The Fiscalía General de la República (FGR) (Attorney General’s Office) reportedly refused to provide information concerning the recent raid at journalist Mónica Rodríguez’s home, where work equipment was seized without any details on the reasons behind the operation, denounced the Asociación de Periodistas de El Salvador (APES) (Association of Journalists of El Salvador) via a press conference.
“What we are denouncing is the opaque and very concerning process by the authorities who came to confiscate the equipment of our colleague Mónica Rodríguez. We find it worrying for one reason: they took her hard drives, computer, and work equipment,” said Sergio Arauz, the current president of APES.
The organization argues that this case raises more “doubts” due to the lack of information, as the authorities entered the home with a court order without disclosing the issuing court or the irregularities being investigated.
“The police do not provide greater details of the reasons why this equipment is being seized,” and it is worrisome that “they might gain access to sources or information handled by the colleague,” added Arauz.
Oswaldo Feusier, an attorney with APES’ Legal Aid Clinic, highlighted that by withholding complete information from the involved individuals, “there are some elements that make this suspicious.”
The lawyer affirmed that while the case might involve classified information, individuals must be informed if charges are brought against them and what the matter at hand is.
“This precedent shows that, in the supposed investigation of a criminal act, they can confiscate cameras, equipment, and computers regardless of the privileged information being processed there,” added Feusier.
The legal team carried out the necessary procedures to officially request case-related information from the FGR; however, the request was denied. “The secrecy was maintained, and there is no justification (for withholding the information) when legal channels are followed,” explained Suchit Chávez, a member of the board.
Immediately, APES is compiling a file with all the case details to present it to the Presidential Commissioner for Human Rights and Freedom of Expression, Andrés Guzmán. The case has also been reported to the Central American Journalists Network and other international organizations.
Similar Cases
APES noted that it is monitoring other cases simultaneously. One involves Rodríguez’s partner, who was affected by the December 4th raid; the second case pertains to graphic designer Carlos Najarro, known as “Temple of Evil,” whose home was raided on December 5th, leading to the confiscation of computers, phones, and data storage devices.
“They were asked for the reason behind the raid, and they said it was classified information. I recorded this video to show that this happened to me without my ability to defend myself or do anything,” Najarro stated.
The third case recorded by APES involves the FGR applying pressure in recent weeks on a journalist, demanding they reveal confidential information regarding the identity of their sources, based on a published article, in violation of El Salvador’s legislation protecting professional secrecy.
“The case of the Attorney General’s pressure on this journalist is well-documented to the extent that we could escalate our complaint and demand a halt to this type of harassment,” added Arauz.
APES highlighted that a month after the investigation was published, the FGR summoned and interrogated the journalist to obtain the requested information.
APES denuncia falta de información sobre allanamiento a periodista en La Libertad
La Fiscalía General de la República (FGR) habría negado información relacionada al reciente allanamiento en la vivienda de la periodista Mónica Rodríguez, donde sin detallar los motivos del procedimiento, se le decomisó equipo de trabajo, denunció la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES), a través de una conferencia de prensa.
“Lo que nosotros estamos denunciando es el proceso opaco y muy preocupante de las autoridades que llegaron a requerir el equipo de nuestra compañera Mónica Rodríguez, nos parece preocupante por una razón, porque se llevaron sus discos duros, computadora y equipo de trabajo”, señaló Sergio Arauz, actual presidente de la APES.
La organización sostiene que este caso está dejando más “dudas” ante la falta de información debido a que las autoridades ingresaron a la vivienda con una orden judicial sin informar que juzgado la había emitido o las irregularidades que se investigan.
“Los policías no dan mayor detalle de las razones por las que se está requiriendo a este equipo” y resulta preocupante que “tengan acceso a fuentes o información que la colega maneja”, agregó Arauz.
Oswaldo Feusier, abogado de la Clínica de Primeros Auxilios Jurídicos de la APES, informó que al no entregarles la información completa a las personas involucradas “hay algunos elementos que lo vuelven sospechoso”.
El abogado sostiene que el caso puede tener reserva, pero debe informarse a las personas si existe una imputación en su contra y cuál es el objeto.
“Con este precedente, en la supuesta investigación de un hecho delictivo les pueden incautar sus cámaras, equipo, computadora independientemente de la información privilegiada que ahí se procesa”, agregó Feusier.
La unidad jurídica hizo las diligencias debidas para solicitar de manera oficial la información del caso en la FGR; sin embargo, esta les fue negada. “El hermetismo se mantuvo y ya no hay ninguna justificación (para no entregar la información) al hacer uso de los canales jurídicos”, explicó Suchit Chávez, de la junta directiva.
De forma inmediata, la APES está preparando una carpeta con todos los datos relacionados al caso para presentarla al Comisionado Presidencial de Derechos Humanos y Libertad de Expresión, Andrés Guzmán. El caso también se ha comunicado a la Red Centroamericana de Periodistas y otros organismos internacionales.
Casos similares
La APES señaló que se están monitoreando otros casos de forma paralela. Uno de ellos es la pareja de Rodríguez, quién se vio afectado en el allanamiento del 4 de diciembre; el segundo caso es el del diseñador gráfico Carlos Najarro, conocido como “Temple of Evil”, allanado el 5 de diciembre, y le decomisaron computadoras, teléfonos y dispositivos para almacenar información.
“Se preguntó cuál era el motivo de la requisa y dijeron que se encontraba en reserva. Grabó este vídeo para constatar que esto me ha sucedido sin que yo pueda defenderme, hacer algo”, detalló Najarro.
El tercer caso registrado por APES, sostiene que la FGR ha estado sometiendo a presión en las últimas semanas a un periodista con el objetivo de revelar información confidencial sobre la identidad de sus fuentes, a partir de un artículo publicado, a pesar que la legislación salvadoreña protege el secreto profesional.
“El caso de las presiones de la Fiscalía ante este periodista está suficientemente documentado como para que en algún momento escalemos en la denuncia y en la exigencia para que cese este tipo de hostigamiento”, agregó Arauz.
APES señaló que un mes después de ser publicada la investigación, la FGR citó e interrogó al periodista para brindar la información requerida.