Individuals under state custody are not receiving medical care from healthcare professionals within the penitentiaries, which violates their right to health, according to a report presented by the Unidad de Defensa de Derechos Humanos y Comunitarios de El Salvador (Unidech) (Human Rights and Community Defense Unit of El Salvador).
Invania Cruz, Unidech’s representative, explained that the study was conducted using an exploratory approach through interviews with 19 individuals who were released under alternative measures to imprisonment due to health reasons.
The report includes the testimony of a doctor who spent almost two years in prison and was responsible for collecting data on inmates with chronic illnesses who were admitted to La Esperanza (Mariona) prison when the state of exception began in March 2022.
“We have a professional technical aspect in the report coming from a common prisoner, from 2021 to 2023, a doctor who was working in the Mariona and Santa Ana clinic; this doctor is now free and currently in exile,” stated Cruz.
According to the Unidech report, the healthcare professional recounted how the lack of medical care and medication worsened with the arrival of detainees under the state of exception.
“In the first weeks of April, the first people deprived of freedom due to the state of exception began to arrive; I was a witness from the very moment they started entering Mariona prison. The custodians began the torture; they were cruelly mistreated physically and psychologically from the moment they set foot in that prison,” reads part of the testimony from the doctor identified in the report as Henríquez.
The Unidech spokesperson explained that Dr. Henríquez was the only inmate medical support in Mariona prison’s clinic and was assigned to gather data on new inmates captured in the context of the state of exception.
The doctor asserts that he documented the entry of individuals with chronic illnesses, yet they were not given any medication, nor were they provided with medical attention or follow-up, even though many were hypertensive, diabetic, asthmatic, epileptic, or had thyroid issues. However, “there was an order from the director of the Mariona prison that these inmates were not to be treated by the clinic, except in cases where they were agonizing,” the report states.
“On the first day people from the state of exception arrived at Mariona, there was a person convulsing. I took down their information after the convulsion, and they told me they had spent 15 days in holding cells without treatment, lacking their medication (carbamazepine), leading to frequent convulsions,” Henríquez asserted.
The doctor added that this inmate was beaten by the guards and died the following day, but the cause of death was recorded as Covid-19.
Other situations reported in the document include how overcrowding due to the detentions under the state of exception resulted in not separating inmates with contagious diseases like tuberculosis and HIV-AIDS, posing a risk to the entire prison population.
Testimonio de médico indica que reos no reciben atención de salud adecuada, señala informe
Las personas bajo custodia del Estado no reciben atención médica por parte de profesionales de la medicina dentro de los centros penales lo que vulnera el derecho a la salud, señala un informe presentado por la Unidad de Defensa de Derechos Humanos y Comunitarios de El Salvador (Unidech).
Invania Cruz, representante de Unidech, explicó que el estudio fue realizado desde un enfoque exploratorio a través de entrevistas realizadas a 19 personas que han sido liberadas bajo medidas alternas a la prisión por motivos de salud.
El informe incluye el testimonio de un médico de profesión que estuvo casi dos años en prisión y fue el encargado de hacer el levantamiento de datos de las personas con padecimientos crónicos que ingresaron en el penal La Esperanza (Mariona) cuando inició el régimen de excepción en marzo de 2022.
“Tenemos en la investigación del informe una parte técnica profesional, que fue preso común, desde 2021 hasta 2023, un médico que estuvo laborando en la clínica de Mariona y de Santa Ana, este médico actualmente también tiene libertad y se encuentra exiliado”, aseguró Cruz.
Según el informe de Unidech el profesional de la salud relató cómo la falta de atención médica y la carencia de medicamentos se agravó con la llegada de los capturados en régimen de excepción.
“Las primeras semanas de abril comienza la llegada de los primeros privados de libertad por el régimen, yo fui testigo desde el momento cero que comenzaron a entrar al penal de Mariona, los custodios comenzaban la tortura, eran maltratados de forma física y psicológica, de una forma muy cruel, desde que ponían un pie en ese penal”, se lee en parte del testimonio del doctor que ha sido identificado en el informe como Henríquez.
La vocera de Unidech explicó que el doctor Henríquez era el único reo médico de apoyo en la clínica de la cárcel de Mariona y fue designado para levantar los datos de los privados de libertad que ingresaban, luego de ser capturados en el contexto del régimen de excepción.
El médico asegura que hizo el registro de las personas que ingresaban con enfermedades crónicas, pero no se les brindó ningún medicamento, no se les dio atención ni seguimiento médico, pese a que muchos de ellos eran hipertensos, diabéticos, asmáticos, epilépticos, con problemas de tiroides, pero “había orden del director del penal (Mariona), que estos no iban a ser atendidos por la clínica, únicamente excepciones, como los casos que estuvieran agonizando”, indica el informe.
“El primer día que ingresaron las personas del régimen a Mariona, estaba una persona convulsionando, le tome los datos después de la convulsión y me dijo que había estado 15 días en las bartolinas y que no había tenido tratamiento, le faltaba su medicamento (carbamazepina) y por eso estaba convulsionando a cada momento”, aseguró Henríquez.
El médico agregó que este reo fue golpeado por los custodios y al día siguiente murió, pero la causa de su muerte fue registrada como Covid-19.
Otras de las situaciones denunciadas en el informe es que con el hacinamiento provocado por las detenciones del régimen, ya no se separó a los privados de libertad con enfermedades como tuberculosis y VIH-Sida poniendo en riesgo a toda la población penitenciaria.