U.S. Congressman Denounces Atmosphere of Fear and Human Rights Violations in El Salvador — Congresista denuncia ambiente de temor y violaciones de derechos en El Salvador

Dec 12, 2024

James Patrick McGovern asserts that defending human rights does not make individuals or institutions opponents of the current government. — James Patrick McGovern afirma que defender derechos humanos no convierte a las personas o instituciones en oposición al gobierno en turno.

U.S. Congressman James Patrick McGovern stated that El Salvador is experiencing an atmosphere of fear nearly as severe as the one he witnessed during the country’s civil war in the 1980s.

The congressman, also known as Jim McGovern, spoke before the Tom Lantos Human Rights Commission in the United States on Tuesday. The hearing focused on the impact of the current state of exception in El Salvador on human rights, with participation from both Salvadoran and international civil organizations.

“We call for an approach to combating gang violence that does not simply strip Salvadoran citizens of their basic rights. Today, we are here to express the same concerns and more,” the U.S. official stated during the hearing.

McGovern mentioned that during his visit in November to commemorate the 35th anniversary of the Jesuit priests in El Salvador, he spoke with citizens and found an atmosphere of fear and self-censorship.

“To be honest, it was as grave as what I witnessed during the civil war,” McGovern warned.

He acknowledged that no one disputes the Salvadoran government’s obligation to address gang violence. However, he emphasized that the state also has the duty to respect, protect, and guarantee the human rights of its citizens, as it has voluntarily ratified all major international treaties on the matter.

McGovern presented evidence to the United States and the international community that detainees are regularly deprived of their rights to food, sanitation, and healthcare. Additionally, 265 individuals have died in custody or shortly after being released, including four newborn children.

“Hundreds of children remain detained. Meanwhile, it’s not even clear if the government’s published statistics on reduced homicide rates are accurate,” McGovern added.

He also shared findings from a former U.S. Army Special Forces commander, who discovered that the Salvadoran government has underestimated homicides by as much as 47%, excluding bodies found in mass graves, police killings, and prison homicides.

Leonor Arteaga, from the Fundación para el Debido Proceso (DPLF, Due Process of Law Foundation), stated during the hearing that the state of exception is being used to maintain control over the population and instill fear.

“Critics of the government’s authoritarian tendencies point out that this sets a dangerous precedent, suggesting that it’s acceptable—or even essential—for a government to eliminate human rights protections in the name of public safety. The state of exception has created a framework for the systematic commission of human rights abuses, as well-documented by both Salvadoran and international organizations,” Arteaga explained.

She also pointed to an increase in militarization, particularly in marginalized communities previously dominated by gangs, alongside other concerning developments.

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The DPLF detailed that some deaths under the state of exception could be classified as extrajudicial executions under international law, meaning the deliberate killing of individuals outside any legal framework. It further suggested that some of the documented cases of torture, forced disappearances, and extrajudicial executions could constitute crimes against humanity, implying the existence of a coordinated plan or policy that involves a chain of command within the Salvadoran government.

“If crimes against humanity are being committed, they are likely ordered, or at least known, by top government officials, including President Nayib Bukele,” said Arteaga.

Noah Bullock, Executive Director of Cristosal, asserted that many victims of forced displacement due to gang violence are now victims of government power abuses.

Since the beginning of the state of exception, Cristosal has documented nearly 3,500 arbitrary detentions and 320 deaths in custody caused by acts of torture, supported by documentary, testimonial, and photographic evidence.

“Our legal team analyzed 1,178 detention cases during the state of exception to provide assistance, and in 100% of the cases, we found no legal basis to justify the detentions,” Bullock stated.

Cristosal also reported the death of four newborns due to the arrests of their mothers under the state of exception.

Furthermore, Cristosal confirmed the dismissal of 139 individuals for participating in recent “white marches.” Salvadoran unions have reported the detention of over 20 union leaders under the state of exception, with at least one having died in custody.

Ana María Méndez Dardón, Central America Director at the Washington Office on Latin America (WOLA), argued that the co-optation of the justice system poses a threat to democracy itself.

“Good security measures should be accompanied by an efficient and independent justice system, which, unfortunately, has become a tool for repressive criminalization incapable of addressing structural impunity,” remarked the WOLA representative.

Juan Papier reported that researchers from Human Rights Watch (HRW) visited the departments of San Salvador, Sonsonate, and Cuscatlán, reviewing official records and interviewing over 90 individuals, including abuse victims, judges, police officers, and others.

He also noted that repeated requests for information from the government yielded no substantive responses in most cases.

EDH: https://www.elsalvador.com/noticias/nacional/guerra-civil-de-el-salvador-audiencias-estados-unidos/1187129/2024/

Congresista denuncia ambiente de temor y violaciones de derechos en El Salvador

El congresista estadounidense James Patrick McGovern afirmó que El Salvador vive una atmósfera de miedo casi tan grave como la que presenció también en el país para el contexto de la guerra civil de la década de los 80.

El congresista, también conocido como Jim McGovern, dijo ante la Comisión de Derechos Humanos Tom Lantos de Estados Unidos este martes durante una audiencia sobre el impacto en los derechos humanos del actual estado de excepción en El Salvador en la que participaron organizaciones civiles salvadoreñas e internacionales.

“Hacemos un llamado a adoptar un enfoque para combatir la violencia de pandillas que no implique simplemente despojar a los ciudadanos salvadoreños de sus derechos básicos. Hoy estamos aquí para expresar las mismas preocupaciones y más”, expresó en la audiencia el funcionario estadounidense.

Además, dijo que cuando vino en noviembre al país por el 35° aniversario de los sacerdotes jesuitas en el país y conversó con los ciudadanos, lo que encontró fue una atmósfera de miedo y autocensura.

“Siendo honesto, era tan grave como lo que presenció durante la guerra civil”, advirtió McGovern.

Indicó que absolutamente nadie disputa que el gobierno salvadoreño estaba y está obligado a responder ante la violencia de las pandillas. Sin embargo, enfatizó en que el Estado salvadoreño también tiene la obligación de respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de los ciudadanos, ya que ha ratificado voluntariamente todos los principales tratados internacionales en la materia.

McGovern expuso a los Estados Unidos y a la vista internacional que las personas encarceladas son regularmente privadas de su derecho a la alimentación, el saneamiento y la salud. Además, que 265 personas han muerto bajo custodia o poco después de ser liberadas, incluidos cuatro niños recién nacidos. 

“Cientos de niños permanecen detenidos, mientras tanto, ni siquiera está claro si las estadísticas que el gobierno publica sobre la reducción de las tasas de homicidio son verdaderas”, expuso.

También expuso que un excomandante de las Fuerzas Especiales del Ejército de los Estados Unidos (sin mencionar el nombre) descubrió que el gobierno salvadoreño ha subestimado los homicidios en hasta un 47%, excluyendo cuerpos encontrados en fosas comunes, asesinatos policiales y homicidios en prisión.

De la Fundación para el Debido Proceso (DPLF, por sus siglas en inglés) Leonor Arteaga, mencionó en la audiencia que se está utilizando el régimen para mantener el control de la población y generar miedo. 

“Los críticos de las tendencias autoritarias del gobierno señalan que esto ha sentado un peligroso precedente, indicando que es aceptable, o incluso esencial, para un gobierno eliminar la protección de los derechos humanos en nombre de la seguridad pública. El régimen de excepción ha creado un marco para la comisión sistemática de abusos contra los derechos humanos, algo que ha sido bien documentado por organizaciones salvadoreñas e internacionales”, expresó la representante de la DPLF.

También señala un aumento en la militarización, particularmente en comunidades marginadas que anteriormente estaban dominadas por pandillas, así como otras medidas preocupantes.

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La DLPF detalló que algunas de las muertes bajo el régimen pueden clasificarse como ejecuciones extrajudiciales según el derecho internacional, es decir, el asesinato deliberado de individuos fuera de cualquier marco legal. También es probable que algunas de las torturas, desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales documentadas puedan constituir crímenes de lesa humanidad, lo cual implicaría la existencia de un plan o política para llevarlas a cabo, involucrando una cadena de mando de actores gubernamentales en El Salvador. 

“Si se están cometiendo crímenes de lesa humanidad, es probable que sean ordenados, o al menos conocidos, por altos funcionarios del gobierno, incluido el presidente Nayib Bukele”, dijo Arteaga.

El director ejecutivo de Cristosal, Noah Bullock, aseveró que muchas de las víctimas de desplazamiento forzado a raíz de las pandillas, ahora son víctimas de los abusos del poder gubernamental.

Desde el inicio del régimen de excepción Cristosal ha identificado cerca de 3,500 detenciones arbitrarias además de 320 muertes bajo prisión causados por actos de tortura, esto sustentando por investigación documental, testimonial y fotográfica.

“Nuestro equipo legal ha analizado 1,178 casos de detenciones durante el régimen de excepción para asistir, en el 100 % de los casos no encontramos base legal para justificar las detenciones”, afirmó Bullock.

Cristosal informó que recoge el dato de cuatro recién nacidos muertos a causa de las capturas bajo el régimen de sus madres.

Además, Cristosal indicó que confirmaron el despido de 139 personas por haber participado en las recientes marchas blancas, “los sindicatos en El Salvador han registrado más de 20 líderes sindicales detenidos bajo el régimen de excepción, y al menos uno de ellos ha muerto bajo custodia”.

Ana María Méndez Dardón, directora para Centroamérica de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), sostuvo que la cooptación del sistema de justicia representa una amenaza para la democracia misma.  

“Las buenas medidas de seguridad deberían ir acompañadas de un sistema de justicia eficiente e independiente que, lamentablemente, se ha convertido en una herramienta de criminalización represiva incapaz de abordar la impunidad estructural”, expresó la representante de la WOLA.

Juan Papier informó que Investigadores de Human Rights Watch (HRW) visitaron los departamentos de San Salvador, Sonsonate y Cuscatlán. Revisaron registros oficiales y entrevistaron a más de 90 personas, incluyendo víctimas de abusos, jueces, oficiales de policía, entre otros.  

También, expuso que solicitaron repetidamente información al gobierno, pero en la mayoría de los casos no proporcionaron una respuesta sustantiva.

EDH: https://www.elsalvador.com/noticias/nacional/guerra-civil-de-el-salvador-audiencias-estados-unidos/1187129/2024/