Mining is once again at the center of public discussion after Nayib Bukele, President of the Republic, suggested on Wednesday, November 27, the possibility of resuming this economic activity.
On his social media account X (formerly Twitter), Bukele made a series of statements asserting that the country has a lot of gold in the deposits located in the northern longitudinal zone of the territory, and the possibilities this means for the local economy.
“Studies conducted in just 4% of the potential area identified 50 million ounces of gold, valued today at $131,565 million. This is equivalent to 380% of El Salvador’s GDP,” he added, “the total potential could exceed $3 trillion, more than 8,800% of the Gross Domestic Product.”
He added: “We are the ONLY country in the world with a total ban on metallic mining, something that no other country applies. Absurd!”. This could be done responsibly and in a modern way, he argues.
This immediately opened the doors for debate, both in favor and against, in a nation with a long history of experiences and struggles on this issue.
Alerts
The primary concern for environmentalists, economists, and other social activists is the pollution caused by the chemicals used to extract precious metals; waste that is then dumped into nearby rivers, even when there are commitments to process these leftovers properly.
El Salvador is a small country that largely depends on the Lempa River, which originates in neighboring Guatemala and Honduras, crosses the whole territory (passing near the main gold deposits), and empties into the Pacific Ocean.
In this regard, the country has a high dependency on water with foreign origins; 40%, according to estimates from the Food and Agriculture Organization of the United Nations (FAO).
Internally produced groundwater accounts for 6.15%, while surface water entering the country is 10.64%, according to that calculation. And only the Lempa River supplies drinking water to approximately 1.5 million people in the Metropolitan Area of San Salvador.
Hence the proposal for green mining, as a responsible way with modern techniques to extract metals. Water becomes the other gold for Salvadorans, according to environmentalists.
Metal mining has been banned in the country since 2017 (El Salvador became the first in the world to veto this activity), during the government of Salvador Sánchez Cerén.
“The ban on metal mining includes the activities of: exploration, extraction, exploitation, and processing, whether open-pit or underground. The use of toxic chemicals, like cyanide, mercury, and others, is also prohibited in any metallic mining process,” states article 2 of the Metallic Mining Ban Law.
Proponents argue the economic benefits and development that this would bring.
In defense of the initiative, Vice President of the Republic, Félix Ulloa, mentioned that the issue of metallic mining “will be on the agenda” and that it is a topic that should not be viewed in a “less ideologized” manner.
“It’s a topic that will be on the agenda, and we have to address it in the most responsible, professional, and least ideologized way possible. Because the issue is, if we ideologize a topic, we lose our way, and these are very serious matters, they are matters of the country,” Ulloa expressed.
For environmentalist Ricardo Navarro, president of Cesta (Salvadoran Center for Appropriate Technology), Bukele’s assertions are false.
“This is based on a science that doesn’t exist. Here, mining has brought us problems, deaths, and pollution… Our territory is being highly destroyed, that’s why we have serious environmental problems. The president (Bukele) should not contribute to continuing to destroy our territory,” Navarro expressed.
Concerned
The first to react to Bukele’s proposal was the National Roundtable Against Metallic Mining in El Salvador.
“There is no mining company in the world that responsibly exploits gold, much less respecting the environment. This was the same argument used by the Canadian Pacific Rim with the ‘green mining’ campaign almost 20 years ago,” stated the table that gathers various organizations.
It called on Bukele, whose party has the votes in Congress to repeal the law banning mining at any moment, to “maintain the ban on metallic mining to protect the little biodiversity the country has.”
The organization also called “the communities and different sectors of society to be alert and join the defense of water and territory against the threat of contamination by the reactivation of metallic mining in El Salvador.”
Environmental advocates have denounced on several occasions that Bukele’s administration intends to reverse the prohibition of metallic mining, which has even led to the “criminalization” of environmentalists.
The Asociación de Desarrollo Económico Social Santa Marta (ADES) (Santa Marta Association for Social and Economic Development) and the Santa Marta community, in the Salvadoran department of Cabañas (in the north), denounced at the beginning of October that a criminal process against five of their leaders is part of a persecution for warning about the rollback of the mining ban.
The community warns that signs of the potential reversal of the metallic mining ban include El Salvador’s incorporation into the Intergovernmental Forum on Mining (2021) and the approval of a new Law of the Directorate of Energy, Hydrocarbons, and Mines (2021).
EDH: https://www.elsalvador.com/noticias/nacional/mineria-nayib-bukele-medio-ambiente-/1184747/2024/
Reiteran los impactos negativos de la minería al medio ambiente
La minería vuelve a estar en el centro de la discusión pública, luego de que Nayib Bukele, presidente de la República, planteó el miércoles 27 de noviembre la posibilidad de retomar esa actividad económica.
En su cuenta de la red social X (antes Twitter), Bukele hizo una serie de señalamientos en los que sostiene que en el país hay mucho oro, en los yacimientos ubicados en la zona longitudinal norte del territorio, y las posibilidades que esto supone para la economía local.
“Estudios realizados en solo el 4% del área potencial identificaron 50 millones de onzas de oro, valoradas hoy en $131,565 millones. Esto equivale al 380% del PIB de El Salvador” y añadió que “el potencial total podría superar los $3 billones, más del 8,800% del Producto Interno Bruto”.
Agregó: “Somos el ÚNICO país en el mundo con una prohibición total de la minería metálica, algo que ningún otro país aplica. ¡Absurdo!”. Esto podría hacerse de manera responsable y moderna, sostiene.
Esto, inmediatamente, abrió las puertas para el debate, tanto a favor y en contra, en una nación que tiene una larga historia de experiencias y luchas al respecto.
Las alertas
La principal preocupación de los ecologistas, economistas y otros activistas sociales es la contaminación que generan los químicos que se usan para extraer los minerales preciosos; desechos que, luego, son vertidos en ríos cercanos, aún cuando haya compromisos de tratar esos sobrantes de manera adecuada.
El Salvador es un país pequeño que depende, en gran medida, del río Lempa, que nace en las vecinas Guatemala y Honduras y que cruza todo el territorio (pasa cerca de los principales yacimientos de oro) y que desemboca en el Océano Pacífico.
En este sentido, el país tiene una alta dependencia de agua con orígenes foráneos; el 40 %, según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).
El agua subterránea producida internamente corresponde al 6.15 %, mientras que el agua superficial que entra al país es del 10.64 %, según ese cálculo. Y solo el río Lempa abastece de agua potable a aproximadamente 1.5 millones de personas en el Área Metropolitana de San Salvador.
De allí que se proponga la minería verde, como una manera responsable y con técnicas modernas para extraer metales, el agua pasa a ser el otro oro de los salvadoreños, según los medioambientalistas.
La minería de metales está prohibida en el país desde 2017 (El Salvador se convirtió en el primero en el mundo en vetar esta actividad), durante el gobierno de Salvador Sánchez Cerén.
“La prohibición a la minería metálica incluye las actividades de: exploración, extracción, explotación y procesamiento, ya sea, a cielo abierto o subterráneo. También, se prohíbe el uso de químicos tóxicos, como cianuro, mercurio y otros, en cualquier proceso de minería metálica”, ordena el artículo 2 de la Ley de prohibición de la minería metálica.
Quienes están a favor argumentan los beneficios económicos y el desarrollo que eso traería.
En defensa de la iniciativa, el vicepresidente de la República, Félix Ulloa, mencionó que el tema de la minería metálica “va a estar en la agenda” y que es un tema que no debería verse de manera “menos ideologizada”.
“Es un tema que va a estar en la agenda y lo tenemos que abordar de la manera más responsable, más profesional y menos ideologizada posible. Porque el tema es, si ideologizamos un tema perdemos la ruta y estos son temas muy serios, son temas de país”, expresó.
Para el ambientalista Ricardo Navarro, presidente del Cesta (Centro Salvadoreño de Tecnología Apropiada ), las aseveraciones de Bukele son falsas.
“Eso se basa en una ciencia que no existe. Aquí la minería nos ha venido a dejar problemas, muertes y contaminación… Nuestro territorio está siendo altamente destruido, por eso tenemos graves problemas ambientales. El presidente (Bukele) no debería contribuir a continuar destruyendo nuestro territorio”, expresó Navarro.
Preocupados
La primera en reaccionar al planteamiento de Bukele fue la Mesa Nacional Frente a la Minería Metálica en El Salvador.
“No existe en el mundo ninguna empresa minera que explote oro de manera responsable y mucho menos respetando el ambiente. Este fue el mismo argumento que utilizó la canadiense Pacific Rim con la campaña de la ‘minería verde’ hace casi 20 años”, indicó la mesa que reúne a diversas organizaciones.
Llamó a Bukele, cuyo partido tiene los votos en el Congreso para derogar la ley que prohíbe la minería en cualquier momento, a “mantener la prohibición de la minería metálica para proteger la poca biodiversidad que posee el país”.
La organización también pidió “a las comunidades y distintos sectores de la sociedad a estar alertas y sumarse a la defensa del agua y del territorio frente a la amenaza de contaminación por la reactivación de la minería metálica en El Salvador”.
Defensores del medioambiente han denunciado en varias ocasiones que el Ejecutivo de Bukele pretende revertir la prohibición de la minería metálica, lo que habría llevado incluso a la “criminalización” de ambientalistas.
La Asociación de Desarrollo Económico Social Santa Marta (ADES) y la comunidad Santa Marta, del departamento salvadoreño de Cabañas (en el norte), denunciaron a inicios de octubre que un proceso penal contra cinco de sus líderes es parte de una persecución por denunciar las alertas de retroceso en la prohibición minera.
La comunidad advierte que entre las señales que observa de la posible reversión de la prohibición de la minería metálica están la incorporación de El Salvador al Panel Intergubernamental sobre Minería (2021) y la aprobación de una nueva Ley de la Dirección de Energía, Hidrocarburos y Minas (2021).
EDH: https://www.elsalvador.com/noticias/nacional/mineria-nayib-bukele-medio-ambiente-/1184747/2024/