The agreement with the International Monetary Fund (IMF) requires increasing the banking sector’s liquidity reserve in El Salvador from 11.5% to 15% by 2026. In November 2024, this reserve closed at 12.2%. This reserve serves as a guarantee for depositors’ savings.
The banking sector’s liquidity reserve in El Salvador remains below the levels seen before the economic crisis triggered by the COVID-19 pandemic.
As of November 2024, the indicator reached 12.2% (11.2% mandatory requirement plus an approximate surplus of 1%) relative to the deposits held by commercial banks, according to figures from the Banco Central de Reserva (BCR) (Central Reserve Bank).
Meanwhile, investments in Salvadoran government securities reached 15.7% relative to total deposits.
At the end of 2019, the liquidity reserve was at 24.9% relative to total deposits, whereas investments in government securities were just 5.93%, based on official data.
Economists describe the liquidity reserve as a “safety cushion” of deposits that banks “freeze” to guarantee all depositors’ savings. Its objective is to provide a safeguard in case of significant withdrawals. These reserves are held under the custody of the BCR.
In December of last year, the International Monetary Fund (IMF) announced a staff-level agreement for a program with El Salvador.
One of the commitments under the agreement aims to “improve financial sector fiscal buffers, among other measures, by strengthening the liquidity framework of banks early on to support continued credit growth to the private sector.”
Specifically, according to the IMF’s statement, “the liquidity reserves required from banks, currently at approximately 11.5% of deposits, will gradually reach 15% by the end of June 2026.”
“The IMF financing will strengthen the central bank’s gross reserves, thereby bolstering its capacity to respond to crises,” the IMF added.
This program would enable El Salvador to receive $1.4 billion over 40 months. Approval is expected in February of this year by the IMF Executive Board.
Economist Otto Rodríguez, former vice-president of the BCR, explained that “liquidity reserve increases are typically implemented in quarterly increments of approximately 0.25%.”
“The logical approach would be to aim to close out 2025 with a coefficient of 13% and 2026 with 15%. This implies a roughly 4% increase in the liquidity reserve requirement,” Rodríguez noted.
According to Rodríguez’s projections, the liquidity reserve would have reached $2,628.9 million by December 2024. In November of that same year, it stood at $2,421.5 million relative to total deposits.
If a gradual increase to 13% is applied, the liquidity reserve is projected to reach $3,183.6 million by December 2025, while deposits are estimated to grow to $21,216.8 million. Rodríguez estimates this projection assumes a 6.5% deposit growth rate for 2025, as reserves grow in tandem with deposits.
Another factor to consider is that, under recent reforms, cooperatives will now be regulated and required to maintain their liquidity reserves with the Central Bank, which will further increase the liquidity reserve.
“There are three factors contributing to the increase: the natural growth of deposits, the rise in the reserve coefficient, and the incorporation of cooperatives, which will be mandated to hold their liquidity reserves with the Central Bank,” the economist explained.
Rodríguez pointed out that prior to the pandemic, the liquidity reserve had remained unchanged. “It had been stable throughout almost the entire dollarization period because this reserve serves as a preventive cushion for unforeseen events, such as a bank run.”
This requirement was reduced following the declaration of a national emergency in March 2020.
“The goal should be to keep it as high as possible,” Rodríguez emphasized. Looking ahead, he suggests implementing a liquidity fund.
In his view, the ideal scenario would be for two-thirds of the 15% target liquidity reserve to remain with the Central Bank, while 5% could be “invested by financial institutions in highly liquid and low-risk international securities.” This is already included in the Ley de Bancos (Banking Law).
La reserva de liquidez de la banca en El Salvador sigue sin recuperar el nivel previo a la crisis
El acuerdo con el FMI implica subir la reserva de liquidez de la banca en El Salvador desde un 11.5% hasta un 15% en 2026. En noviembre de 2024 cerró en 12.2%. Esta reserva es una garantía para los depósitos de los ahorrantes.
La reserva de liquidez de la banca en El Salvador aún está por debajo del nivel que tenían previo a la crisis que desató la pandemia de covid-19.
El indicador alcanzó un 12.2% (11.2% del requerimiento más un excedente de un 1% , aproximadamente) en noviembre de 2024, en relación con los depósitos que están resguardados por la banca comercial, según cifras del Banco Central de Reserva (BCR).
En tanto, las inversiones en títulos valores del Gobierno salvadoreño alcanzaron un 15.7% en relación con los depósitos totales.
A finales de 2019, la reserva de liquidez alcanzó un 24.9% en relación con los depósitos totales, mientras que las inversiones en títulos gubernamentales eran de apenas un 5.93%, de acuerdo con datos oficiales.
La reserva de liquidez es un “colchón” de depósitos que se le “congela” a los bancos para utilizarlo como garantía de todos los depósitos de las personas, según explican economistas. Su objetivo es responder ante cualquier salida de depósitos. Estas reservas están en custodia del BCR.
En diciembre del año pasado, el Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció un acuerdo a nivel de su personal técnico para un programa con El Salvador.
Uno de los compromisos, en el marco de ese acuerdo, es “mejorar los colchones fiscales del sector financiero, entre otras cosas mediante un refuerzo temprano del marco de liquidez de los bancos que también apoye el crecimiento continuado del crédito al sector privado”.
En concreto, según el comunicado que publicó el FMI, “las reservas de liquidez exigidas a los bancos, que actualmente se ubican en el equivalente de 11.5% de los depósitos, alcanzarán gradualmente el 15% a finales de junio de 2026”.
“El financiamiento del FMI fortalecerá las reservas brutas del banco central, reforzando así su capacidad para hacer frente a las crisis”, agregó el organismo.
Lo anterior porque el programa al que se sometería El Salvador permitiría el desembolso de $1,400 millones durante 40 meses.
La aprobación está prevista para febrero de este año, por parte del directorio del FMI. El economista Otto Rodríguez, exvicepresidente del BCR, explicó que “cuando se suben las reservas de liquidez se hacen en 0.25% trimestrales, por así decirlo”.
“Lo lógico sería tratar de cerrar el 2025 con un coeficiente del 13% y el 2026 con un coeficiente del 15%, eso implica que se aumentaría más o menos en 4% el requerimiento de reserva de liquidez”, acotó.
Según las proyecciones de Rodríguez, la reserva de liquidez habría alcanzado los $2,628.9 millones en diciembre de 2024. En noviembre sus existencias eran de $2,421.5 millones con respecto al total de depósitos.
De aplicarse un aumento gradual de este requerimiento como, por ejemplo al 13%, la reserva de liquidez llegaría a $3,183.6 millones en diciembre de 2025 y los depósitos a $21,216.8 millones, estima Rodríguez.
Esta proyección supone una tasa de crecimiento del 6.5% de los depósitos para 2025, pues las reservas también crecen en función de cómo crecen los depósitos.
Otro factor que hay que tomar en cuenta es que con las últimas reformas las cooperativas pasarán a ser reguladas y tendrán que llevar sus reservas de liquidez al Banco Central, lo que haría que la reserva de liquidez aumente también.
“Son tres aumentos: el aumento natural de los depósitos, el aumento del coeficiente y la incorporación de las cooperativas, que les va obligar a tener la reservas de liquidez en el Banco Central”, detalló el economista.
Rodríguez recordó que antes de la pandemia no se había tocado la reserva de liquidez “había estado estable casi todo el periodo de la dolarización, porque este es un ‘colchón’ de prevención ante imprevistos, ante corridas de depósitos”.
Este requerimiento fue disminuyendo luego de decretarse la emergencia nacional en marzo del 2020.
“Lo deseable es que sea lo más alto posible”, agregó. Rodríguez considera que a futuro se podría implementar un fondo de liquidez.
En su opinión, lo ideal es que del 15% al que llegaría la reserva de liquidez, dos terceras partes estén en el BCR y un 5% sea “invertido por las instituciones financieras en títulos valores internacionales de alta liquidez y bajo riesgo”, lo que ya está incluido en la Ley de Bancos.