in migration policy, it is enough to be accused of a minor crime to be arrested and deported, creating an atmosphere of “uncertainty and fear” among Salvadorans in the US. “The pace of arrests is similar to that under the Biden administration, but with a more aggressive publicity apparatus that is causing greater concern,” he explained.
Currently, approximately 200,000 Salvadorans depend on TPS to live and work in the US, but the Trump administration has given no indication that it intends to extend or regularize their status. According to Chacón, “If their situation does not qualitatively improve, they will continue living in uncertainty unless there is a change in the law that allows them to apply for permanent residency.”
Despite the importance of foreign labor in various sectors of the US economy, the migration issue remains off the table in talks between Bukele and Trump. “We should be discussing how to regularize the status of these people, given their vital work, but unfortunately, at the moment there is no serious conversation about immigration reform,” Chacón warned.
Campos also criticized the Salvadoran government’s lack of commitment to defending its migrants. “It is naïve to think that a prison offer would result in special treatment for Salvadorans with TPS or for the more than one million undocumented individuals. What became clear after Marco Rubio’s visit is that El Salvador will continue to receive deportees, but with no gains on the migration front,” he said.
Trump has expressed his intention to send criminals convicted in the US to Salvadoran prisons as part of his mass deportation strategy. However, Chacón warned that this plan faces multiple legal and judicial obstacles that would have to be overcome before it can be put into practice. “The president may say he’s going to send criminals to CECOT, but that would require changes in the law,” he explained.
For Campos, the prison agreement promoted by Bukele has been more of a propaganda strategy than a concrete deal. “The offer is on the table, but there is no real commitment on the part of the US. So far, the only thing we’ve seen is that the Salvadoran government continues to hide information about the arrival of deportees, and Bukele has reduced the country’s international profile to that of a ‘prison nation,’” he concluded.
Another central topic during Rubio’s visit was China’s growing influence in the region. Campos noted that Washington has made it clear that Bukele will not be able to keep expanding his relationship with the Chinese Communist Party without consequences. “The official statement on Rubio’s visit does not mention China as a country but specifically refers to the Communist Party of China, which sends a direct message to Bukele: ‘This is as far as you go with China,’” he said.
Opposition to cooperation with China was also evident in Panama, where President José Raúl Mulino announced that his country would reconsider its agreements with Beijing following Rubio’s visit. This has sparked reactions at the diplomatic level, including criticism from the Chinese ambassador to the United Nations (UN).
Despite the official propaganda surrounding Rubio’s “successful” visit, Campos warned that there were no concrete announcements about investments or economic cooperation for El Salvador. “If the country had really secured a benefit, we would see investment announcements, but all we have is the promotion of a prison offer that Trump can accept or reject at his convenience,” he said.
Moreover, the lack of concrete measures in favor of Salvadoran migrants could negatively impact the country’s economy. According to Campos, massive deportations will affect remittances, one of the main sources of income for thousands of families. “When the deportation machinery is operating at full capacity, we will see a drop in remittances and a direct impact on El Salvador’s economy,” he warned.
Cuestionan que Gobierno no interceda por migrantes salvadoreños ante EUA
El asesor de estrategias de Alianza Américas, Óscar Chacón, y el analista internacional Napoleón Campos han advertido que, hasta el momento, el gobierno salvadoreño no ha negociado ninguna mejora migratoria para sus connacionales. Al contrario, Bukele parece más enfocado en reforzar acuerdos en materia de seguridad, como la oferta para recibir en cárceles salvadoreñas a criminales convictos deportados desde Estados Unidos.
Chacón señaló que, con los cambios en la política migratoria, basta con ser acusado de un delito menor para ser arrestado y deportado, lo que ha generado un ambiente de “incertidumbre y temor” entre los salvadoreños en EUA “El ritmo de arrestos es similar al de la administración Biden, pero con un aparato publicitario más agresivo que está generando mayor preocupación”, explicó.
En la actualidad, aproximadamente 200,000 salvadoreños dependen del Estatus de Protección Temporal (TPS) para residir y trabajar en EUA, pero la administración Trump no ha dado señales de que pretenda renovar o regularizar su estatus. Según Chacón, “si su situación no mejora de manera cualitativa, seguirán viviendo en la incertidumbre a menos que haya un cambio en la ley que les permita solicitar la residencia permanente”.
A pesar de la importancia de la mano de obra extranjera en diversos sectores de la economía estadounidense, el tema migratorio sigue sin ser una prioridad en las conversaciones entre Bukele y Trump. “Deberíamos estar hablando de cómo regularizar la situación de estas personas por la labor tan vital que desempeñan, pero lamentablemente, en este momento no hay ninguna conversación seria sobre una reforma migratoria”, advirtió Chacón.
Campos también criticó la falta de compromiso del gobierno salvadoreño en la defensa de sus migrantes. “Es ingenuo pensar que una oferta carcelaria iba a derivar en un trato especial para los salvadoreños con TPS o para los más de un millón de indocumentados. Lo que quedó claro tras la visita de Marco Rubio es que el Salvador seguirá recibiendo deportados, pero sin ninguna ganancia en términos migratorios”, afirmó.
Trump ha expresado su intención de enviar criminales convictos de EUA a cárceles salvadoreñas, como parte de su estrategia de deportaciones masivas. Sin embargo, Chacón advirtió que este plan enfrenta múltiples trabas legales y jurídicas que tendrían que ser superadas antes de hacerse realidad. “El presidente puede decir que va a mandar a los criminales al CECOT, pero esto requeriría cambios en la ley”, explicó.
Para Campos, el acuerdo carcelario promovido por Bukele ha sido más una estrategia de propaganda que un trato concreto. “La oferta está sobre la mesa, pero no hay un compromiso real por parte de EUA Hasta ahora, lo único que se ha visto es que el gobierno salvadoreño sigue ocultando información sobre la llegada de deportados y que Bukele ha reducido la proyección del país a la de una ‘nación carcelaria’”, sentenció.
Otro tema central en la visita de Rubio fue la creciente influencia de China en la región. Campos señaló que Washington ha dejado claro que Bukele no podrá seguir ampliando sus relaciones con el Partido Comunista Chino sin consecuencias. “El comunicado oficial de la visita de Rubio no menciona a China como país, sino específicamente al Partido Comunista de China, lo que envía un mensaje directo a Bukele: ‘Hasta aquí llegaste con China’”, aseguró.
La postura de EUA en contra de la cooperación con China también se reflejó en Panamá, donde el presidente José Raúl Mulino anunció que su país reconsiderará sus acuerdos con Pekín tras la visita de Rubio. Esto ha generado reacciones a nivel diplomático, incluyendo críticas del embajador chino en Naciones Unidas.
A pesar de la propaganda oficialista sobre la “exitosa” visita de Rubio, Campos advirtió que no hubo anuncios concretos sobre inversiones o cooperación económica para El Salvador. “Si el país realmente hubiera obtenido una ganancia, veríamos anuncios de inversión, pero lo único que tenemos es la promoción de una oferta carcelaria que Trump puede aceptar o rechazar según su conveniencia”, señaló.
Además, la falta de medidas concretas en favor de los migrantes salvadoreños podría tener un impacto negativo en la economía del país. Según Campos, las deportaciones masivas afectarán las remesas, una de las principales fuentes de ingresos para miles de familias. “Cuando la maquinaria de deportación esté funcionando a toda capacidad, veremos una caída en las remesas y un impacto directo en la economía salvadoreña”, advirtió.