Peace Accords: A Turning Point in the Country’s History — Acuerdos de Paz: punto de inflexión en la historia de país

Jan 16, 2025

Of course, the Accords were not perfect: they left out important topics and sectors, and not all their objectives were achieved. Neither the negotiation process nor the implementation of the Accords considered the victims, a grave injustice that persists to this day. Furthermore, the report of the Truth Commission was shelved, and impunity remained intact. The Accords entrusted the actors of that time with creating mechanisms to fight against structural injustice that concentrates wealth in few hands, but no government to date has been willing to fulfill that task. — Por supuesto, los Acuerdos no fueron perfectos: dejaron fuera temas y sectores relevantes, y no todo sus objetivos se cumplieron. Ni en el proceso de negociación, ni en la implementación de los Acuerdos las víctimas fueron tomadas en cuenta; una grave injusticia que se ha mantenido hasta el presente. Además, el informe de la Comisión de la Verdad fue engavetado y la impunidad se mantuvo incólume. Los Acuerdos confiaron a los actores de aquel entonces la creación de mecanismos para luchar contra la injusticia estructural que concentra la riqueza en pocas manos, pero ningún Gobierno hasta la fecha ha querido cumplir esa tarea.

The Peace Accords represent a turning point in the national history. Only their significance explains the great efforts to deny and discredit them. There are at least three reasons why the signing of peace is a milestone for El Salvador. First, the Accords put an end to the fratricidal war, meaning they halted the deaths from the conflict and the destruction of the country. The war cost more than 70,000 lives (mostly civilians), 10,000 disappeared persons, a million displaced people, and an economy in ruins. Secondly, they were successful because they fulfilled their purpose: they stopped the war through diplomatic means and initiated the path toward democracy through institutional and constitutional reforms that changed the role of the Armed Forces in national life, created the National Civil Police, the Office of the Human Rights Ombudsman, and the Supreme Electoral Tribunal, and set the stage for transforming the justice system. Thirdly, the Accords served as an example for other nations in conflict; they demonstrated that it is possible to end armed struggle through dialogue and negotiation between conflicting parties.

The Peace Accords were the product of a series of internal and external factors. The first factor that made them possible was the shared yearning for peace among the majority of Salvadorans. The Churches and social movements rallied around the achievement of peace, subordinating their individual agendas to it. Secondly, at a certain point, the Armed Forces were no longer able to defend the interests of the wealthiest sectors of the country; the guerrilla offensive of November 1989 showed that the war was going to be prolonged. Additionally, the massacre at the UCA delegitimized the military on an international level and unleashed enormous pressure for the parties to sit down and negotiate. Another important factor was the involvement of friendly countries to El Salvador, especially France, Mexico, and Spain, which managed to place the Salvadoran peace process at the center of the international community’s agenda, represented by the United Nations. Internationally, the fall of the Berlin Wall in 1990 and the consequent end of the Cold War facilitated a negotiated end to the war.

Of course, the Accords were not perfect: they left out important topics and sectors, and not all their objectives were achieved. Neither the negotiation process nor the implementation of the Accords considered the victims, a grave injustice that persists to this day. Furthermore, the report of the Truth Commission was shelved, and impunity remained intact. The Accords entrusted the actors of that time with creating mechanisms to fight against structural injustice that concentrates wealth in few hands, but no government to date has been willing to fulfill that task.

However, the Peace Accords laid the foundations for a different country. Thanks to them, the old security forces known for systematically violating human rights were eliminated, and the National Civil Police was born. Dialogue and debate replaced weapons as means to resolve differences. Those who discredit the Accords are the same people who today destroy the little progress the country made thanks to them. The disrespect for the Constitution, the distortion of the Supreme Electoral Tribunal and the National Civil Police, the inoperability of the Office of the Human Rights Ombudsman and the Institute of Access to Public Information, the prominence of the Armed Forces in practically all areas of public life are the work of these people; actions that put the country in a scenario similar to that experienced before the war.

UCA: https://noticias.uca.edu.sv/editoriales/acuerdos-de-paz-punto-de-inflexion-en-la-historia-de-pais

Acuerdos de Paz: punto de inflexión en la historia de país

Los Acuerdos de Paz representan un punto de inflexión en la historia nacional. Solo su trascendencia explica los grandes esfuerzos por negarlos y descalificarlos. Al menos tres son las razones por las que la firma de la paz constituye un hito para El Salvador. La primera, los Acuerdos pusieron fin a la guerra fratricida, es decir, pararon las muertes del conflicto y la destrucción del país. La guerra costó más de 70 mil muertos (la mayoría, civiles), 10 mil desaparecidos, un millón de desplazados y una economía en ruinas. En segundo lugar, fueron exitosos, pues cumplieron su cometido: detuvieron la guerra por la vía diplomática e iniciaron el camino hacia la democracia a través de reformas institucionales y constitucionales que cambiaron el rol de la Fuerza Armada en la vida nacional, crearon la Policía Nacional Civil, la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos y el Tribunal Supremo Electoral, y marcaron la pauta para la transformación del sistema de justicia. Y en tercer lugar, los Acuerdos fueron ejemplo a seguir para otras naciones en guerra; demostraron que es posible detener la lucha armada a través del diálogo y la negociación entre las partes en conflicto.

Los Acuerdos de Paz fueron producto de una serie de factores internos y externos. El primer factor que los hizo posible fue que el anhelo de paz era compartido por la mayoría de salvadoreños. Las Iglesias y el movimiento social se aglutinaron en torno al logro de la paz, supeditando a este las agendas particulares. En segundo lugar, llegada a un punto, la Fuerza Armada ya no fue capaz de defender los intereses de los sectores más ricos del país; la ofensiva guerrillera de noviembre de 1989 demostró que la guerra iba para largo. Además, la masacre en la UCA deslegitimó a nivel internacional a los militares y desató enormes presiones para que las partes se sentaran a negociar. Otro factor importante fue el concurso de países amigos de El Salvador, sobre todo Francia, México y España, que lograron que la comunidad internacional, representada en las Naciones Unidas, pusieran en el centro de su agenda el proceso de paz salvadoreño. También a nivel internacional, la caída del muro de Berlín en 1990 y el consecuente fin de la Guerra Fría facilitaron la salida negociada a la guerra.

Por supuesto, los Acuerdos no fueron perfectos: dejaron fuera temas y sectores relevantes, y no todo sus objetivos se cumplieron. Ni en el proceso de negociación, ni en la implementación de los Acuerdos las víctimas fueron tomadas en cuenta; una grave injusticia que se ha mantenido hasta el presente. Además, el informe de la Comisión de la Verdad fue engavetado y la impunidad se mantuvo incólume. Los Acuerdos confiaron a los actores de aquel entonces la creación de mecanismos para luchar contra la injusticia estructural que concentra la riqueza en pocas manos, pero ningún Gobierno hasta la fecha ha querido cumplir esa tarea.

Sin embargo, los Acuerdos de Paz sentaron las bases para un país distinto. Gracias a ellos se eliminaron los antiguos cuerpos de seguridad, caracterizados por violar sistemáticamente los derechos humanos, y nació la Policía Nacional Civil. El diálogo y el debate sustituyeron a las armas como medios para resolver las diferencias. Quienes descalifican los Acuerdos son las mismas personas que hoy destruyen lo poco que el país avanzó gracias a ellos. El irrespeto a la Constitución, la desnaturalización del Tribunal Supremo Electoral y de la Policía Nacional Civil, la inoperancia de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos y del Instituto de Acceso a la Información Pública, el protagonismo de la Fuerza Armada en prácticamente todos los ámbitos de la vida pública son obra de esas personas; acciones que ponen al país en un escenario semejante al que se vivía antes de la guerra.

UCA: https://noticias.uca.edu.sv/editoriales/acuerdos-de-paz-punto-de-inflexion-en-la-historia-de-pais