“The greatest attack on water, health, and life in El Salvador is realized,” declared the Asociación de Desarrollo Económico y Social Santa Marta (ADES Santa Marta, Association for Economic and Social Development Santa Marta), following the approval of the General Metallic Mining Law, opening the door to extractive industries in the national territory.
“The Assembly repeals the mining prohibition, despite the rejection of churches, universities, social organizations, and the majority of the population,” noted the association.
The Law against mining was the result of a struggle by various environmental organizations and the Catholic Church that spanned at least a decade until the now-defunct “Law on the Prohibition of Metallic Mining,” which was enacted in 2017, was realized.
“It is a concerning situation; we had been seeing the results, but given the voices that have spoken out in recent days, we thought it would have a different resolution than what we managed to hear,” stated Vidalina Morales, president of ADES Santa Marta.
“Personally, what happened causes much indignation and anger because they have not been able to assess the environmental situation we already have in the country and the complications it will generate,” stated the environmental leader, arguing that “the always impoverished will bear the brunt of the absurd decision by the lawmakers.”
Hours before this decision was finalized, Morales emphasized the plea to lawmakers aligned with the government: “Lawmakers of Nuevas Ideas, reconsider or you will be remembered as the worst legislators in this country,” she stated.
Environmental organizations, ecofeminists, and others fighting for the defense of environmental resources joined together to condemn the measures taken.
“We strongly condemn the decision by President Nayib Bukele’s government to reverse the promotion of metallic mining in the country, knowing the grave impacts that extractive activity by mining companies has on water, life, and health,” stated a communiqué from the Table Against Metallic Mining in El Salvador.
The approval of the Mining Law has been labeled as “the coup de grâce for water” by social organizations, representatives of the Catholic Church, and environmental groups who gathered for the second time, Monday morning, in front of the Legislative Assembly to demand that lawmakers legislate in favor of the population without exposing it to the devastating effects of mining in a highly populated country that already struggles to provide water.
It is estimated that more than 4 million Salvadorans will be directly affected by the incorporation of this activity.
Faced with a bleak scenario, environmentalists hold that mining brings various factors that degrade the lives of communities near the projects by deforesting large amounts of land for exploration, followed by water scarcity and contaminated soils that are unviable for planting.
According to Article 8 of the new law, “in the most malicious way possible, reference is made to the prohibition of mercury use in the mining cycle,” but nothing is said about the rest of the chemicals used to separate gold from rocks, such as cyanide, lead, and arsenic.
Carlos Flores, a member of the Water Forum, explained that in the proposed law there are several “ruses” or deceptive phrases where the state is placed only at the initial stage of the mining cycle, concerning accidents and the remediation or mine closure process.
“We are talking about if we have a business, I agree as a State to assume the costs and people can assume the illness,” since international companies would take care of transporting and selling the gold.
Flores noted that authorities are not specifying what will happen with acid drainage.
Recently, the case of the Eagle Mine project in Yukon, Canada was revealed, where the collapse of a structure caused the spill of waters contaminated with cyanide into nearby rivers, for which $150 million from taxes has been allocated to begin an environmental remediation process, making civil organizations see incompatibility between these types of activities and human life.
Church Support for Communities
“It seems that the money is not enough and we have to look for it beneath the mountains, destroying forests and aquifers. Yes to life!” stated Fray Edison Zamora, coordinator of Justice and Peace of the Franciscan Order.
Once again, members of the Catholic Church were present to support the demands of indigenous communities and environmental movements.
Fray Zamora argued that with this action, lawmakers “become accomplices with Herod, they will be other Herods who seek to kill the innocent, the small, the future generations, because that is what the mining project brings, death and destruction.”
Experts have warned that even recycling water, El Salvador needs 3,700 liters of water for every ounce of gold extracted.
EDH: https://www.elsalvador.com/noticias/nacional/se-consuma-mayor-atentado-agua/1189538/2024/
ADES Santa Marta: Se consuma el mayor atentado contra el agua
“Se consuma el mayor atentado contra el agua, la salud y la vida en El Salvador”, sentenció la Asociación de Desarrollo Económico y Social Santa Marta, tras aprobarse la Ley General de Minería Metálica, y abrir las puertas a la industria extractiva en el territorio nacional.
“La asamblea deroga la prohibición de la minería, a pesar del rechazo de las iglesias, las universidades, las organizaciones sociales y la mayoría de la población”, señaló la asociación.
La Ley contra la minería era el resultado de una lucha de diferentes organizaciones ambientalistas y la Iglesia Católica que se extendió durante al menos una década hasta concretarse la ahora extinta “Ley de Prohibición de la Minería Metálica” que se emitió en 2017.
“Es una situación preocupante, ya veníamos viendo los resultados, pero ante las voces que se han pronunciado en los últimos días pensábamos que iba a tener una resolución diferente a la que logramos escuchar”, señaló Vidalina Morales, presidenta de la ADES Santa Marta.
“En lo personal, lo que se dió causa mucha indignación y rabia, porque no han podido valorar la situación ambiental que ya tenemos en el país y las complicaciones que va generar”, señaló la líder ambientalista argumentando que “los empobrecidos de siempre nos llevaremos la peor parte ante la absurda decisión de los señores legisladores”.
Horas antes de concretarse esta decisión Morales recalcó el llamado a los diputados afín al gobierno: “Diputados de Nuevas Ideas recapaciten o serán recordados como los peores legisladores de este país”, sentenció.
Organizaciones ambientalistas, ecofeministas y otras que luchan en la defensa de los recursos ambientales se sumaron para condenar las medidas tomadas.
“Condenamos enérgicamente la decisión del gobierno del presidente Nayib Bukele de revertir la promoción de la minería metálica en el país a sabiendas de los graves impactos que la actividad extractiva por medio de las empresas mineras ocasionan para el agua, la vida y la salud”, señaló un comunicado de la Mesa Frente a la Minería Metálica de El Salvador.
La aprobación de la Ley de minería ha sido catalogada como “el tiro de gracia para el agua” por organizaciones sociales, representantes de la Iglesia Católica y grupos ambientalistas que se plantaron por segunda vez, el lunes por la mañana, frente a la Asamblea Legislativa para exigir a los diputados legislar en favor de la población sin exponerla a los devastadores efectos de la minería en un país altamente poblado y que ya tiene problemas para abastecerse de agua.
Se estima que más de 4 millones de salvadoreños se verán directamente afectados con la incorporación de esta actividad.
Ante un escenario poco alentador, los ambientalistas sostienen que la minería arrastra diferentes factores que degradan la vida de las comunidades aledañas a los proyectos al deforestar grandes cantidades de terreno para exploración, seguido de escasez de agua y suelos contaminados que son inviables para la siembra.
Según el artículo 8 de la nueva ley “de la forma más maliciosa posible, se hace referencia a la prohibición del uso del mercurio en el ciclo minero”, pero no se menciona nada sobre el resto de químicos empleados para separar el oro de las rocas tales como el cianuro, plomo, arsénico.
Carlos Flores, miembro del Foro del Agua, explicó que en la propuesta de Ley existen varios “ardides” o frases engañosas donde se ubica al Estado únicamente en el proceso inicial del ciclo minero, frente a la ocurrencia de accidentes y el proceso de remediación o cierre minero.
“Estamos hablando que si tenemos un negocio, yo estoy de acuerdo como Estado en asumir los costes y la gente puede asumir la enfermedad”, debido a que las empresas internacionales se encargarían del transporte y venta de oro.
Flores señaló que las autoridades no están especificando que va suceder con el drenaje ácido.
Recientemente se dio a conocer el caso del proyecto minero Eagle Mine, en Yukon, Canadá donde el colapsó de una estructura generó el derrame de aguas contaminadas con cianuro en los ríos más cercanos, para lo que se ha destinado $150 millones provenientes de los impuestos para iniciar un proceso de remediación ambiental, por lo que las organizaciones civiles no ven compatibilidad entre este tipo de actividades y la vida humana.
Respaldo de la iglesia a las comunidades
“Pareciera que el dinero no alcanza y hay que ir a buscarlo por debajo de las montañas destruyendo los bosques y los mantos acuíferos. ¡Si a la vida!”, Fray Edison Zamora, coordinador de Justicia y Paz de la Orden Franciscana.
Nuevamente los miembros de la Iglesia Católica se hicieron presentes para respaldar la exigencia de las comunidades indígenas y movimientos ambientales.
Fray Zamora argumentó que con está acción los legisladores “se hacen cómplices con herodes, serán otros herodes que buscan matar a los inocentes, pequeños, a las futuras generaciones, porque eso es lo que trae el proyecto de minería, la muerte y destrucción”.
Los expertos han advertido que aún reciclando agua, en El Salvador se necesitan 3,700 litros de agua por cada onza de oro extraída.
EDH: https://www.elsalvador.com/noticias/nacional/se-consuma-mayor-atentado-agua/1189538/2024/