Congress created TPS in 1990 to prevent deportations to countries suffering from natural disasters or civil strive, giving people authorization to work in increments of up to 18 months at a time.
About 1 million immigrants from 17 countries are protected by TPS, including people from Venezuela, Haiti, Honduras, Nicaragua, Afghanistan, Sudan and Lebanon. Salvadorans are one of the largest beneficiaries, having won TPS in 2001 after earthquakes rocked the Central American country.
TPS for Salvadorans was to expired in March 2025 and was extended until Sept. 9, 2026.
Trump and his running mate, JD Vance, suggested they would scale back the use of TPS and policies granting temporary status as they pursue mass deportations. During his first administration, Trump ended TPS for El Salvador but was held up in court.
DHS said the extension of TPS for 234,000 Salvadorans that currently are TPS beneficiaries is based on geological and weather events. Significant storms and heavy rainfall in 2023 and 2024 continued to affect areas heavily impacted by earthquakes in 2001.
In the last months advocates have increased pressure on the Biden administration to ask for TPS extensions for those who already have it, and to protect people from other countries, like Guatemala and Ecuador.
“This extension is just a small victory,” said Felipe Arnoldo Díaz, an activist with the National TPS Alliance. “Our biggest concern is that after El Salvador, there are countries whose TPS are expiring soon and are being left out, like Venezuela, Nepal, Sudan, Nicaragua, and Honduras”.
The money that Salvadorans send home is a major economic support for the Central American country, potentially complicating efforts to end TPS for an ally of the U.S. Trump has had warm relations with El Salvador President Nayib Bukele, who worked closely with him on preventing illegal immigration to the U.S. Remittances amount to about $7.5 billion a year.
Bukele is immensely popular, largely because his heavy-handed security efforts have eviscerated the country’s street gangs.
In March 2022, El Salvador’s gangs killed 62 people in hours, prompting its congress to allow a “state of exception” for Bukele to crack down, suspending some constitutional rights and granting more police powers. More than 83,000 people have been arrested since, most jailed without due process.
El Salvador ended 2024 with a record low 114 homicides. In 2015, El Salvador had 6,656 homicides, making it one of the world’s deadliest countries.
For José Palma, a 48 year-old Salvadoran who has lived in the U.S. since 1998, the extension means he can still work legally in Houston. He is the only in his family with temporary status; his four children were born U.S. citizens and his wife is a permanent resident. If TPS was not extended he could be deported and separated from the rest of the family.
“It brings me peace of mind, a breath of fresh air. That’s 18 more months of being protected,” Palma said. “It offers me stability”.
Palma, who works as an organizer at a day laborer organization, sends about $400 a month to his 73-year-old mother, who is retired and does not have any income.
Biden permite a 800,000 venezolanos y salvadoreños permanecer durante 18 meses mientras Trump prepara medidas drásticas contra la inmigración
El Congreso creó el Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) en 1990 para evitar deportaciones a países que enfrentan desastres naturales o conflictos civiles, otorgando autorización para trabajar en períodos de hasta 18 meses a la vez.
Alrededor de un millón de inmigrantes de 17 países están protegidos por TPS, incluidos personas de Venezuela, Haití, Honduras, Nicaragua, Afganistán, Sudán y Líbano. Los salvadoreños son de los mayores beneficiarios, habiendo obtenido TPS en 2001 después de que terremotos sacudieran al país centroamericano.
El TPS para los salvadoreños iba a expirar en marzo de 2025, pero se extendió hasta el 9 de septiembre de 2026.
Trump y su compañero de fórmula, JD Vance, han sugerido que reducirán el uso de TPS y las políticas que otorgan estatus temporal mientras persiguen deportaciones masivas. Durante su primera administración, Trump terminó el TPS para El Salvador, aunque fue bloqueado en los tribunales.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) informó que la extensión del TPS para 234,000 salvadoreños beneficiarios actualmente se basa en eventos geológicos y climáticos. Las tormentas significativas y las fuertes lluvias de 2023 y 2024 continuaron afectando las zonas gravemente impactadas por los terremotos de 2001.
En los últimos meses, los defensores han intensificado la presión sobre el gobierno de Biden para solicitar extensiones de TPS para quienes ya lo tienen y para proteger a personas de otros países, como Guatemala y Ecuador.
“Esta extensión es apenas una pequeña victoria”, señaló Felipe Arnoldo Díaz, activista de la Alianza Nacional TPS. “Nuestra mayor preocupación es que, después de El Salvador, hay países cuyos TPS están venciendo pronto y se están quedando fuera, como Venezuela, Nepal, Sudán, Nicaragua y Honduras”.
El dinero que los salvadoreños envían a casa es un apoyo económico importante para el país centroamericano, lo que potencialmente complica los esfuerzos para terminar el TPS para un aliado de los EE.UU. Trump ha mantenido relaciones cercanas con el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, quien trabajó estrechamente con él para prevenir la inmigración ilegal hacia los EE.UU. Las remesas alcanzan aproximadamente $7.5 mil millones al año.
Bukele es inmensamente popular, en gran parte debido a sus contundentes esfuerzos de seguridad que han prácticamente desmantelado a las pandillas del país.
En marzo de 2022, las pandillas de El Salvador asesinaron a 62 personas en pocas horas, lo que llevó a su Congreso a permitir un “régimen de excepción” que dio más poderes a la policía y suspendió algunos derechos constitucionales. Desde entonces, más de 83,000 personas han sido arrestadas, la mayoría encarceladas sin debido proceso.
El Salvador cerró 2024 con un mínimo histórico de 114 homicidios. En 2015, el país registró 6,656 homicidios, lo que lo convirtió en uno de los más mortíferos del mundo.
Para José Palma, un salvadoreño de 48 años que ha vivido en Estados Unidos desde 1998, la extensión significa que puede seguir trabajando legalmente en Houston. Él es el único en su familia con estatus temporal; sus cuatro hijos nacieron ciudadanos estadounidenses y su esposa es residente permanente. Si no se hubiera extendido el TPS, podría haber sido deportado y separado del resto de su familia.
“Me da tranquilidad, un respiro. Eso significa 18 meses más de protección”, expresó Palma. “Me ofrece estabilidad”.
Palma, quien trabaja como organizador en una organización de jornaleros, envía alrededor de $400 al mes a su madre de 73 años, quien está jubilada y no tiene ingresos.