Legislative Decree 639 contains the Law Prohibiting Metallic Mining in El Salvador, approved in 2017. Given the recent presidential announcement and the ensuing public discussion, it is essential to understand its provisions and justifications to debate a possible reform or repeal.
Article 1 establishes that the purpose of the law is “to prohibit metallic mining on the surface and in the subsoil of the territory of the Republic.” In this regard, Article 3 specifies the prohibition for the Executive Branch, stating that “no institution, regulation, administrative act, or resolution shall authorize the exploration, exploitation, extraction, or processing of metallic minerals in El Salvador or grant licenses, permits, contracts, or concessions for those same purposes.” Article 2 defines the scope of the prohibition, banning all metallic mining practices, including open-pit or underground activities.
The justifications for approving this law were the environmental impact of this economic activity, particularly given the current environmental deterioration of the country. For instance, in 2010, the United Nations Environment Programme ranked El Salvador as the second most environmentally degraded country in the Americas, after Haiti. Consequently, the environmental impact of this commercial activity on water resources poses “a threat to sustainable development and the wellbeing of Salvadoran families,” according to the recitals of the cited law.
These concerns were also substantiated through multiple studies, statements, and opinions from social organizations and national and international experts. Moreover, as one of the law’s recitals recalls, the Strategic Environmental Assessment of the Metallic Mining Sector, conducted by the Ministry of Environment and Natural Resources, concluded that “the conditions of vulnerability in El Salvador represent a significant barrier to the country’s ability to ensure effective metallic mining with controls over its environmental and social risks, while achieving a positive contribution to the country’s social and economic development.” It was within this context that the law was passed with overwhelming political and social consensus.
The Constitution of El Salvador, concerning the economic framework, includes multiple provisions under Title V that address various areas of the country’s economic activity. Notably, Article 102 stipulates that “economic freedom is guaranteed, insofar as it does not conflict with social interest.” This idea is echoed in multiple provisions and developed further in jurisprudence. The central idea that the reader should understand is this: all industrial activity must serve society.
Additionally, the Constitution in Article 1 states, “El Salvador recognizes the human person as the source and objective of State activities, which is organized for the attainment of justice, legal security, and the common good.” It continues by saying, “Consequently, it is the obligation of the State to ensure the inhabitants of the Republic the enjoyment of freedom, health, culture, economic well-being, and social justice.” These are precisely the factors we must consider when reviewing this law and public mining policy in El Salvador: Does this decision ensure the common good and the health of the inhabitants of the Republic? Does this decision conflict with the social interest?
LPG: https://www.laprensagrafica.com/opinion/Sobre-la-mineria-metalica-en-El-Salvador-20241206-0099.html
Sobre la minería metálica en El Salvador
El Decreto Legislativo 639 contiene la Ley de Prohibición de la Minería Metálica en El Salvador, aprobada en 2017. Dado el reciente anuncio presidencial y la conversación pública al respecto, conviene conocer su contenido y justificaciones para debatir una eventual reforma o derogatoria.
El artículo 1 establece que el objeto de la Ley es “prohibir la minería metálica en el suelo y el subsuelo del territorio de la República.” En ese sentido, el artículo 3 expresa la prohibición para el Órgano Ejecutivo, en el sentido que “ninguna institución, norma, acto administrativo o resolución podrá autorizar la exploración, explotación, extracción o procesamiento de minerales metálicos en El Salvador u otorgar licencias, permisos, contratos o concesiones para esos mismos fines.” El artículo 2 contempla el alcance de la prohibición, primero prohibiendo todas las prácticas de la minería metálica, incluyendo las actividades a cielo abierto o subterráneo.
Las justificaciones para aprobar esta Ley fueron el impacto de esta actividad económica en el medio ambiente, en especial dado el actual deterioro ambiental del país. Por ejemplo, en 2010 el Programa de Medio Ambiente de las Naciones Unidas clasificó a El Salvador como el segundo país de mayor deterioro ambiental en América, después de Haití. Entonces, el impacto ambiental en el recurso agua de esta práctica comercial vuelve “una amenaza para el desarrollo sostenible y bienestar de la familia salvadoreña”, según los Considerandos de la citada Ley.
Asimismo, estas preocupaciones fueron sustentadas técnicamente mediante múltiples estudios, declaraciones y opiniones de organizaciones sociales, especialistas nacionales e internacionales. Incluso, como lo retoma un Considerando de la Ley, la Evaluación Ambiental Estratégica del Sector Minero Metálico del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, concluyó que “las condiciones de vulnerabilidad en El Salvador suponen una barrera importante a la posibilidad que el país pueda garantizar una minería metálica eficaz en el control de sus riesgos e impactos ambientales y sociales, y lograr una contribución positiva al desarrollo social y económico del país”. A partir de este contexto fue que la Ley fue aprobada mediante un abrumador consenso político y social.
La Constitución de El Salvador, sobre el orden económico, el Título V contiene múltiples disposiciones que desarrollan distintos ámbitos de la actividad económica del país, pero se destaca el artículo 102 que estipula “Se garantiza la libertad económica, en lo que no se oponga al interés social.” Una idea que se reitera en múltiples disposiciones y ha sido desarrollado por la jurisprudencia, pero el lector podrá comprender la idea central: toda actividad industrial debe servir a la sociedad.
Además, la Constitución establece en su artículo 1 que “El Salvador reconoce a la persona humana como el origen y el fin de la actividad del Estado, que está organizado para la consecución de la justicia, de la seguridad jurídica y del bien común.” Y continúa diciendo “En consecuencia, es obligación del Estado asegurar a los habitantes de la República, el goce de la libertad, la salud, la cultura, el bienestar económico y la justicia social.” Precisamente, estos son los insumos que debemos tener en cuenta al momento de revisar esta Ley y la política pública de minería en El Salvador: ¿Esta decisión asegura el bien común y la salud de los habitantes de la República? ¿Esta decisión se opone al interés social?
LPG: https://www.laprensagrafica.com/opinion/Sobre-la-mineria-metalica-en-El-Salvador-20241206-0099.html